Be mine

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—Amo tus grandes pechos llenos de dulce leche - Susurró Camila mientras ahuecaba uno en su mano y chupaba duro mi pezón, estaba prendida de mis pechos mientras dos de sus dedos se mantenían muy adentro de mi coño totalmente empapado.

—Cam... - Nunca antes había estado así de mojada, mi coño palpitaba y era caliente al rededor de sus dedos lo sabía, ella lo había repetido muchas veces al entrar en mi —Eso se siente... tan bien.

—Te excita que pruebe la leche de tus grandes pechos, ¿No es así? - Gemía en respuesta —Te pone muy mojada el hecho de que robe la comida del pequeño Ian... - Mi coño se apretaba sobre sus dedos con sus sucias palabras.

Estaba hecha un desastre, no me importaba mucho el hecho de que me prohibieran tener relaciones sexuales pues Ian apenas tenía un mes de nacido pero, con Camila no se podía esperar otra cosa, era la mujer más caliente que había conocido en toda mi existencia, no exageraba Camila hasta en pijama me excitaba.

—Te quiero y necesito dentro... - Susurré. Ya mañana sería un buen día para arrepentirse.


Camila se separó de mis pechos para verme con una brillante sonrisa pero en cuestión de segundos su sonrisa se borro y se quitó de encima. Llevó sus manos a su rostro frotándolo en frustración, no importándole llenarse de mis jugos.

—No tengo un condón conmigo - Susurró apenas audible. Bien la calentura ya se me había pasado, reí un poco por la situación y cómo habíamos llegado hasta aquí.


Esta sería la primera vez que me entregaría a Camila bueno, no sería esta noche.

Conocí a Camila hace un mes cuando casi daba a luz en su auto. Ella es conductora de transportes privados, las contracciones habían comenzado pasada la media noche, viviendo sola no es cómo si pudiera conducir y ni siquiera tengo un auto para empezar. Había pedido un auto en la aplicación y llegó ella, cuando no salí llamó a mi número y enserio fue nuestra salvadora.

Al escuchar que estaba en medio del parto ella bajó del auto y corrió a ayudarme, me montó al auto y se comportó cómo si fuera la otra madre de mi hijo pues todo el camino ella no paraba de decirme cómo tomar respiraciones profundas, tomó mi mano la mayoría del camino lo que agradecí demasiado internamente estaba siendo de gran apoyo, ella no sabía pero yo estaba aterrada sobre este nuevo cambio en mi vida. Cuando llegamos al hospital ella me llevó hasta urgencias exigiendo que alguien me atendiera en ese instante; la sorpresa me la lleve cuando muchísimas horas después Dinah mi vecina y mejor amiga la cuál para mi mala suerte o mejor dicho buena suerte la noche del parto no se encontraba en casa me dijo que la conductora que me trajo seguía esperando por noticias nuestras, inmediatamente le pedí que por favor llamara a la mujer que me había traído al hospital, cuando entró lo único que pude hacer fue maldecir por conocerla en este estado, estaba segura que mi aspecto no era el mejor. Dinah nos dio un poco de privacidad no sin antes dedicarme una sonrisa torcida, ella por supuesto se había dado cuenta de la cara que puse al ver a la mujer.

—Gracias...

—¿Gracias? - Alzó una ceja —Me debes un viaje además que hice servicio de paramédico - Desvíe la mirada.

—Mi amiga... ella puede... - Su suave risa llamó mi atención.

—Estoy bromeando... lo siento, creo que no es el momento de jugar... - Su sonrisa era cansada en verdad ella no se había movido de aquí —¿Estás bien? ¿Cómo está el bebé? Las recepcionistas no quisieron darme información porque ni siquiera sé tu nombre  - Hizo una mueca mientras rascaba su nuca nerviosa y a mi me pareció tierna, se veía tal vez más joven que yo por su apariencia.

—Soy Lauren Jauregui - Dije cortando su divague —Y enserio muchas gracias por habernos traído al hospital y quedarte aquí hasta saber si estábamos bien...

—Mi nombre es Camila y estoy encantada de haber podido ayudarte... - Su miraba brillaba mientras sonreía.

En ese momento una de las enfermeras entró a la habitación con mi pequeño Ian y realmente no tengo palabras para describir la manera en la que Camila se quedó perdida en él, lo veía con fascinación.

Aquel día tuvimos una larga charla acerca de nuestras vidas, no llegamos a conocernos del todo por obvias razones pero sentía que conocía a Camila de toda la vida por muy loco que sonara. Ella me hizo prometer que le llamaría cuando estuviera en casa o que si se lo permitía ella vendría a recogernos y llevarnos a casa, de más está decir que fue mucho tiempo el que Camila pasó con Ian en brazos, no negaré que al principio fui desconfiada pues tantas historias de recién nacidos siendo robados me tenía alerta pero cómo ya lo había mencionado, Camila lo veía con ternura y no creía que ella fuera capaz de alguna cosa así no después de toda la ayuda que nos dio.

Días después Dinah no podía venir por nosotros así que tome el atrevimiento de llamarle a la morena que no salía de mi mente, en pocos minutos ella llegó y enserio, si fuese por ella si hubiese podido ella me habría llevado en brazos todo el estacionamiento y al llegar a casa, me daba risa lo sobre-protectora que era conmigo y mi bebé.

Camila pasó de visitarme todos los fines de semana a todos los días de la semana y no era cómo si me quejara, ella me gustó desde la primera vez que la vi. Estaba casi segura de que yo también le gustaba pues la había pillado mirándome de más en varias ocasiones, me divertía la manera en la que ella se desentendía. Una noche en la que llegó de sorpresa y me agarró en un cómodo y diminuto pijama lo que ocasionó que me enterara que ella era un poco diferente. Camila había tenido una erección sólo con verme, no sabía que aquello era capaz pero ahora lo comprobaba.

Recuerdo lo nerviosa que estaba y lo temerosa que se había puesto al pensar que yo la alejaría de nosotros, creo que aquello solo me hizo quererla un poquito más. Esa noche me contó ese lado de la historia que sentía me ocultaba pues no le creía que una mujer tan guapa cómo ella no tuviera algún hombre o chica detrás suyo, ella se abstenía a tener citas por su condición, Camila pensaba que nadie podría aceptar estar junto a una persona con una deformidad pero se equivocó. Un par de días después de esa noche ella no se había aparecido así que fue mi turno de salir a buscarla, ella vivía al otro lado de la ciudad y un poco perdidos pero Ian y yo llegamos hasta ella.

La cara que puso fue digna de una fotografía, había sorpresa, confusión después pena. No sabía si ella estaba avergonzada por su apariencia pues parecía venir de un fin de semana alocado o por el desastre que había en su pequeño apartamento, no había algún rincón limpio. Tomándome el atrevimiento ordené un poco su estancia y la cocina, su casa gritaba adolescente soltera.

En fin, después de ese día Camila volvía a visitarnos todos los días hasta que fui yo la que dio el primer paso besando a esa caliente morena, sus besos eran cómo los imaginaba tímidos pero con una sensualidad delirante. Y ahora aquí estamos, yo dolorida del coño y Camila con el miembro muy parado.

Tal vez y podíamos hacer otras cosas para bajarnos la calentura.

Tomé su miembro entre mis manos y comencé a acariciarlo sacando jadeos de sus labios.

—No... no es buena idea si no tenemos protección Lauren - Camila murmuraba pero su vista estaba clavada en mi mano viendo trabajar su dura polla, veía como hipnotizada mis caricias.

—Sólo quiero hacerte sentir bien...


Su polla era caliente bajo mi toque, sentía cada detalle en ella, sus venas punzaban cuando ejercía un poco de presión, Camila era grande tenía que admitirlo. Cambio nuestras posiciones de manera que su polla quedó justo encima de mi coño aun con mi mano aferrada a ella masturbándola. Su boca fue directo a mis pechos de nuevo, parecía que aquella parte de mi cuerpo era su favorita, se sentían demasiado bien los dientes de Camila rozando mis pezones, su mano sosteniéndome para ella y sus dedos burlándose de mi coño jugando con el poco vello que tenía. Jalé su polla con más rapidez deseando sentirla derramarse sobre mi.

Sollocé cuando Camila metió sus dedos en mi interior, ella era suave y dulce pero apasionada. Alejándose de mi en un movimiento rápido bajo hasta situarse frente a mi coño caliente, no había manera de sentirme más cachonda que en aquel momento con aquella vista, Camila abriendo mis piernas para ella con sus labios hinchados de tanto besarme y chuparme los pezones pero entonces ella dio una larga lamida a todo mi coño y supe que sería mi fin. Me refregué sobre su boca aferrándome a su cabello castaño desordenado deseando que fuera su polla la que estuviera penetrándome en lugar de su lengua, no tenía queja con su ágil y larga lengua pero estaba desesperada por sentir algo grande llenándome.

En algún momento Camila metió dos de sus dedos esta vez siendo más rápida y ruda mientras sus labios chupaban mi clítoris, su lengua giraba sobre el. Coloqué una almohada sobre mi cara tratando de ahogar mis gritos pues no era buen momento para despertar a Ian.

—Oh... así... justo ahí... - Camila estaba haciendo maravillas con su boca en mi coño, sus dedos me hacían estremecer sabiendo que estaba llegando al orgasmo.

Camila me lamió de punta a punta limpiando todos mis jugos, estaba muy sensible de todos lados así que no tarde mucho en volverme a encender, usando a Camila para mi completo placer la tumbé sobre la cama montándome en ella, sus labios y barbilla mojada me hicieron gemir me acerqué a su rostro sólo para pasar mi lengua por sus partes húmedas con mi orgasmo, jadeé al probarme en sus labios. Separándome de sus labios me coloqué ansiosa sobre su polla pude ver lo roja y gorda que estaba, aquello hizo que me importara poco que se hundiera en mi sin protección.

—Mierda...


Siseó Camila cuando comencé a mecer mi coño sobre lo largo de su polla, ella levantaba las caderas cuando la cabeza de su pene besaba mi clítoris, sus dedos se enterraban en la piel de mis caderas ayudándome a masturbarnos, si esto era una simulación sobre cómo sería montarla no podía esperar para sentir lo que sería si realmente se enterrara en mi coño, sólo con esto estaba muy caliente y mojada, sentía toda mi vagina resbalosa inclusive mis jugos llegaban a mi trasero. Ella llevó nuestros movimientos un poco más rápido sintiéndome al borde me apoyé sobre sus muslos tratando de obtener un poco más de tiempo lo que no ocurrió, mi cuerpo sudado temblaba mientras la presión de Camila se hacía más fuerte, sus suaves manos echaron mi cuerpo hacia adelante encontrándome de frente con ella. Sus gemidos eran también jodidamente sensuales, aun más cuando los ahogaba en mis labios.

—Oh maldita sea... - Ella gemía entre palabras y besos, su caliente aliento me ponía los pezones de punta. Alejandose un poquito de mi con una radiante sonrisa recorrió con la mirada mi cuello, mis pechos, mi vientre manchado de semen y mi coño totalmente empapado con nuestros orgasmos.


Apreté mi coño un poco cuando una idea cruzó por mi mente.

Moviéndome con cautela pues aun tenía espasmos del reciente orgasmo, suavemente esta vez empujé a Camila que se acostara. Besé sus labios con calma dibujándolos con mi pulgar no tendría suficiente de ellos mucho menos cuando se veían más regordetes y sonrojados , baje a su cuello donde lamí, mordí y bese cuanto pude de ahí baje con besos sobre su clavícula, lamí el valle entre sus pechos luego los tomé con las manos y los junté para mi, lamí el contorno de sus pezones para después meter uno a mi boca, ella era un desastre de jadeos y malas palabras cuando baje mi mano hacia su polla para lograr pararla de nuevo ya estaba durísima y punzante. De mis pechos escurría un poco de leche por lo tensos que estaban, Camila los pellizcaba con una mano pues con la otra estaba acariciando y estrujando mi cabello obligándome a amar sus pechos un rato más.

No quería separarme pero mis planes eran otros.

Aun en contra de su voluntad baje un poco más dejando besos y mordidas hasta llegar a su vientre bajo donde aun se encontraba su semen embarrado, Camila se apoyó sobre sus codos para obtener mejor vista de mi limpiando con la lengua su corrida.

—Dios nena... - Peinó mi cabello hacia un lado luego sin descaro tomó un puñado y me jaló un poco más abajo —Quiero sentir tu maravillosa boca... si tú... sólo si tú quieres.

Dejé un casto beso sobre la punta para después meter sólo eso a mi boca, Camila se estremeció por las vibraciones que se provocaron con mi gemido, su sabor era salado pero me encantaba, todo en ella me encantaba.

Jugué con la punta un poco pasando mi lengua en círculos sobre su eje después fui tomando cada centímetro que podía el resto lo acariciaba de arriba hacia abajo con mi mano y la otra libre se encargaba de acariciar sus pesadas bolas, estaban calientes y apuesto a que se desbordaría de mi boca el semen cuando llegara al punto más alto del placer. Chupé su polla con más velocidad sabiendo que lo estaba haciendo bien por los pequeños gemidos que soltaba Camila cada que su pene alcanzaba mi garganta. Ella trataba de alejarme cuando noté cómo su vientre se contraía pero no estaba dispuesta a desperdiciar nada de lo que tenía para mi.

Abrí la boca grande y saqué la lengua dándole un par de caricias ella se corrió disparando directo a mi lengua donde hice lo que pude tragando su esencia, no sabía que este acto tan primario me haría sentir tan excitada.

—Tu boca es jodidamente increíble... - Su voz aún estaba cargada de deseo. Camila me atrajo a ella besándome íntimamente cómo si no pudiera tener suficiente de mis besos —Ni siquiera puedo imaginar lo bien que se sentirá meter mi polla en tu coño - Parecía que el deseo hablaba por mi tímida Camila —Estoy segura que es apretado y esponjoso - Jadeé.

La maternidad me tenía caliente las veinticuatro horas del día pero por mucho que quisiera tenerla dentro de mi no quería correr riesgos.

Me acurruqué de cuchara con ella bajo las sábanas tratando de bajar mi libido pero Camila y sus dedos jugando con mi clítoris no ayudaban mucho. Sentía su punzante pene apoyado en mis muslos, ella dejaba besos en mi nuca mientras continuaba con las caricias, de un momento a otro Camila acercó su polla a mi coño y comenzó a frotarse contra mí cómo lo habíamos hecho al principio.

—Tal vez... pueda - Abrió mis labios y sentí la punta presionando mi entrada —Sólo meterme un poco en ti - Parecía que la estaba torturando por su tono de voz —Por favor...

Asentí perdida en las sensaciones.

Metió un poco más de la punta en mi interior y debo confesar que si no estuviera cachonda y mojada como el infierno me hubiese dolido un poco. Sus dedos se ensañaron con mi botón rosado lo acariciaba con ferocidad en círculos mientras se mantenía dentro de mi sin moverse, su placer lo recibía cuando de lo rico que estaba sintiendo mi coño se apretaba, necesitando liberarme una vez más acaricie mis propios pezones doloridos, los pellizque deseando que fueran los dientes de Camila mordiéndolos y no mis dedos, mi mente estaba imaginando a Camila sobre mí amando mis pechos y jodiendo mi coño con fuerza, enterrándose hasta el fondo.

—¡Oh! - Chillé alto sin poder evitarlo —¡Sí! Es... - Las palabras habían abandonado mi vocabulario.


Camila gruñó en mi cuello mientras lo besaba bruscamente cuando sentí su semen caliente en mi espalda.

Pasamos minutos de silencio tratando de recuperarnos, las suaves manos de Camila acariciaban mi cuerpo entero con amor, nunca alguien me había amado de esa manera cómo Camila lo acababa de hacer.

—Soy una simple conductora que gana lo suficiente cómo para pasar el día, mis estudios universitarios están varados pero -Ella me giró enfrentándome  —Quiero, no, necesito que me des la oportunidad de estar contigo y con Ian, te juro que voy a superarme y darles el mundo entero porque es lo que se merecen - Sus manos estaban aferradas a mis mejillas con más fuerza de la que debería pero yo estaba perdida de amor por todo lo que estaba diciéndome.

—Creí que lo que acabamos de hacer contaba como oportunidad - Ella sonrió —Lo vamos a hacer, juntos los tres.

No tenía nada que pensar y si lo pensaba estaba realmente loca, ¿Encontrarse una mujer cómo Camila en otra parte? Nunca.

Escuchamos cómo Ian comenzaba a llorar por el monitor para bebés, Camila se puso de pie colocándose la ropa interior de inmediato.

—Yo iré por él - Beso mis labios para después salir de la habitación.


Ella debería correr de todo lo que implica tener una relación conmigo pero de alguna manera todo eso sólo hace que ella quiera estar cerca.

Y me encanta.

One Shots - Camren Donde viven las historias. Descúbrelo ahora