Habitación 159 [#1 Los Wellington] COMPLETA ✔

14- Mundo de mentiras.

—Natasha.

¿Era tarde para correr? ¿era tarde para llorar sin parar? ¿era tarde para gritar con fuerza? ¿era tarde para dejarme caer sobre el suelo y volverte un ovillo hasta desaparecer? ¿era tarde para tomar el puto toro por los cuernos y dar mi verdadera respuesta?

Si, era tarde para todo eso, menos para sentirme como la mierda más grande del mundo.

Es tarde para mirarlo a los ojos y decirle, "No, no quiero, porque no te amo y nunca lo haré".

Es tarde para correr y dejarlo con las manos extendidas.

Es tarde para rehuir de su beso frio sobre mis labios, asentado el sabor de una anterior.

Era tarde para regresar a ese momento en la cocina en el que el mundo parecía detenerse y todo era perfecto, donde las sensaciones sobre mi cuerpo eran causadas por tornados de fuego y no por tifones helados.

Es tarde para negarme a casarme con él, porque he dicho que sí, porque he caído presa del pánico y he caído en un abismo creado a base de mis propias mentiras.

Una vez hable conmigo misma y me dije que llegaría el momento que todo este mundo falso que he creado a mi alrededor se volvería contra mí, aprisionándome hasta acabar con mi vitalidad, pues ese momento es ahora, cuando soy abrazada por desconocidos, es ahora que soy felicitada por rostro difusos, que escucho coros de alegrías y que soy rodeada por los brazos de un hombre que no siente nada por mí, pero que ha encontrado la manera de atarme a él.

¿Cómo pudo hacerme esto? ¿Cómo pude ponerme en esta situación? ¿sabía el que estaría yo obligada a decir que si solo para no avergonzarlo frente a su familia y amigos? ¿o pensaba él que yo realmente estaba deseosa de casarme con él?

Entonces el mundo de mentiras regreso a mí.

El mundo que yo he creado y que él creía era nuestra realidad, el mundo donde Connor era mi amor verdadero, cuando en realidad no soportaba sus caricias frías, su falta de amor, sus secretos desbordándose por sus pupilas azules.

—¡Oh, Dios que emoción! — grito una voz recientemente conocida para mí, mis ojos desenfocados parpadearon y trate de enfocar a la mujer frente a mí. Josephine, la madre de Connor me daba una radiante sonrisa para seguido rodearme con sus brazos maternales que no hicieron más que acelerar mi corazón, pero no en una buena dirección.

La culpa se cernía sobre mí con más peso, sentía como mis entrañas estaban siendo aplastadas.

Estaba segura que tendría pesadillas con el momento justo cuando Connor se paró frente a todos y me alcanzo.

¿Qué habia dicho?

—Tengo un anuncio que hacer — todos se regresaron a verlo y él con una perfecta sonrisa, habia dicho, — quiero que todos sepan que esta es mi hermosa novia, Natasha Molotova —, a ese punto mis mejillas se habían sonrojado por la atención de tantos desconocidos y eso que no era una persona vergonzosa. — Esta mujer es quien me acompañado todos estos años, ayudándome en mis momentos más dolorosos, —¿Qué yo he hecho qué? — es mi mejor amiga, mi compañera y en algún momento me gustaría que fuera la madre de mis hijos y es por ello, que ahora me gustaría preguntarles frente a todos ustedes... — sus palabras se cortaron mientras se aleja de mí y siguiendo sus acciones lo vi arrodillarse sobre el césped y sacar una caja de terciopelo azul de su pantalón jean. Mi miro con aquellos ojos sin emoción y lo vi fingir una sonrisa que no iluminaba su rostro, pero que, si resaltaba su atractivo físico, — ¿quieres casarte conmigo?