34- La ducha (Parte II)

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—Natasha

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—Natasha.

Su boca sobre la mía, la cosa más extraordinaria del mundo.

Debería de estar peleando ahora con él. Sacándolo a patadas de aquí por interrumpir mi ducha, por no pedir permiso y por dejarse besar de su ex novia, lo cual me tiene bastante furiosa, pero me digo que se lo diré en unos segundos, solo en unos momentos, cuando sus labios dejen de saber tan deliciosos, cuando sus manos dejen de apretarme tan fuerte, cuando mi cuerpo deje de estremecerse sobre la polla dura clavada en mi abdomen.

Lo alejare en un momento...

Solo...

Su lengua se clava dentro de mi boca, lamiendo mi interior y entrelazándola con la mía en una danza salvajemente peligrosa.

Si, esa esas son las palabras para describirlo por completo.

Salvajemente peligroso, todo en Jacob es fuego o tempestad, no hay un nivel medio, no hay un nivel bajo, todo es extremo y destructor, como si no supiera lo que es la calma y solo conociera la parte devastadora de la tormenta. Él es un huracán categoría 5 sin ojo, en pleno verano y en una pequeña isla del caribe, caótico.

Toda su pasión se derrama sobre el beso, sus labios se comen los míos, mientras su cuerpo me aprieta con fuerza sobre la mampara empañada, haciendo que el cristal se estremezca ligeramente. Mientras el agua cae estrepitosamente entre nuestros cuerpos y borra mis pensamientos, todas mis preocupaciones por un solo instante en el que solo existimos los dos.

—Me estas matando, Natasha — susurra sobre mi boca, para seguido clavar sus dientes resplandecientes sobre la piel hinchada de mi labio inferior, apretando con fuerza y amenazando con romperla. Jadeo ante su acción y siento como, la mano en su cintura se mueve ligeramente hacia abajo, para posarse sobre mi trasero, dejando que su dedo medio se pierda entre medio de mi culo.

—No puedes estar aquí — pronuncio a duras penas sobre su boca, sin atreverle a abrir los ojos. Gimoteo cuando su dedo medio resbala entre mis nalgas y se detiene en frente al caliente agujero palpitante.

—No puedo, pero lo estoy y es lo que importa.

—Estoy molesta contigo.

—Lo sé, hechicera —. Su voz es un ronquido bajo, tan suave que no se como logro escucharlo. Abro los ojos lentamente, con sus labios rozándose con los mío y miro hacia arriba, a sus ojos azules que me ven con los parpados caídos como si tuviera sueño y eso me prende.

Mi interior se aprieta con fuerza ante la imagen de su cabello mojado pegado a su frente, sus ojos viéndome de esa manera como si fuera lo más perfecto y quisiera devorarme, con sus labios rozando los míos.

Estoy muerta por él.

—Besaste a Debby, debería matarte por eso — gruño contra su boca en un repentido acelerón de celos, mi mano en mi pecho se elevo hasta su cabeza, dejando que mis pechos rebotaran sobre el suyo, lo que le saca un jadeo largo y nasal. Enredo mis dedos contra su cabello y tironeo con fuerza. En su boca se forma una sonrisa suave, con los ojos centelleantes.

Habitación 159 [#1 Los Wellington] COMPLETA ✔Kde žijí příběhy. Začni objevovat