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Kai estaba muy sonriente, quizás demasiado considerando que todavía había fuego en frente nuestro. Al menos Kim estaba muerto, lo que era un problema menos.

Ayudé a Baekhyun a sentarse y sacar toda el agua que había bebido. Mi pobre chico tosió tanto que debió arderle la garganta.

—Hay que sacarlos de aquí —le dije a Jongin—, y debemos parar esta tontería.

—Déjalos que se maten —me respondió con aire desinteresado—. Ellos de todas formas iban a morir.

—Son nuestra gente.

—Tu gente. A mí no me importan.

—Jongin-

—Había estado esperando este momento desde hace tanto. ¡Demonios que fue difícil! Aguantar toda tu mierda es cansado. Debiste pagarme más.

Me puse de pie muy despacio al verlo tan alterado. Su rostro saltaba entre matices de dicha y frustración, a veces con algunos tintes de rabia que no llegaba a entender, no por completo.

Sí, había tenido mis dudas acerca de él, pero al final siempre esperé que todo fuera producto del estrés y las preocupaciones que me rondaban. Porque confiaba en él, siempre lo había hecho.

—Es cierto que el viejo supo perfectamente a quién escoger para dirigir sus negocios porque Seunghyun era un idiota sin sentido común —alegó apoyándose en el contenedor a su espalda—. Pero la jodiste tantes veces y yo tuve que salvar tu culo por ello.

—¿Por qué es esto? Entiendo a Kim, era la perra de mi hermano, pero, ¿por qué tú me traicionas?

» Has sido parte de mi familia desde hace tanto. Mi abuelo te dio todo y-

—He estado con los Park desde que me recogieron como un pobre huérfano de catorce años. Mis padres murieron en un atentado en Osaka... bueno, fue un asesinato —murmuró apretando el arma en su mano—. A mi padre lo mató tu abuelo. Mi madre era amante de tu abuelo... y como le disgustaba tanto tener que compartirla con mi padre, lo mató un incendio. Pensó que así la tendría para él, al menos para cuando se escapara de su esposa y fuera a Japón.

» Le prendió fuego a la casa pensando que mi madre tampoco estaba. Los quemó... Él... Ni siquiera le importó.

» Yo estaba en un campamento de verano en las montañas cuando me llamó la policía... No quedaba nada. Y el viejo apareció como un buen hombre que se haría cargo de mí. Maldito hipócrita.

—Yo no sabía...

—Nunca te importó, así que no había razón para que indagaras.

—¿Cómo sabes que fue mi abuelo? Quizás-

—Porque el viejo tenía un registro de visitas a mi madre en un hotel del centro de Osaka. Ni siquiera se molestó en cambiar su nombre, tampoco en ocultarlo. Y luego de matarlos, donó una generosa cantidad de dinero a la cuadrilla de bomberos que apagó el incendio en mi casa.

» Así que yo lo maté a él —soltó con mucha ligereza y una amplia sonrisa en el rostro—. Tu abuelo no murió por un infarto la noche de tu cumpleaños número veinte y cinco. Yo le disparé en el pecho, no fue tan grave, pero dejé que se desangrara mientras le preguntaba por mis padres. El viejo incluso entonces lo negó todo. Así que le disparé una vez más, en la pierna.

» Tenía una resistencia increíble, lo admito —se carcajeó—. Y solo cuando estuvo por morir me lo confesó a la cara. Dijo que la amó tanto que no pudo tolerar la idea de compartirla... Y al final ni siquiera la tuvo... porque también la mató.

SIN SALIDA: El último tiro (Chanbaek)Where stories live. Discover now