Capítulo cuatro

1.9K 168 5
                                    

No podía dejar de pensar en la mirada de Lola. Me había mirado de una forma distinta, fija. Solté un suspiro al recordar que solo lo hizo por un segundo para seguir escribiendo. Me preguntaba que estaba haciendo ahora con ese chico. Habían pasado como tres horas y él seguía aquí, ¿Tantas horas estudiaban? No tenía idea porque yo no lo hacía hace años.

—El chat pregunta porque estás re ido —me dijo Lucky.

Mire hacía la cámara que estaba trasmitiendo en vivo por Twitch. Olvide que estaba en stream. Leí por encima el chat. Estaban preguntando porque estaba distraído.

—¿Y si reaccionamos al ping pong con streamers que te hicieron el otro día, Lucky?

—Chat, no saben lo mal que lo pase haciendo ese ping pong. Para empezar ni sabía que era, pero por suerte la chica me explicó con la mejor...

Intente no distraerme de nuevo. Podía engañar a mi amigo, pero no al chat. Ellos veían todo y odiaba un poco eso, pero lo igual los quería.

—Bueno, nos vemos mañana —dijo Lucky. —No olviden que con Spreen vamos a hacer un stream juntos la semana que viene. Avisamos por Instagram cualquier cosa.

—También conmigo gente.

—Si, los tres juntos.

—¿Me puedo quedar a dormir? —le pregunté cuando apago la trasmisión, bostezando.

—¿Desde cuando me preguntas, gato?

—Vivís con Lola ahora.

—Ah, si. No, vos quédate. Ella tiene su lugar silenciado.

—¿Y el pibe ese?

Lucky agarró su celular y miro la ahora.

—Se va a ir ahora como siempre hace. Es bastante puntual con los horarios. No se como hace.

—Ah.

—Pido algo para comer.

—¿No tenés nada para tomar?

—Tengo muchas botellas de agua en la heladera y un bidón con chocolatada

—¿Un bidón con chocolatada?

—Lo hice en el stream de ayer y aun no me lo tome todo.

—Mejor tomo el agua.

—¿Que desprecias mi chocolatada, gato?

—Gata tu vieja.

—La tuya.

Me fui a la cocina y como si fuera mi casa abrí la heladera. No había casi nada. Solo una sopa instantánea que seguro era de Lola porque Lucky comía boludeces desde que comenzó a vivir solo.

—¿Rodrigo?

Tragué duro al escuchar su voz. Levante la mirada hacía a ella quien me miraba con los ojos bien abiertos.

—Lola, Lola.

—Sopa, por favor.

Me extendió la manos para que se la diera. Sin decir nada le di la sopa, pero ella no se fue. Comenzo a tocarse las manos. Creí que en cualquier momento se le iba a caer la sopa.

—¿Tenés novia, Rodrigo?

Me quede callado. Nunca me había preguntado algo parecido. Ni siquiera a Lucas que andaba con cualquier piba no más de dos días.

—No, ¿Por qué lo preguntas?

No me contesto. Tomó una cuchara del cajón para irse a su habitación. No era la primera vez que ignoraba algo que le decía. Era bastante distraída y había una posibilidad de que no me hubiera escuchado, pero era obvio que esta vez si me escucho.

Lola, Lola ; Rodrigo Carrera, CarreraaaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora