LA MAGIA DE LOS COLORES MAGICOS

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If Only-Dove Cameron

Britney sabía perfectamente que no sería la protagonista de esta historia, pero nunca llego a imaginar lo que esa carta -escrita a mano, le estaba diciendo- sabía que Ayana, se había encariñado de ella, pero nunca llego a imaginar que se hubiera enamorado de ella, por ello, estaba confusa ante aquellos sentimientos, que tenía hacía Britney y Eyden.

Britney después de leer aquella carta, decidió que lo mejor era crear aquel recuerdo que tanto disfrutaban-cada tarde de aquel mes de agosto-Se tumbaban en césped del jardín de su casa-cerca el columpio mágico- allí contemplaban los distintos colores: los colores de los árboles, de las nubes, del cielo, de las flores y por último de los pequeños bichitos voladores que aparecían por allí.

Cuando guardo la carta donde nadie más la pudiera ver. Fue a coger su bicicleta y junto a su perro fue a casa de aquella niña que tanto le encantaba. Cuando Britney llego a su casa, Ayana se encontraba ayudando a su madre a plantar algunas que otras hortalizas, ambas estaban manchadas de tierra, Britney dejo la bicicleta a un lado y se acerco a ella, ambas la saludaron con una amplia sonrisa, la recién llegada se hecho a reír cuando se dio cuenta que tenían toda la cara manchada, Ayana para vengarse se levanto y le mancho la punta de la nariz, cosas que hizo que las otras dos riesen también.

-¿nos ayudas? -dijo Ayana entre risas.

Britney asintió, y sin importar mancharse el vestido blanco que llevaba, se sentó de rodadillas y empezó ayudarlas, ambas se reían de cualquier tontería que la pelirroja soltaba de vez en cuando. Una hora después terminaron de plantar y recolectar las hortalizas, junto a la madre de la pelirroja fueron a la cocina, donde allí se limpian las manos y la cara manchadas de tierra. Miel el gatito de la casa, apareció manchando el suelo de tierra mojada, Ella al verlo lo hecho de casa inmediatamente, luego envió a su hija y a Britney, a que fueran a cambiarse de ropa. Ellas fueron entre risas, por lo que había sucedido hace unos segundos.

La pelirroja cerró la puerta una vez que entraron, se acercó a su armario y cogió un vestido de un color verde muy clarito y se lo dio a Britney, ella lo cogió y mientras que Ayana estaba buscándose que ponerse, la rubia empezó a cambiarse.

Nunca antes había echo algo parecido, solo compartían momentos, risas y paseos largos, pero nunca antes habían compartido espacios tan íntimos, como ahora.

-¿te podré llevar a un sitio cuando termines de vestirte? -preguntó Britney, acercándose a ella para ayudarla atarse el vestido amarillo con margaritas blancas.

-Creo que ya podemos irnos

-¿y los zapatos?

-Prefiero ir descalza, tocar el suelo con los pies descalzos es la mejor sensación, es como conectar con la tierra y para mi me hace sentir como una pequeña hadita.

Ambas se rieron, salieron de casa y fueron hacía donde había aquel columpio que tanto habían creado historias, pero sobre todo habían creado magia, una magia distinta. La magia de los colores mágicos. Ahora ellas no eran esas amigas de la infancia, ese sentimiento les quedo corto, en solo unas semanas o meses que llevan juntas. Fue un rencuentro extraño, pero a la vez muy mágico. Al llegar aquel lugar Ayana le vino el recuerdo de aquella noche estrellada, en ese mismo lugar y la misma compañía. Ella la miro la cogió de las manos y dijo con una sonrisa:

-¿Recreamos esa noche de cuando éramos unas niñas? Ver las estrellas junto a este columpio, sería como un lazo que nos une de una manera única y especial, algo que solo tu y yo entenderemos.

Britney tenía un brillo único en sus ojos, miraba Ayana como nunca antes miró a nadie, ella se acerco a la pelirroja y sin previo aviso, puso sus manos detrás de su nuca, ninguna hizo nada, Britney en un pequeño impulso se acercó un poco más, hasta que sus labios se juntaron. Ese beso era la clave de su romance, algo que empezaría en una noche llena de estrellas y un columpio, ese lugar fue el comienzo de una amistad, pero también fue testigo de ese romance tan lleno de magia y luz de estrellas.

Cuando ambas se separaron juntaron sus frentes, ellas sonrieron y tardaron un buen rato en separarse, pero cuando lo hicieron se tumbaron en el césped cogidas de la mano, esa noche sería una noche mágica donde recrearían aquella primera noche que estuvieron tumbadas al lado de aquel columpio, mirando las estrellas.

-Me encanta formar momentos mágicos a tu lado, nunca imagine que enamorarme de una chica y mucho menos enamorarme de ti.

-Yo tampoco llegaría a entender el motivo del cual me enamoraría de ti, pero nunca me arrepentiría de haberlo hecho, ¿y tu?

-Nunca.

EL ARTE DE NUESTRAS VIDASWhere stories live. Discover now