Capítulo veinticuatro

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La desesperación por quitar a esas personas de mi camino se hacía cada vez más grande. Les intente explicarles que no era de mala onda, pero necesitaba que se corrieran. No me hicieron caso y empezaron a sacarme fotos.

Entre las luces de las cámaras pude ver como Bautista sacaba a Lola de entre la gente y la abrazaba con fuerza. Como había observado antes que hacía Lucas cuando ella tenía un ataque, ¿Cómo él sabía lo había que hacer si ella tenía un ataque? Ni yo lo sabía bien.

Una media hora después todo se calmo. Lola estaba bien, había tomado un poco de su botella de agua y ahora estaba en el baño. Bautista y yo estábamos cerca de la puerta en silencio, esperando a que ella saliera.

—¿Cómo sabías lo que había que hacer en un ataque? —le pregunte.

—Mi papá es un doctor especializado en su condición.

Me paso una tarjeta con los datos del padre que se llamaba "Doctor Nicolás Skrokov", ¿Ese era el apellido de Bautista? De solo leerlo me mareaba intentado saber como se pronuncia.

—Él es su doctor —me aclaró.

—¿Tu papá es el doctor de Lola? —pregunte, sorprendido.

—Nos conocimos un poco antes de empezar en la facultad. Los Di Bianco aprecian mucho a mi padre y nos invitan a cenar.

Ahora entendía porque Lucas no desconfiaba de Bautista. Era hijo del doctor que atendía a Lola desde que le diagnosticaron su condición.

—¿La conocías antes?

—Sí, ella pasaba mucho tiempo sola desde que su hermano se mudo.

No había pensando en eso, lo que era irónico porque nunca deje de pensar en Lola. Antes de que sus padres se fueran a un crucero, Lucas estaba tan ocupado que no podía ir visitarlos. Aunque ahora creo que no lo hacía porque nunca le prestaron atención por estar pendientes de Lola. Puede ser que lo que paso a él le paso a cualquier persona que tenía un hermano con algo parecido a lo de Lola o con una discapacidad.

—Entonces comencé a pasar más tiempo con ella —hizo una pausa. —Y solo somos amigos.

—¿Por qué me lo decís de nuevo?

—¿No son novios?

—¿Que? —me hice el desentendido.

—Ella me pregunto muchas cosas sobre el amor de pareja.

—No se de que estás hablando.

—Lola le llama amor de parejas a estar de novios. Me pregunto como saber si sentía eso por vos.

—¿Ella te pregunto eso?

—Hace mucho que estaba dudando de lo sentía por vos y le aclaré las cosas para que se de cuenta.

Eso tenía sentido porque no me había esperado que ella sintiera algo por mí tan rápido, pero entonces fue lento como cuando me di cuenta de mis sentimientos también.

—Y la última vez que le pregunte sobre vos ella me dijo que no podía decirme porque era un secreto, pero me dijo que tenía novio y se que ese sos vos.

No podía creer que este chico que no me conocía se hubiera dado cuenta de mi relación con Lola antes que mi mejor amigo. Bueno, en realidad si me la creía. Lucas era boludo con diploma.

—Le pedí a ella que no se lo dijera a nadie porque soy una figura publica.

—Lo entiendo, pero ¿Y Lucas?

—No puedo decirle que salgo con su hermana.

—¿No se conocen desde el jardín de infantes?

—Sin drama nos agarramos a las piñas, pero en serio.

Bautista miro su celular por un segundo y después abrió la puerta del baño. Lola salió con su botella de pingüino en la mano y se puso a lado de Bautista.

—Me quiero ir solo con Bautista.

—¿Por qué no querés ir conmigo también? —le pregunte, confundido.

—No quiero ir con vos.

—Antes que vinieras le envié un mensaje a Lucas para avisarle que iba con Lola a mi casa —aclaro Bautista.

—Chau Lola.

Ella no me hizo caso.

—¿Lola, Lola?

—Chau Rodrigo —dijo Bautista, mirando a Lola.

—Chau Rodrigo —repitió ella.

—Chau Bautista —le dije. —Gracias.

Él me sonrió cálido antes de irse con Lola. Suspire. No éramos novios por más de veinticuatro horas y ella no quería verme. Me lleve la mano a la frente, ¿Por que siento que me olvido de algo?

—¡Lucas! —grité, antes de comenzar a correr hacía el hospital.

El último mensaje que tenía de Lucas era preguntándome donde estaba. Le conteste que estaba llegando, pero sabía que era un poco tarde.

Estaba cruzando la calle cuando escuché como los autos me tocaban bocina. No entendía porque si el semáforo estaba en rojo, pero entonces vi un auto acercarse a toda velocidad hacía mí y no tuve tiempo de reaccionar. Después no supe que más paso.

Lola, Lola ; Rodrigo Carrera, CarreraaaWhere stories live. Discover now