CAPITULO 33

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CAPITULO 33 

Ariadnne Willson

Estaba apoyada contra la pared fría de un contenedor de carga, perdida en el resplandor de la pantalla de mi móvil. La fiesta de carreras estaba en pleno apogeo, con luces intermitentes iluminando el descampado y la música retumbando en el aire. Parecía que la noche aún tenía muchas horas por delante y la fiesta estaba lejos de terminar.

A lo lejos, podía ver a David, hablando animadamente con un grupo de sus amigos. Sus risas y bromas se perdían en el bullicio de la fiesta, pero su presencia era un recordatorio constante de que no estaba sola en aquel lugar que me generaba cierta incomodidad.

La chica que preparaba los tragos me llamó, sacándome de mis pensamientos. Anunció que mi bebida ya estaba lista, su voz apenas audible por encima del estruendo de la música. Me despegué de la pared, sintiendo el frío del metal desvanecerse de mi espalda, y me dirigí hacia la barra. Llegué y la chica me entregó mi trago con una sonrisa amigable. Le agradecí y tomé un sorbo de mi bebida, sintiendo el sabor refrescante del trago inundar mi boca. Me quedé un momento en la barra, disfrutando de mi bebida y observando la fiesta desde mi posición.

La noche estaba llena de posibilidades y cada momento parecía traer algo nuevo y emocionante. Aunque estaba sola en ese momento, sabía que la noche aún tenía mucho que ofrecer.

Mientras saboreaba mi trago, mi mente comenzó a divagar y me encontré pensando en lo que hubiera pasado si nunca hubiera conocido a Aiden. Me pregunté cómo habrían sido las cosas y qué rumbo habría tomado mi vida si aquel juego nunca hubiera comenzado.

Imaginé un escenario en el que nuestras vidas nunca se hubieran cruzado. Quizás habría seguido mi rutina diaria, sin experimentar las emociones y aventuras que Aiden había traído consigo. Tal vez habría seguido siendo la misma persona, pero sin las experiencias y aprendizajes que había obtenido a través de... "nuestra relación"

Reflexioné sobre cómo aquel juego había sido el punto de partida para una serie de eventos que habían cambiado mi vida de manera significativa. Conocer a Aiden había abierto puertas que nunca antes había considerado, y me había llevado por caminos tantos, inesperados y emocionantes, como dolorosos y horrorosos.

Resoplé y sujeté fuertemente mi vaso, teniendo tanto el vaso como mi móvil en la misma mano. Era una tarea complicada equilibrar ambos objetos, pero de alguna manera logré acomodarlos juntos. Decidida a cambiar de dirección, di media vuelta... Sin embargo, antes de que pudiera dar ni siquiera un paso, mis reflejos me salvaron de chocar de frente con algo o alguien.

Detuve mi avance de golpe, sintiendo cómo mi corazón se aceleraba en mi pecho. Fue en ese preciso instante que lo vi...

Aiden.

Estaba parado justo frente a mí, a solo unos centímetros de distancia.

Su imponente altura me ponía nerviosa y mis ojos se fijaron en la cadenita que sobresalía de su camiseta blanca. Su presencia era avasalladora, y sentí cómo mi respiración comenzaba a elevarse, al igual que mi ritmo cardíaco. Él mantenía ambas manos en los bolsillos de sus vaqueros, y podía sentir su mirada penetrante desde arriba.

Su aroma, una fragancia masculina, fuerte, dulce pero no demasiada, chocó contra mi nariz, envolviéndome en una sensación embriagadora. Era una combinación irresistible que me dejaba anhelando más.

Elevé el mentón, solo para encontrarme con aquellos preciosos ojos azules que siempre me habían cautivado. Su cabello negro caía en mechones rebeldes sobre su frente, añadiendo un toque de misterio a su ya atractiva apariencia. Pero eran sus labios, de un rosado natural, los que se llevaban toda mi atención. Parecían tan suaves, tan tentadores...

DULCE TENTACIÓN © [+18]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt