DULCE TENTACIÓN © [+18]

001-Noche de viernes

La alarma había sonado a las seis de la mañana como de costumbre... haciendo que mis ojos se chocarán con la luz intensa del sol a través de mi ventana.

Lidié con el pensamiento de qué debía ir al colegio pero una parte de mí estaba feliz porque era vienes y significaba un fin de semana inolvidable con mi mejor amiga.

Froté mis ojos unas mil veces y bostecé, mi estómago rugía así que decidí desayunar pero antes de ir a prepararlo, me duché para quitar todo tipo de mala energía que mi cuerpo sostuviera.

Cuándo el aseo terminó me preparé y bajé a la cocina para poder desayunar, me preparé huevos revueltos con tostadas de pan blanco y una taza de café con leche. Mientras preparaba mi desayuno y organizaba mis cosas para el día mi celular no dejaba de vibrar, algo frustrada lo encendí y vi la cantidad de mensajes provenientes de "Nick" mi novio...bueno ex novio.

Sus "disculpas" no me importaban en lo absoluto, él era consciente de las cosas y él sabía que un engaño yo no lo iba a dejar pasar por alto, evidentemente no fue el quién vino corriendo a contarme, hubiese valorado quizás que haya sido él una persona "honesta" dentro de lo que cabe y me lo haya dicho, pero no fue así, se negó a dos manos sin importarle la foto que yo había recibido.

Si bien mi corazón se desmoronó al enterarme de su engaño no podía dejar de sentirme una completa idiota, pensé que nuestro "amor" era real, en ese momento me di cuenta de que todo había sido mentira, sin más el enojo también apareció, pero por el hecho de las veces que me sentí insuficiente porque "creía" que él incluso merecía algo mejor, pero fui una estúpida al pensarlo, el enterarme de eso fue como una bofetada en la cara, pero sin embargo me sentí agradecida por haberme dado cuenta y no seguir con ese patético juego de los "te amo" más falsos que las mentiras de los famosos cuando dicen que no tienen pareja.

Ignoré los mensajes y me senté para poder desayunar tranquila, mi madre regresaba más tarde del trabajo así que yo debía hacer algunos quehaceres de la casa pero los hice de manera rápida y me encamine al colegio.

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Cuándo por fin llegué al colegio vi a Gianne esperándome afuera, ahí estaba ella cautivando a los chicos de último año con su cabello rubio claro que brillaba en el sol como si fuera un tesoro raro, sus cautivadores ojos color miel profundos, sus labios carnosos que siempre lucían una sonrisa radiante, su tez blanca y con esa belleza natural que no podía pasarse por alto.

Gianne dirigió su mirada hacia mí y le dio una última sonrisa al chico rubio con el que platicaba muy entretenida, aunque él no parecia ser de nuestro mismo instituto ya que no lo había visto nunca.

Se acercó a mí con paso firme, se plantó justo frente a mí y me rodeó con sus brazos largos apretándome contra ella.

—Estoy tan agradecida de que hayas venido Ari—Dijo apretándome y besando mi cabeza-¿Estas bien?- Preguntó.

Fruncí el ceño y la aparte gentilmente

—Ya Gianne, sí, estoy bien—Declaré apartándome suavemente de ella.

Una mirada de comprensión y enojo cruzó por sus ojos mientras extendía su brazo y lo enredaba con el mío para adentrarnos en la tortuosa escuela.

Mientras caminábamos pude notarla tensa asi que me giré y me enfrenté a ella.

—Gianne...de verdad no te preocupes estoy bien—Argumenté con una sonrisa.

Gianne era mi mejor amiga, por más que su carácter fuera frio y tratase de demostrar que era dura sabía que en el fondo era cálida.