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Alfa y omega

Sé que en el pasado algunas persona dijeron que le parecía "ridículo" o "molesto" que se digan tanto "alfa" y "omega" pero les tendré qué pedir que lo toleren por este capítulo, porque la razón es más que nada graficar que durante este capítulo, quienes tienen el control de sus actos, son sus lados más primvitios e institivos, sus lados omega y alfa, y no sus lados humanos y racionales, así que aunque puede ser repetitivo y molesto de leer, es totalmente necesario para lo que quiero representar. Espero no les sea demasiado molesto, y si lo es, pido perdón de ante mano por las molestias.

El omega gime al sentir el gran cuerpo chocar contra el suyo, es cosa de segundos para que sea levantado y dejado en la cama con brusquedad.

—Alfa —jadea sintiendo como el rizado entierra el rostro en su cuello.

Harry gruñe otra vez, Louis huele tan dulce, tan bien, quiere lamerlo, morderlo, marcarlo.

—Alfa, haz algo, me duele. —El omega  lloriquea, necesita que lo llene, que lo haga ahora.

Harry lo toma del rostro y comienza a besarlo mientras usa sus manos para tocarlo, recorre toda la figura de Louis, sus dedos lo conocen de memoria, pero aún así lo toca como si fuese la primera vez, deleitándose con cada curva de aquel tan bien formado cuerpo.

El omega gime en el beso, frota su lengua contra la del alfa, con marcado desespero, sus manos se mueven erráticas sobre la ropa del más alto, porque sí, Harry ya está más alto que él, pero eso no le importa, no ahora que sólo quiere quitarle la ropa.

—¿Estás seguro? —Harry pregunta, aún conserva algo de lucidez, la suficiente para preguntar.

—Alfa —llora, frotando su cuerpo contra el de su acompañante. Louis no está en condiciones para responder esa pregunta, sólo está el omega y el omega quiere una sola cosa... que lo llene.

Harry asiente y se quita la ropa con nerviosismo, ha querido esto desde hace tiempo, pero no hay que olvidar que sólo es un chico virgen, no está seguro de que hacer, el olor de Louis lo marea de una buena forma haciendo que su alfa quiera tomar el control, y tal vez deba dejarlo porque de seguro sabe que hacer.

Y mientras piensa, queda desnudo frente al omega quien gime complacido y los mira con los ojos perdidos de lujuria.

—Alfa —lo llama y se abre de piernas exponiendo su entrada ya dilatada por la gran excitación que experimenta.

Y es todo, Harry se pierde, el placer explota dentro de él y su alfa emite un ronroneo complacido. Adiós al nerviosismo, su instinto lo guía y se inclina entre las piernas del omega, oliendo el dulce y denso olor de sus fluidos.

Es rápido en tomarlo y darlo vuelta, dejándolo expuesto a él, a su boca que no demora en probarlo. El omega gime fuerte y se empuja más cerca de la lengua del alfa que entra en él, caliente y húmeda.

El alfa lo atiende con su lengua hasta que siente que es suficiente. Voltea nuevamente al lloroso omega y toma su boca con brusquedad al mismo tiempo que entierra dos dedos dentro de él. El omega los toma con facilidad y se mueve contra ellos. Gime de una forma tan bonita que el alfa quiere escucharlo siempre.

Así que lo folla con su dedos, agregando un tercero y dejando los labios del castaño libres para que gima todo lo que quiera. Y el omega lo hace, gime y llora, jadeando porque lo tome, lo quiere a él, no a sus dedos, lo necesita.

Y no es como que el rizado pueda resistirse, quita sus dedos y los lleva a la boca del omega y éste los lame desesperado mientras siente algo duro frotarse contra su entrada. Gime de anticipación y su respiración se detiene por un segundo al sentir al alfa empujándose dentro de él.

—No he dicho que te detengas —gruñe el alfa presionando sus dedos contra la boca del omega.

Por respuesta este succiona la punta de los dedos mientras se estremece al ir sintiendo la intromisión del grande miembro del alfa.

Pronto está lleno por fin y berrea, el alfa se toma un momento para acomodarse bien entre las piernas del omega, de hecho hace que el castaño ponga sus piernas sobre sus hombros y entonces comienza embestir, una parte de él quiere ir lento, pero es una parte más pequeña, porque su instinto animal desea ir fuerte, y lo hace.

Embiste con fuerza, en cada embestida sacude el pequeño cuerpo bajo él, está caliente y húmedo y eso le gusta, le gusta tanto como escuchar al omega gemir y pedirle más.

Es su omega, su hermoso omega, y se inclina sobre él y lo besa mientras sus embestidas llegan más dentro del pequeño omega.

El ritmo desesperado que sus cuerpos llevan, los va acercando rápidamente al climax, es lo que necesitan, es lo que el omega necesita, por eso cuando cambian de posición y está sentando sobre el alfa, se mueve rápido sobre él, quiere que lo anude, lo quiere mucho.

—Alfa... —llora en su oído estremeciendo al rizado.

—Ya casi —gruñe el más alto y lo toma de la cintura ayudándolo a ir más rápido.

El omega suelta un gemido aún más alto, se aferra a los hombros del alfa y cierra los ojos porque siente venir su propio orgasmo, hace falta dos embestidas más y entonces el orgasmo estremece su cuerpo con fuerza.

El alfa entonces se recuesta, sus embestidas cambian de rápidas a lentas y profundas, y entonces en medio de los estremecimientos del omega, lo anuda alcanzando su propia liberación, derramándose dentro del pequeño omega que gime llorosamente al sentir como su interior se expande, aquello duele y se queja, pero el alfa lo acaricia en la nuca buscando calmarlo, y funciona un poco porque pronto deja de soltar quejidos.

Poco a poco sus respiraciones se calman y sin darse cuenta la consciencia los abandona y se duermen, aún unidos.

Pasan alrededor de tres horas cuando el omega despierta otra vez asediado por el sentimiento de necesitar un alfa, se levanta de la cama lloriqueando desorientado, pero eso es suficiente para que el alfa lo capte y esté dispuesto a saciar sus demandas.

Vuelven a unirse y el omega recibe el nudo del alfa, sintiéndose complacido y saciado. Esta vez no se duermen en seguida, cuando el nudo se baja, el omega capta un olor a frutas, las cuales encuentra fuera de su puerta junto a varias botellas. No tiene tiempo para preguntarse que hacen ahí, pues su lado pensante no funciona, simplemente las recoge, y volviendo a la cama, come desesperado y bebe el agua mientras el alfa parece conformarse con lamerlo y besarlo por todas partes.

Vuelven a dormirse al cabo de un rato, acurrucados en la cama del omega, es demasiado pequeña para ambos, pero se las arreglan para quedar cómodos.

Luego de eso la rutina se repite, follan demasiado, como el celo de un omega lo demanda, y el destino de alguna forma los ayuda, porque nadie va a molestarlos, y sus partes animales, el omega y el alfa, que viven en ellos, toman el control por ese fin de semana.

Todo se trata de complacer sus más primitivos deseos, es como si ni siquiera recuerdan quienes son, sólo saben que se necesitan, que se desean y que sus cuerpos les piden unirse una y otra vez, hasta el cansancio y lo hacen.

Porque no hay raciocinio que los detenga, no hay un Louis y Harry pensantes.

Solo un alfa y un omega.

Voyeur (Larry)Where stories live. Discover now