COLUMPIOS Y ESTRELLAS, 2004

14 7 1
                                    


Butterfly Fly-Miley Cyrus and Billy Ray Cyrus

Ese verano, Ayana descubriría que hacer otras amistades no era tan malo, pero, ¿Qué pasaría si después, de este verano le tuviera que decir adiós? Las despedidas para ella, siempre eran algo que deseaba evitar o alejarse de ellas. No siempre pasaba lo que queríamos. Pero su mayor miedo, era siempre el mismo.

Tenía miedo a quedarse sola, sin nadie, que le aconsejará cosas o simplemente, no quería quedarse sola en esos momentos, donde no podíamos ser humanos.

Ayana era ese tipo de chica, que le gustaba compartir momentos, era muy abierta y cariñosa. Le encantaban los animales, las tartas de manzana y las de cereza caramelizada. Su amistad con Eyden, era la más bonita que se haya visto en ese pequeño pueblecito. Pero este verano le tocaba descubrir cosas por sí sola, ya que su mejor amigo se había ido con sus padres de vacaciones.

Su despedida fue...fue muy intensa.

Los días pasaban, ella apenas salía de su habitación, hasta que un día su hermano mayor, le dijo de ir al lago, para así pasar el día juntos, a ella le costó aceptar la invitación, ¿pero quien no quería salir en un día soleado? Ella se puso sus zapatitos amarillos conjuntado con ese vestido que tanto le gustaba-uno verde muy clarito con abejitas bordadas de un amarillo clarito-bajó las escaleras rápidamente para ir directamente hasta la cocina, donde allí la esperaba su hermano mayor. Cogieron la cestita, que usaban para ir de picnic-en ella pusieron varios bocadillos, bollos y alguna que otra frutita y por ultimo pusieron zumos naturales de naranja y melocotón.

Cuando llegaron solo habían algunas parejas, niños jugando al fútbol, pero sobre todo había familias haciendo pasando un agradable día. Ese lugar era mágico para Montbillow, a parte por aquellas leyendas de aquel lago, sino por el bosque y secretos que se escondían detrás.

Hay una leyenda que cuenta la historia de unos mejores amigos, decidieron ir acampar en ese mismo lago, fue entonces que a medida que pasaba la noche, ellos decidieron meterse en el agua cristalina, todo era tan mágico, bañarse a la luz de la luna, fue entonces esos niños o más bien jóvenes, dieron por supuesto que ese lago, no era un lago normal como otros, sino que era mágico, miles de promesas acechaban en él, pero la promesa que fue la más real de todas, fue el amor eterno, era como una alianza, para los amantes, que se bañaban en el. Por eso ahora, las personas que querían proponerles matrimonio a sus parejas, iban a bañarse en aquel lago junto a la luz de la luna.

Ayana era una chica llena de magia y arte, sus ojos dorados y su melena descabellada le daba ese aire desenfrenado, ella transmitía luz y elegancia en ese pueblo. Ella estaba entretenida tirando piedrecitas en el lago, hasta que una niña de su misma edad se acercó a ella y ambas conectaron instantáneamente, jugaron, comieron y pasaron toda la tarde juntas junto a sus hermanos-que bien se notaban que había algo especial esos adultos, que acompañaban a sus hermanas pequeñas.

Nunca llegó a pensar que este verano, no llegaría a estar sola, es más, conocer a Britney, esa niña de cabellera rubia y ojos azules, le dio la ventaja, de que este verano fuese el mejor, pero también el único que pasarían juntas.

🌻

Era una tarde de verano fría y lluviosa, Ayana se había pasado por casa de la chica, que hacía apenas una semana había conocido, en aquel lugar tan especial.

Ellas contemplaban la lluvia sentadas en alféizar de la ventana, mientras tomaban un chocolate caliente con un pastel de manzana recién hecho. Ambas contemplaban ese columpio que tantas ganas tenía de probar.

-¿Te imaginas ver las estrellas en ese columpio? Sería como poderlas coger con la mano y poderlas meter en un bote de cristal-dijo Britney fantaseando, mientras daba un sorbo al chocolate.

Ayana se echó a reír cuando la miro y tenía toda la boca manchada de chocolate.

-¿De qué te ríes?

-Estás muy graciosa toda manchada de chocolate.

Ambas se rieron. Britney cogió una servilleta-con estampados de cerezas- se limpió los morros, sin dejar de reír.

Horas después, llegó la hora de que ambas se despidieran, pero sabían perfectamente, que se volverían a ver, ya que prometieron volverse a ver, para ir a coger estrellas desde el columpio, que tantas ganas tenían de estrenar juntas.

Los días pasaban y ellas cada vez conectaban más, hoy era un día donde los sueños se cumplirían para ambas, ¿serán capaces de lograr coger las estrellas en aquel columpio tan especial? Eran dos pequeñas de cuatro años, pero ambas tenían mucha imaginación, con ella, creaban sueños que ni los adultos entendían. Era algo muy especial que solo ellas podían ser capaces de entender.

EL ARTE DE NUESTRAS VIDASWhere stories live. Discover now