Capítulo 26: La muerte está presente.

29 5 1
                                    

Capítulo 30

La muerte está presente.


Nixie.

Me estoy muriendo de sed, solo me han dado unos pocos sorbos de agua para mantenerme con vida, pero no es suficiente para saciar mi sed. No sé cuántos días he estado aquí, solo sé que son muchos y, con el pasar del tiempo, mis fuerzas van cediendo.

Supongo que eso es lo que quieren Vincens y Aleksander, que mueran lentamente y que sufra tanto que al final suplique que me arranquen la vida del cuerpo. He pensado en hacerlo, no por sus torturas sino por la locura que se hace imposible pasar por alto. La oscuridad me está mirando a la cara y no podré mantenerla a raya por mucho más tiempo.

O muero o tengo que salir de aquí lo antes posible.

La puerta de mi celda se abre y Boris entra, sonriendo como si verme en este estado fuera lo más placentero que ha presenciado. Sabiendo que está mal de la cabeza apuesto a que en realidad eso es lo que pasa.

Detrás de él, entra Vincens, que hace una mueca al verme.

—Oh, querida, tu belleza está menguando —dice con tristeza y niega con la cabeza—. Nunca creí que vería el día en que ni estuvieras más que impresionante.

Ruedo los ojos. Es tan básico que cree que sus palabras van a dolerme. Tengo mejores cosas en las que pensar, como por ejemplo: huir o morir.

—¿A qué debo el honor de tu visita? —Mi voz sale ronca y un poco nasal debido a mis gritos durante las torturas—. Estoy un poco ocupada, agradecería que fueras rápido.

Ríe, sin poder creer que sigo siendo insolente incluso en estos momentos.

—Tu altanería no te va a llevar a ningún lado, Nix.

—Pero les molesta, y como voy a morir de una forma u otra, me gusta tener mis pocos momentos de satisfacción.

Vuelve a reír, esta vez más fuerte, mientras se acomoda las solapas de la chaqueta de su traje.

—Te he traído un regalo. —Solo Dios sabe con qué viene ahora, aunque puedo apostar a que va a dolerme—. Apuesto a que te has estado preguntando dónde está tu fiel lacayo, orando al cielo para que haya sido capaz de salir de aquí. —Se detiene, dándome una sonrisa complacida. Todo dentro de mí se tensa—. No lo hizo.

Dejo ver mi terror, no tiene caso ocultarlo. No es un secreto que Rafa me importa. Si está en sus manos solo puedo imaginar lo que han estado haciéndole.

—Esa es la cara que quería ver —se burla Vincens y hace un gesto hacia Boris. Este sale de la celda—. Rafaelo ha estado encerrado en este mismo recinto desde antes que tú, pero lo hemos dejado descansar estos días.

Boris entra, empujando a Rafa dentro. Mis ojos se encuentran con los suyos y me duele el alma la expresión de impotencia que tiene. Sabe que no podremos escapar de aquí a menos que ocurra un milagro y para él debe ser una tortura no poder sacarnos de aquí.

—Él pobre ha estado escuchando tus gritos durante los últimos diez días y por poco ha matado a uno de mis hombres para llegar a ti. —Vincens mira a Rafa—. Lucio está bien, por cierto. Recuperándose con normalidad.

Ojalá hubiese matado al maldito Lucio.

—Hemos descubierto algo interesante sobre tu hombre de confianza —continúa hablando el maldito de mi esposo—. No sé si lo sepas, pero quiero contártelo de todos modos. El secreto para un matrimonio de éxito es la comunicación, cariño, y no puedo guardarme esta información.

Evil ©Where stories live. Discover now