CAPITULO OCHO

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El beso con Evan me dejó atónita, no sé exactamente que pensar o cómo sentirme al respecto... Simplemente estoy en negro.

Usualmente la gente usa el término "en blanco" pero ese color es muy puro, muy tranquilo a mi parecer. Por lo que a mí me ha dejado en negro. (Aunque a la gente con un léxico impecable le moleste mi manera de usar la expresión, a mí me importa un bledo)

Es que joder, es el chico que más detesto en el mundo, el idiota que quiero lo más lejos posible de mí; y si podrá estar que te cagas de bueno, pero sigue siendo un idiota.

<<<Vale... Tenemos que aceptar que besa excelente>>> No, no, excelente estaría que me concentrará un poco.

—Repasemos las cosas —Me digo a mí misma mirándome en el espejo de mi habitación —Evan es un media neurona, nos ha metido en un lío del que solo saldremos muertas y para ser sincera podría ser un poco más alto.

Respiro profundo mientras me pongo brillo labial.

—A demas, yo soy demasiado para ese imbécil. Quizás no tengo su dinero, tampoco soy tan alta como él o no tengo los abdominales marcados —Me muerdo el labio mientras me analizo —Pero tengo linda sonrisa y... Oh —Excelente, yo misma me humillo —Soy más sensual que él. Si, sí.

—Hija, ya es tarde —Mamá como siempre entra a la habitación sin llamar a la puerta —¿Estabas hablando sola?

—Hum —Me rasco la cabeza —Solo repasaba un par de cosas sobre un examen de hoy.

—Vale —Me analiza de arriba a abajo —¿A qué hora llegaste a casa anoche?

—Tarde.

—Tarde —Abre los ojos de par en par, pero yo evito el contacto visual —¿En dónde estabas?

—Con Olive —Decido ponerme más rubor aun, para no delatarme.

—Qué casualidad Venus Elizabeth —Oh no, me ha llamado por mi nombre completo.

—¿Por qué?

—Ayer por la tarde me encontré a Olive y me dijo que no te había visto desde hace días —Mierda.

—Vale, esto tiene una explicación.

—Quiero conocer al chico —Me interrumpe, incluso antes de que pueda inventar una excusa mejor.

—¿Que chico? —Arrugo el ceño e intento no llevarme el dedo pulgar a la boca para morderme las uñas.

—No soy tonta hija —Se sienta en mi cama con calma, gesto el cual me hace querer preguntarle si es mi madre o un clon; pues ella ya se habría vuelto loca —Tambien tuve tu edad, solamente quiero conocer a ese chico.

—No es ningún chico mamá —Ruedo los ojos.

—No te creo, este viernes lo quiero aqui a las ocho en punto.

—Mamá ...

—Se me hace tarde amor, nos vemos luego —Deja un beso en mi frente y hace un ademan de marcharse, pero se detiene en el marco de la puerta —Quizás no es un chico, vale —Se muerde el labio con nerviosismo —¿Tu sabes que a mi no me importa en absoluto si se trata de una chica? Solo quiero conocerle.

—Joder, que no.

—Aparta el viernes cariño —Lanza otro beso al aire y ahora si se marcha.

Genial, ahora ya no solo tengo que pensar en cómo actuar frente a Evan, tambien tengo que pensar en cómo pedirle que venga a casa a conocer a mi madre.

A este paso creo que tengo que rehusarme e ir comprando mi vestido de bodas. Ya no veo escapatoria de esa bestia.

Tengo que irme a la universidad, por lo que termino de maquillarme, me cambio el pijama por unos jeans sueltos, un top negro, una chamarra de cuero y salgo de casa velozmente.

Caótica bellezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora