Cap. 49

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—Toma

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—Toma.

Le tiendo a Samir el diario de Alexander Weiss y este se apresura a guardarlo en su mochila.

—No te preocupes, está a buen recaudo.

Hemos quedado en su casa temprano, antes de ir al instituto y se me hace raro pues nunca solemos coincidir a estas horas.

—¿Crees que podrás meterlo en su mochila sin que se entere?

—Seguro. Andoni no suele estar muy pendiente de sus cosas así que no habrá problema.

Me siento en su cama mientras le veo prepararse. Me preocupa verle tan tranquilo. Con Andoni no se puede bajar la guardia. Le tiro de la manga para que me mire.

—Ten cuidado, ¿vale? No me gustaría que te pillara y pensara que durante todo este tiempo lo has tenido tú.

En el rostro de Samir se dibuja una media sonrisa.

—Prefiero que crea que lo tenía yo a que lo guardabas tú. Aunque lo ideal es que no pueda culparnos a ninguno de los dos.

Me guiña un ojo y no puedo evitar sonreir. De verdad que este chico me encanta.

—De todas formas, no me gusta la sensación que tengo. Es como si se nos quedara esa historia a medias.

—Lo sé. Pero ¿qué más podemos hacer? No lo puedes guardar para siempre. Han detenido al padre de Miren y todo apunta a que es el culpable. Así que no tiene sentido que sigamos insistiendo con el diario. Tenemos claro que es muy morboso coleccionar algo así, pero no hay ninguna relación con lo que ha estado pasando en Leaza.

Por mucho que me fastidie, tiene razón.

—Mi tía me ha dicho que están buscando pruebas tanto en el interior del vehículo como en la casa y resto de construcciones de la finca pero que así, de primeras, no han encontrado ninguna evidencia inculpatoria.

—¿Qué quieres decir?

—Si Josu es el culpable, tiene que haber algún lugar en el que ocultaba a sus víctimas. Piénsalo, si tú te dedicas durante días a torturar a alguien, has de tener un espacio en el que llevar a cabo esas atrocidades. No es algo que haces de forma accidental sino premeditada, por tanto ese sitio estará preparado con todo lo que puedas necesitar.

—Eso es cierto.

Se detiene de espaldas a mí, a medio camino de ponerse la chaqueta y entonces me doy cuenta. Le rodeo, hasta quedar frente a él y sujeto su cara para que me mire. La tristeza que se refleja en su rostro, me rompe.

—Samir... lo siento. No me he dado cuenta... a veces se me olvida que Amira fue la primera en pasar por sus manos. No debería hablar de una forma tan despreocupada de todo esto.

Suelta la chaqueta y me envuelve en sus brazos, hundiendo su rostro en mi cuello. Le abrazo con fuerza y siento su respiración pesada contra mí. Cuando se separa, hay algo en su mirada que no consigo descifrar.

—No tienes culpa de nada, Maite. Al contrario, no sé cómo hubiera podido seguir adelante sin ti. Convencerte de que me ayudaras, es lo mejor que he hecho en mucho tiempo porque eso nos ha llevado hasta aquí. El malestar por lo que le ha ocurrido a Amira me acompañará siempre aunque sé que se irá aplacando. Pero no puedo olvidar que, incluso algo tan horrible ha servido para que tú entraras en mi vida. Y siempre te estaré agradecido por ello.

Me besa con esa urgencia tan típica de él, que una vez más me hace pensar que no puede reprimir sus ganas y yo respondo, intentando demostrarle con besos lo que no he dicho con palabras. A él se le da mucho mejor que a mí hablar de lo que siente y no seré yo la que me queje de su elocuencia.

Perdemos la noción del tiempo y cuando decidimos parar me doy cuenta del sofoco que me envuelve. Samir mantiene su frente apoyada contra la mía y los ojos cerrados, como si intentara convencerse de no ir más allá.

—Se nos va a hacer tarde —le informo, aun sin haber mirado la hora.

—Lo sé. —Abre los ojos y me mira con una intensidad que me desarma—. Sabes que de buena gana me quedaría aquí contigo toda la mañana, ¿verdad?

Le doy una palmada en el pecho y me aparto a regañadientes.

—Sí, pero tú al igual que yo, estás en exámenes y no nos lo podemos permitir.

Samir coge mi mano al vuelo y una vez más, me acerca a él. Me besa de nuevo y yo me dejo hacer porque soy débil y estoy deseando sentirle cerca. Cuando desliza sus labios por mi cuello, murmura:

—¿Qué te parece si me haces una visita esta tarde? Te puedo ayudar a estudiar...

Me río de su ocurrencia y de nuevo me aparto. Siempre podemos sacar tiempo para todo: para preparar los exámenes y para otras cosas... Quizás no sea un mal plan.

—Me lo pensaré. Venga, vamos.

Hacemos todo el camino en silencio, no solo por las prisas, sino porque ambos tenemos cosas en las que pensar. Cuando estoy con él, me dejo llevar y lo que siento en esos momentos, me abruma. Después, paso por una fase de negación, en la que pienso que estoy equivocada, que lo que creo que sentimos no es real, solo una ilusión. Una ilusión como la que mi madre sintió cuando se enamoró de mi padre y que a la larga resultó ser su perdición.

Siento cómo Samir aprieta ligeramente mi mano y eso hace que le mire.

—Deja de pensar así —me recrimina.

—No sabes lo que estoy pensando.

—Es sobre nosotros —dice para mi sorpresa—. Y no es bueno.

No lo desmiento, no tendría sentido hacerlo. Sin embargo, el simple hecho de que él lo sepa, hace que parte de la presión que siento en el pecho desaparezca.

—No puedo evitarlo.

—Lo sé. Solo te pido que cuando tengas dudas, vengas a mí. Yo te haré recordar por qué estar juntos es una buena idea. Deja que sea yo quien haga que tus miedos se esfumen.

Llegamos a la verja del instituto justo cuando la sirena suena y aunque vemos a parte de los alumnos entrar al interior a un lado del patio hay un corrillo de compañeros, atentos a lo que está ocurriendo en el centro del mismo. Antes de saber lo que está ocurriendo ya tengo un mal presentimiento y tiro de Samir para acercarnos.

Hay tal marabunta que es difícil distinguir algo y los murmullos de algunos se entremezclan con los insultos que gritan otros. Me abro paso a empujones seguida por Samir y cuando llego, no puedo creer la escena que tengo ante mis ojos.

¿Qué está pasando? ¿Qué estaaaaaa pasaaaaaando? Jajjjaja ¿Alguien se atreve a especular? ¡¡Se aceptan apuestas!! Por suerte, voy a subir otro capítulo y podréis averiguar lo que ocurre

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¿Qué está pasando? ¿Qué estaaaaaa pasaaaaaando? Jajjjaja ¿Alguien se atreve a especular? ¡¡Se aceptan apuestas!! Por suerte, voy a subir otro capítulo y podréis averiguar lo que ocurre...

El diablo se comerá tu almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora