Play with me

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Segunda y última parte de Kink, amén.




Daddy juega conmigo cuando todos duermen.

Daddy me hace una chica buena.

Daddy me da su polla por las noches.

Daddy aún lucha contra sus deseos por tomarme para siempre.

Camila me toma con brusquedad cada vez que aparezco en su puerta en busca de diversión. Al principio ella se negaba diciéndome que había sido un error tal vez, al principio. Pero no después de tres meses, no era un error cuando me follaba mientras me amarraba a su cama.

Cómo si fuese a escapar de ella.

Estábamos destinadas, no tenía caso que se negara o resistiera.

—Hola Daddy... - Saludé cuando entré a su tienda, ella abrió los ojos como platos para después tensar su mandíbula.

—Señorita Jauregui, ¿En qué la puedo ayudar?

—Esta mañana me he despertado muy mojada, pensé que Daddy podría hacer algo por mi... - Ronronee.

—Alguien puede escucharte Lauren - Siseó molesta —Tienes jodidos diecisiete años...

—Yo debería de estar molesta - me coloque encima de su mostrador ofreciéndole mis tetas —¿Sabes? He escuchado que saldrías esta noche con la zorra de Alice.

—¿Dónde escuchaste eso?

—No lo negaste... - Ella reviró los ojos —No saldrás con esa zorra - Espeté.

—Esa zorra es una zorra de mi edad... compartimos gustos y pensamientos - Aquello me hizo enfadar.

—¿A ella también le gusta follarse a menores de edad? - Sonreí —Basta ya... con ella no podrás jugar cómo conmigo, Daddy.

—Lauren por favor... es un pueblo pequeño lo nuestro no sería bien visto además, no eres mayor - Aquello lo dijo como si en verdad le torturara.

Trepé el mostrador para llegar a ella sin despegar nuestras miradas, le daría un recordatorio del por qué estamos destinadas.

—Lauren...

Tomé su labio inferior entre mis dientes tirando de el un poco para después meter mi lengua a su boca donde nos fundimos en un beso lento pero caliente. Mis manos viajaron a su abdomen por debajo de su camisa, arañé un poco haciéndole temblar había dejado mis uñas largas por que sabía que a Daddy le gustaba que las enterrara en su cuerpo mientras me cogía con fervor. Desabotoné sus pantalones y colé una mano por debajo de sus calzoncillos, sonreí a mitad del beso pues ella estaba durisima, apuesto a que se puso dura con solo verme. Acaricié sus bolas pesadas logrando que su polla se hinchara un poco más, su pedazo de carne estaba caliente como el infierno tan caliente como mi coño. De pronto se separó de mi cuando la campana de la entrada sonó, sonreí maliciosa y me tumbé de rodillas escondiendo mi cuerpo en el mostrador.

Saqué su verga de los pantalones y la metí a mi boca tanto como pude.

Daddy jadeó.

—Hola Camila... - Esa zorra —Preparé esto para ti... siempre estás tan ocupada que te olvidas de comer - Camila se echó hacia adelante para recargar su torso en el mostrador con ello su polla se metió más en mi garganta.

—Gracias Alice... realmente no he probado bocado - Mordí un poco su polla por haber dicho aquello en ese estúpido tono seductor. Camila se estremeció y llevo una mano a mi cabello tirando con fuerza para que me separara de su polla, que ilusa.

—¿Estás bien? - Pregunto la zorra preocupada —Estás casi sudando Cami...

—Eh... si sólo creo que me voy a resfriar o algo parecido - Comencé a masturbarla.

—¿Dejamos para después nuestra cita de esta noche? - Apreté su erección.

—Sobre eso... creo que - Camila aclaro su garganta —Es mejor dejarlo - Sonreí mientras paraba de torturar a Daddy —Eres una mujer extraordinaria Alice... pero realmente yo no busco nada por el momento no quisiera jugar con tus sentimientos - Muy convincente.

—Entiendo Camila... podemos ser amigas si tu quieres - Hubo una pausa incomoda —Gracias por ser honesta, hasta luego.

—Lo siento Alice... hasta pronto.

Camila se hizo hacia atrás clavando su mirada en mi, yo sonreía inocentemente mientras mordía mi labio inferior, cuando la campana aviso que la zorra había salido ella me tomo con brusquedad del cabello y ensartó su polla en mi boca sin cuidado, mi nariz cosquilleaba cuando sentí su fino vello. Camila movía sus caderas rápidamente haciéndome gemir enviándole vibraciones de estimulo para que se corriera pronto.

Ella se separó de mi para ponerme contra el mostrador mi mejilla se estampó contra la madera vieja su mano hacia presión en mi cabeza mientras la otra subía mi falda y arrancaba mis braguitas empapadas.

Gemimos a la par cuando su verga se enterró en mi coño.

—Baby... - Rugió —Eres una chica mala... - Jadeaba en respuesta —Voy a castigarte por haberme puesto en esa situación - Me penetraba con violencia, me encantaba. Lleve mis manos a mis nalgas abriéndome más para ella. Gruñó —Me vuelves loca... - Siseó —Eres mía.. - Sus caderas se estampaban tan fuerte en mi que lograban golpearme contra la madera —Mía... baby mía...

—Daddy... ¡Mmh!

Por supuesto que era suya, siempre lo sería.

Unos minutos más tarde me corrí sin más esfuerzo apretando mi coño haciendo que ella también se corriera, su cálido semen resguardaba en mi interior. Todo era tan caliente cuando se trataba de ella, estaba húmeda todo el tiempo por ella. Su mano dejo mi cabeza así como su polla salió de mi coño, mire por encima de mi hombro como ella guardaba su polla semi-dura en los pantalones, sin siquiera verme.

Me puse de pie arreglándome un poco el aspecto.

—No comas esa porquería - Señalé la comida que le había traído la zorra de Alice. Camila sonrió mientras negaba.

Joder, sonrió. Sonrió de verdad.

Colocó sus manos en mi cintura mientras se acercaba un poco a mi.

—Maldita sea Lauren... ¿Que has hecho conmigo? - Di un corto beso a sus labios.

—Lo mismo que tú conmigo - Amasó mis nalgas entre sus cálidas manos.

—Te veo esta noche en mi casa - Me besó cortamente pero metiendo su lengua en mi boca —Inventa alguna mierda... te quedarás conmigo.

—Si Daddy... - Sonreí. Ella abofeteó mis nalgas. 

Al caer la noche me dirigí a la casa de la señorita Cabello, le había inventado a mis padres que me quedaría en casa de Allyson que sin dudar me lo permitieron, sabía secretos sobre Allyson su silencio no sería problema.

Estaba impaciente por llegar a casa, estaba ansiosa por ver lo que Daddy tenía preparado para mi... sabía que tendría un castigo me lo había ganado por ponernos en aquella situación tan comprometedora pero no importaba, anhelaba un castigo. El sexo era violento y sucio con Daddy siempre pero no era suficiente, necesitaba más de ella más de su polla dura.

Había llegado por fin, nuestra casa estaba apartada por muchísimos metros del resto de la gente, lo más cercano era aquel parque donde me tomó por primera vez con sus dedos.

Me pregunto cuando me podré mudar con ella.

Nos pertenecemos.

—Llegas tarde... - Su mirada era dura —Entra.

—¿Daddy va a castigarme? - Me burle. Adoraba provocarla.

Ella camino a su habitación mientras yo la seguía como su perra fiel, iba quitándome los pantalones y mi sudadera, íbamos a mi parte favorita amaba su habitación estaba llena de juguetes con los que jugaba conmigo.

Sacó mi soga negra, sonreí mientras me sentaba en la cama y juntaba mis manos para ella. Su rostro serio como siempre, ni siquiera se le notaba lo mucho que me deseaba por suerte su polla se podía ver marcada bajo sus pantalones. Ató bien mis manos dejando mis brazos sobre mi pecho a la altura de mi cuello, después pasó la soga por mi boca dando un par de vueltas para terminar en mi cuello dejando las puntas de la soga en mi espalda, mi coño se humedeció... Hoy terminaría con nuevas marcas, marcas de Daddy.

Vi como Camila sacaba su bonita navaja y rasgaba mi blusa liberando mis tetas sin sostén, lo mismo hizo con mis bragas, ella me dejó solo con mis calcetas blancas que llegaban a mis rodillas.

—Échate sobre la cama baby, sobre tus rodillas - Obedecí —Sobrepasaste los límites baby... no me gusta que jueguen conmigo - Estiró la soga haciendo que mis puños golpearan mi barbilla y que mi cuello sintiera la opresión  —¿Pensabas que podías manejarme a tu antojo? - Estiró un poco más —¡Estás equivocada! - Gruñó.

Y entonces lo sentí, me había golpeado la espalda con su cinturón de cuero me retorcí bajo su agarre, golpeó una vez más pero esta vez en mis nalgas.

—¡Mmh! - Chillé.

Un nuevo latigazo se dio paso en mis piernas enviándome escalofríos directo al coño. Daddy continuó azotándome hasta que mi espalda ardía, mis nalgas estaban calientes y mis muslos cosquilleaban. Escuché como el cinturón caía al suelo, escuché el cierre de sus pantalones, estaba lista para recibir su verga caliente y dura pero en su lugar recibí su lengua en mi culo. Aquel pequeño orificio estaba intacto por su polla, hoy por fin me follaría por el culo me lo tenía merecido, Camila estaba tan enfadada conmigo que no le importaba lastimar mi pequeño agujero con su enorme polla. Movía mis caderas buscando fricción mas profunda de su lengua, sentía tan rico que me chupara ahí, sentía más rico que cuando se comía mi coño. De pronto Camila mordisqueó mi clítoris haciéndome chillar de sorpresa y placer. Su lengua volvió a lamer mi orificio haciendo círculos en el, ella estaba dilatando mi área.

Ni siquiera lo necesitaba, me había follado el culo yo sola hace un par de semanas cuando me regalo el consolador casi igual que su pene, esa noche había estado tan caliente y necesitada de su verga pero no podía salir a buscarla así que imaginé que era ella quién primero se metía a mi coño para lubricarse, me penetre varias veces mientras acariciaba mi orificio fruncido, cuando estaba por colapsar lo saque de mi húmedo coño y lo fui metiendo por mi pequeño agujero, poco a poco hasta que estuvo por completo... recuerdo que con solo un par de empaladas me había corrido riquísimo.

—¡MMH! - Gemí cuando Camila mordió mis nalgas y mis muslos. Me ponía demasiado cachonda sentir sus dientes clavados en mi piel. Sus azotes, sus mordidas hasta hacerme casi sangrar, sus manos aferradas con fuerza a mi, la soga haciendo estragos en mi piel, sus penetraciones violentas, sus sucias palabras... todo aquello mantenía mi libido por los aires, Daddy era la culpable de que yo fuese adicta a esto a sus juegos, a ella, a su polla.

Su polla jugueteaba en mi coño, mis labios se abrazaban a su cabeza tratando de absorberla, su cabeza se paseaba furiosamente de arriba hacia abajo haciendo presión en mi botón hinchado. Ella era solo gruñidos y malas palabras. Siempre estaba tan enojada cuando follábamos, todo el tiempo se atormentaba acerca de la mala idea que era esto, joder. Una vez que estuvo lo suficiente lubricada como en mi fantasía de hace un par de semanas ella oprimió su gruesa polla en mi culo y se deslizó lentamente.

Dolía riquísimo.

De aquellos dolores que quieres seguir sintiendo el resto de tu puta vida... o es que yo estoy tan enferma por ella que cualquier cosa que viniese de Daddy sería fantástico para mi.

—Eres una niña mala... - Siseó —Apuesto a que tú sola te has follado el culo - Hablaba mientras detenía su penetración. Gemí por que ya me la había enterrado por completo.

Tan grande.

Tan gruesa.

Tan rico.

Camila tomó la soga nuevamente, ahogándome cuando estiró tanto que tuve que arquear mi espalda echando un poco mi cabeza hacia atrás. Empalaba mi culo tan violentamente que la cama rechinaba y se movía estruendosamente, ella se sostenía de la soga para impulsarse a follarme con más fuerza, ella me estaba montando de manera tan bestial, tan animal que estaba haciéndome delirar, su polla estaba abriéndome inclusive más que el consolador, jodidamente su polla se hacía más grande en mi interior, sentía como se hinchaba, ella palpitaba buscando liberación.

—¡Maldición! - Siseaba, parecía un animal intrincado —Baby... - Tiró mas de la soga —Córrete Baby Lo... ¡Córrete! - Mi coño reaccionaba a ella, todo mi cuerpo lo hacía. Mis piernas temblaron perdiendo fuerza mientras me sacudía debajo de ella, mi cuerpo cayó sobre la cama, mis piernas se extendieron sobre las suaves sábanas pero seguía abierta para ella —¡Sí! ¡SI! - Ella había soltado la soga para colocar sus manos encima de mi espalda baja, toda ella estaba encima de mi, mis nalgas chocaban contra ella con cada impulso, Camila no dejaba de repetir "Si" "Si" Ella parecía haberse ido a otro universo.

Yo estaba agotada pero sus penetraciones me seguían volviendo loca. Su polla estaba llegando a darme los orgasmos más fascinantes de toda mi corta existencia.

—Baby... voy... voy a correrme... - Cambió de agujero su polla, enterrándose en mi coño. Ella me daría su crema, el dulce semen que amaba sentir en mi interior —¡Agh! - Jadeaba mientras dejaba caer su sudoroso cuerpo encima del mío, su cuerpo tiraba dando pequeños espasmos como su polla que se hinchaba lanzando hilos de semen . Se sentía una delicia que se corriera dentro —Oh pequeña Lauren... - Nos giró un poco para aflojar la soga de mi cuerpo, sonrió orgullosa mientras veía mi cuello, comisuras de mis labios y mis muñecas yo sabía que era por que realmente había dejado fuertes marcas ahí.

Besó mis labios como solo ella sabía hacerlo, se separó de mi para comenzar a acariciar mi cabello y mejillas.

—He tomado una decisión... - Sus ojos brillaban, no dejaba de acariciarme —Es por el bien de las dos, sabes que todo lo que hago es por ti baby, ¿Lo sabes, verdad? - Asentí y ella sonrió. Tenía una linda sonrisa —Eres mía Lauren... eres mía desde que llegue a este mísero pueblo y pose mi mirada en ti... contaba los días para que fueses mayor y poder llegar a ti sin problemas pero entonces tú enviaste esa solicitud y lo hiciste difícil... posteaba pensando en ti - Mordí mi labio inferior —Era una tortura para mi y mi animal interior verte tres veces por semana en mi tienda acompañada de tu madre - Volvió a besarme apasionadamente —Ya no estoy dispuesta a dejarte ir - Sentenció mientras alargaba una mano por debajo de la almohada —Eres mía baby... y te quedarás conmigo para siempre - Llevó mis manos por encima de mi cabeza para esposarme a su cama —Ahora me perteneces - Susurró cerca de mi boca mientras sus dedos tocaban mi coño.

—Si, Daddy...

Nos pertenecíamos, no iría a ningún lado sin ella, ni siquiera tenía que encadenarme a su cama pero mierda, mantenerme prisionera en su casa era tan enfermo

Y lo amaba.

La amaba.

Me amaba.
j

One Shots - Camren Where stories live. Discover now