Travesuras

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Tenía una compañera de habitación, se llamaba Dua Lipa.

Ella estaba de intercambio o algo así creo que venía de Londres, la verdad es que no me interesaba mucho sólo sabía que me encantaba follar con ella, era tan buena en la cama que prefería quedarme en la habitación teniendo sexo con ella que ir a mis clases. Dua me dijo que era hora de regresar a su país lo cual me devastó por el simple hecho de que mi buen polvo seguro se iría al otro lado del mundo...

Sabía que tendría una nueva compañera de habitación y deseaba que fuera tan buena en la cama como Dua o mejor, si no creo que nos llevaríamos muy mal.

La suerte no estaba de mi lado pues un par de semanas después de que se fuera Dua llegó una chica, Camelia Carmen Camila... no tenía idea de cuál era su jodido nombre pero ella era una maldita friki, ella se la pasaba con la nariz metida en los libros todo el puto día, usaba anteojos del tamaño de su cara y su ropa... joder parecía una abuela, pantalones holgados y sweaters enormes. Me sacaba de quicio pues la chica no hablaba solo se dedicaba a encogerse de hombros, asentir o negar a lo que yo le decía o preguntaba ¡Ni siquiera me veía! Lo cuál si soy sincera me ofendió por que digamos que soy guapa y estoy buena, la mayoría moría por que yo les diera la hora incluso los frikis pero no ella, Camila me ignoraba olímpicamente como si yo no existiera.

Había escuchado que Camila era una chica distinta, al principio no entendía a que se referían con "distinta" pensé que por lo friki que era pero no, para mi sorpresa la chica tenía un pene, aquello despertó mi curiosidad y cada vez que Camila estaba de pie o acostada no podía evitar ver su entrepierna y debo confesar que si notaba un bulto anormal, ella se daba cuenta de mis miradas nada discretas y se sonrojaba.

—Cabello - Apenas y giró un poco su cabeza, llevaba toda la tarde en su escritorio leyendo no sé qué mierda —¿Que no comes? ¿Eres de baterías?

—N..no tengo tiempo.

—Eres un cerebro andante, eso de joderse estudiando déjalo para los simples mortales como yo - Frunció el ceño.

—Anda vamos a comer yo invito - Me acerque y note como su cuerpo daba pequeños espasmos ¿me tenía miedo?

—Yo... no - Me acerque aún mas a ella haciendo que mis tetas quedarán frente a su cara —Umh... - Estaba segura de que había escuchado un gemido.

—Mi cara está más arriba - Reí. Camila se sonrojó exageradamente y se puso de pie disparada hacia la puerta.

—Lo siento, lo siento yo no... no quería verte las tetas digo sí - Intentaba encontrar el seguro de nuestra puerta —Ósea son lindas y grandes pero yo no... mierda lo siento - Cuando por fin pudo abrir la puerta salió huyendo de la habitación. Me solté a reír al ver su reacción, no me era indiferente después de todo pues había notado como su polla creció en sus pantalones deportivos.

—Ya vas a caer, bebé.

Sonreí con malicia mientras mordía mi labio inferior.

. . . . . .

Las últimas cuatro semanas había pasado acosando a Camila día y noche, me metía a su cama cuando estaba dormida y frotaba mi trasero en su polla, ella gemía entre sueños y me pegaba más a su cuerpo entonces cuando amanecía ella se levantaba sobre saltada al encontrarnos conmigo entre sus brazos y su polla entre mis nalgas. Me encantaba volverla loca, me encantaba ver cómo me retaba por invadir su privacidad y cómo me hacía creer que no estaba interesada en mi tal vez ella no pero su pene si quería estar en mi.

Mis amigos estaban asombrados por cómo ya había pasado más de un mes y yo no había follado, no era novedad que a mi me encantaba el sexo y follaba con quién yo quisiera pero por muy loco que sonara... Camila Cabello era mi obsesión, había estado tan entretenida tratando de meterme en los pantalones de esa nerd que olvide mis necesidades vaginales. Ya era hora de follar con Camila y no pasaría de este fin de semana.

One Shots - Camren Donde viven las historias. Descúbrelo ahora