𝟏7✦•·············· 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃𝐄𝐒

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Ariadnne Willson

— ¿Vas a decirme que te sucede? —Busqué sus ojos pero no los encontré—Al menos dime que fue lo que viste.

Soltó un bufido y volteo los ojos. Se acomodó en su silla y giró todo su torso hacía mí. le presté suma atención a esos ojos claro y me centré en ella.

—Bien. Vi a un mono fuera del zoológico y me asuste por eso te traje aquí—, Alzó sus cejas—Ah por cierto...tenía un letrero en la cabeza que decía "idiota"

Arrugué el ceño. No soy buena captando a Gia a veces. Además nunca me da señales claras y disfraza todo con su ironía y sarcasmo.

—Gia...

— ¡Por dios! — Se tiró sobre el respaldar de la silla—Vi al idiota de Nick. Eso fue lo que vi y te saqué de allí porque se estaba acercando con los mequetrefes de sus amigotes.

—Gia, no voy a evadirlo siempre. Lo que él tenga para decir me va a entrar por una oreja y me va a salir por la otra. Además estoy bien con Aiden...—Me detuve a pensar un momento y era verdad. Ahora estaba con Aiden, si es que puede decirse "estar"

—Bueno hermosa, siendo sincera. Tu Aiden le gana por mucho a esa abominación del planeta—, Encendió su móvil y me regaló una sonrisa.

Me eché a reír mientras escuchaba cada palabra que salía de su boca. Ella era así, sin miedo a nada y siempre dispuesta a ponerse en contra de todos por mí.

En todo lo que resto del día, Gia solamente se la pasó pegada al móvil ¿Cómo lo sé? Porque cada dos por tres me llegaba una notificación de Instagram y cada que miraba a escondidas de la profesora de literatura, era ella mandándome memes de gatos y de algunos famosos.

Ah, sin mencionar que se podía ver perfectamente a través de sus mechones rubios esos auriculares inalámbricos prendiendo una lucecita azul y apagándose con frecuencia.

No era su materia favorita y la profesora no era la mejor de todas. Concuerdo con Gia, pero no puedo mirar el móvil y escuchar música como si nada cuando tengo esos enormes ojos mirándome fijamente justo frente a mí.

Miré la hora en ese reloj que colgaba en la pared cerca de la puerta y me emocione cuando me di cuenta de que faltaba menos de diez minutos para poder irme. Sí, no me gusta estar pegada a una silla cuatro horas seguidas, hoy fueron cuatro. Por la ausencia del profesor Krickman, pero los días restantes eran quizás ocho, sin contar los recesos.

El timbre sonó y me levanté como flash de mi lugar. Gia que compartía ese salón conmigo solamente por la misma materia, hizo exactamente lo mismo y ambas salimos casi corriendo del salón.

—No me aguantaba a esa señora ya—.Tiró su mochila en su espalda y desabrochó su sudadera.

La miré de reojo y fruncí el ceño.

—Gia ¿es enserio? —Me frené

Tenía puesta una camiseta roja mangas cortas debajo de la sudadera del instituto. Se había hecho la inteligente y la cubrió a la perfección para que no la suspendieran.

—Shh, calla—, Su dedo índice apretó mis labios y soltó una risa

Negué con la cabeza y me limité a sonreírle. Ambas seguimos nuestro camino hacía la salida. El sol aún permanecía allí y significaba que tendríamos una arde casi libre.

Mi sangre se helo por completo recorriéndome todo mi cuerpo cuando lo vi.

Estaba parado justo frente al umbral de la puerta de salida, su mochila azul caía sobre su hombro y hablaba tranquilamente con sus amigos.

DULCE TENTACIÓN © [+18]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz