EYDEN

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Radio-Lana del Rey

—¿Qué te pasa? Últimamente estas muy extraño.

Estar con Melody en mi cama, desnudos y acariciándonos de una manera mas dulce y suave, sabíamos que terminaríamos enamorándonos, pero tampoco imagino una vida sin ella. Mi mejor amiga de la infancia.

—Estoy bien...Solo que aun no me creo que lo nuestro hubiera llegado tan lejos.

—La recuperarás, dale su espacio, deja que recuerde todo lo que vivisteis, pero también ayúdala a recuperarlos. Enfróntate a esos miedos. Enfróntate aquello que te aterra. Recupérala y hazle entender que cueste lo que cueste la amas y quieres lo mejor para ella.

Me acerque a ella, la miré a los ojos, esos ojos verdes que me dejaban loco, me acerque un poquito más a ella para pegar nuestros labios, la bese con amor, la quería y sabía con esas palabras que ella me quería y quiere lo mejor para mi. Para ella. Para nosotros.

Pasar esta noche con ella en mi cama, me recordó la misma noche que Ayana y yo perdimos la virginidad. Juntos. Pero luego la fallé, ahora nuestra amistad podía aparentar muchas cosas, pero solo ella y yo sabíamos que las cosas no estaban en su mejor momento.

Podía ser un caos

Pero ella es paz

Mi única esperanza de encontrar mi lugar.

Temer que esa luz se apague. Que nuestra esperanza de ser nosotros se apague para siempre.

Me aterra no saber nada más de ella.

—Te amo—dijo. Me dio un suave beso en mis labios se pego más a mi cuerpo.

—Nunca dejaré de rendirme, cueste lo que cueste seré feliz y recuperaré a mi mejor amiga. 

La miré a los ojos y sin más hundí mis labios con los suyos, creando un beso lleno de deseo, pero sobretodo lleno de amor. Un amor real, de esos que parecen sacados de una película, ahora mismo nosotros éramos los protagonistas, en ese momento íntimos, después de una situación un poco tensa o más bien difícil.

Notar como tu novia te acariciaba el pecho desnudo—yo tan solo llevaba calzoncillos y ella...ella iba con un vestido azul cielo precioso, me recordaban a los que Ayana llevaba, pero ahora no era el momento de pensar en ella— mientras que el beso iba subiendo la intensidad, yo la agarré del culo y la pegué más a mi, soltó una pequeña risa tímida, pero siguió con el jueguecito que estábamos empezando. Seguía besándola hasta que entonces me susurro:

—¿quieres hacerlo? —la puse encima de mi.

—Amor, no arruines el momento y déjate llevar.

Ella sonrió. Se acerco un poco a mis labios y susurro con un susurro suave, pero a la vez seductor.

—Yo nunca arruinaría un momento tan intimo y especial, como este.

Sonreí y solté una leve risa. Fue entonces que nos miramos a los ojos he instantáneamente volvimos a juntar nuestros labios, uniendo también nuestros cuerpos en uno solo. Hacer el amor con ella era como perderse en medio del mar y ver el atardecer sin saber donde estamos o con quien. Solo ese instante marca ese momento como algo único y especial. Melody era mi océano, pero Ayana...ella era ese caos que atormentaba mi cabeza, era como si ella fuera mi tormenta de mi interior, esa que a pesar de querer alejarla esta siempre presente de mis desastres. Nunca llegue a imaginar que por un error toda mi vida, la que había creado con ella se fuera a perder, pero también era consiente de que no siempre las cosas duran para siempre, me aterra pensar en eso. Pero ahora las cosas temporales para mi no existen y mucho menos cuando todo se derrumbo un día lluvioso de invierno, ese día todo se había muerto para mi.

EL ARTE DE NUESTRAS VIDASDär berättelser lever. Upptäck nu