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Cuando surgieron miedos

La universidad para Harry no era tanto estudio, como sí diversión.

Era de los populares, ni siquiera había escogido serlo, su apariencia lo había llevado a formar parte de ese grupo y pasaba de fiesta en fiesta con ellos, o al menos así había sido hasta que había comenzado a trabajar para poder pagar los gastos del embarazo de Louis y traerlo a casa cada fin de semana. Eso lo hacía para ser un padre responsable, pero el adolescente dentro de él, quería volver a las fiestas de fin de semana y a ser el chico irresponsable de toda la vida. Pero no, había un cachorro en camino y él no podía divertirse.

Y no lo tomen a mal, amaba a su cachorro aunque no lo conociera y ahora no lo dejara tocar la panza de Louis, y amaba a Louis como lo había amado toda la vida, pero mientras más fiestas y salidas se perdía por causa de su nueva responsabilidad, menos le iba gustando todo eso.

Se habían apresurado mucho y recién  lo notaba.

—¿Te compro el boleto para hoy en la tarde o puedes viajar más temprano? —pregunta mientras tiene la página de la empresa de transportes abierta en su laptop.

—No puedo viajar este fin de semana, tenemos que preparar una presentación con mi grupo.

—Oh, entonces comparé uno para mí...

—No. —Louis lo interrumpe—. Cuando vienes no avanzo en mis obligaciones de la universidad y este es un trabajo muy importante, vale un gran porcentaje de la calificación final  —explica, y al no obtener respuesta, agrega—: lo siento.

—Está bien —responde, sintiéndose triste también, quiere estar con Louis, quiere obligar al cachorro que acepte sus toques y quiere volver a tener sexo con el omega en la ducha porque eso fue genial. Pero sobre todo, quiere poder abrazarlo, besarlo, mimarlo y mirarlo.

Quiere mirarlo mucho, porque si algo ama, es mirar a Louis. Es tan hermoso que podría pasarse la vida entera mirándolo y enamorándose aún más de él.

—En serio lo siento, pero ya casi no queda nada para que el semestre termine, entonces podremos vernos todo el tiempo. —Louis intenta consolarlo.

—Lo sé.

—Te llamaré en la noche, por video llamada.

—¿Para hacer cosas sucias? —bromea Harry.

—No, tonto, para hablar —bufa Louis.

—Lo sé.

—Bueno te dejo, hablamos luego, te amo.

—También te amo, cuídate y al cachorro también.

—Siempre nos cuido.

—Lo sé, quisiera poder cuidarlos yo.

—Ya lo harás.

—Hasta la noche.

—Claro.

Louis cuelga y Harry cierra su laptop, ya no tiene que comprar un boleto de autobús, tiene un viernes en la noche libre y no sabe que hacer con él. Bueno, no tan libre, tiene que estudiar para los exámenes finales, pero no es como que lo haga, hasta el momento está aprobando todo con la nota mínima, pero no le importa mucho, porque prefiere salir y divertirse, es probable que repruebe algunas materias y ni siquiera le importa porque puede darlas el otro año, da igual si no sale en los años estipulados, o al menos a él le da igual, porque está olvidando que lo mejor sería sacar su carrera pronto para luego solventar a la familia que tiene, pero como ya se ha dicho, Harry aún es inmaduro y hacen falta algunos remezones antes que madure.

Voyeur (Larry)Where stories live. Discover now