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Capítulo 17: Un plan suicida.

Capítulo 17

Un plan suicida.

Nixie.

Mario no parece convencido, y temo que vaya a impedírmelo. Soy una persona libre que puede hacer lo que le venga en gana, pero era hasta que me alié con un controlador, uno al que complacen siempre. No sé si me permitirá ser la excepción, acostarme con él, ser su fuente de placer, no me garantiza ser tratada diferente al resto. Después de todo, esto sigue siendo un negocio, uno en el que pierdo más que él si llegamos a tomar caminos separados.

—No quiero ponerte en peligro —exhala luego de un minuto de silencio—, podrías no salir ilesa.

—Es un riesgo que estoy dispuesta a correr —declaro vehemente—. Necesitamos esa información.

Se lleva la mano a la cara y frota un par de veces. Cuando acaba, me mira de nuevo a los ojos.

—Bien, pero al primer indicio de problemas, abortamos la misión.

Sonrío, feliz de haberme salido con la mía.

—Soy buena metiéndome en la mente de los hombres, no te preocupes por mí.

Un lado de su boca se alza al tiempo que baja la cabeza.

—Tienes razón —admite divertido. Pasa un momento de silencio antes de que vuelva a mirarme, circunspecto—. ¿Qué vamos a hacer con tu marido?

—Esperar a que baje la guardia y confíe en nosotros. Vincens ha pasado los últimos días alerta. Con su estado actual no podremos hacer mucho más.

Mario se inclina hacia adelante, apoyando sus codos en sus rodillas.

—Y tú tienes que mantenerte fuera de su camino, no es bueno que sospeche, y estoy seguro de que en este momento lo hace de todo el mundo.

Quiero decir que es imposible mantenerme al margen, que Vincens no quiere dejarme fuera de su radar, pero no creo que eso sea lo más indicado. Aunque nuestra relación sea un negocio con una intensa atracción por parte de ambos, Mario no es de los hombres que toquen lo que es suyo, y yo soy su obsesión del momento.

¿Me enoja?

Para nada, me hace sentir grande. Tengo al mafioso más peligroso de la ciudad babeando por mí, eso le hace grandes cosas a mi ego.

⬧⬧⬧

La secretaria está mirándome de nuevo como si quisiera matarme solo porque el idiota de Vincens me pidió que viniera para planificar el gran baile que hará y al que invitará a Aleksander. Un día no muy lejano voy a decirle unas cuantas cosas a esa resbalosa sin importar que mi esposo esté presente.

Se merece más que un simple insulto, pero la agresión física me la guardo para cuando Vicens esté muerto.

Boris está al otro lado del lugar, junto a la puerta, callado como una tumba. Otro que se irá al infierno junto con mi marido, puede ser antes o después, no tengo preferencia en ello. Sus ojos conectan con los míos y el surco en su frente se profundiza.

Estoy empezando a creer que me odia solo por odiarme, no veo otro motivo para que sea de la forma que es conmigo. Y también sospecho que no le gusta que Vincens me esté incluyendo en los negocios.

Tal vez es más perceptivo que su jefe y sospecha que estoy en algo turbio. Si es así, mantendré un ojo en él.

—Será en dos semanas, Nix.