Capitulo 94

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-¿Quieres un helado? -Andaira hizo la cabeza hacia atrás para observar a Ace, quien tiraba de su silla de ruedas con una gran sonrisa. Al notar que ella giraba la cabeza para verle él bajó la mirada, haciendo que sus ojos se cruzaran. 

Desde la vista de Andaira, Ace estaba bañado por una casi cegadora luz que provenía del sol. También podía ver como por encima de él se alzaban algunas casas, pero ella no prestaba atención a las personas que se encontraban ahí. Solo podía observar a Ace. 

Bueno, siendo sinceros, no observaba a Ace, solo a una parte de él. 

Este, al ver que ella no respondía, alzó una ceja sonriendo de forma socarrona. Curvando un poco su sonrisa antes de volver a hablar. 

-¿Hay helados en tu mundo? O no respondes por que perdiste la lengua en las minas. 

La adolescente, que antes estaba indecisa sobre si comentar lo que le había visto o no, decidió hacérselo saber. De esa forma se le borraría la sonrisa que tenía.

-Tienes un moco. 

Ace paró de caminar al escuchar la respuesta de la pelirroja. Cuando procesó sus palabras levantó la mano derecha hacia su nariz, metiéndose el dedo índice en esta en busca del moco. 

Al ver que hacía el gesto de una forma tan descarada Andaira soltó una gran risotada mientras volvía a observar hacia el frente, donde se encontró a varias personas mirándoles. Unas señoras mayores que estaban sentadas en un banco les miraron con desagrado mientras murmuraban.

-Joder Ace, ni siquiera te esfuerzas por disimular. 

-¿Por qué debería de disimular? Es normal. -Después de decir esto algo apareció en el rango de visión de la pelirroja, cuando giró la cabeza se encontró el índice del pecoso con moco verde y espeso moldeado como si fuera una bola. -Aunque este era grande. 

-¡Que asco! Aparta eso de mi. -Estas palabras parecieron hacer gracia a Ace. Quien se rio maliciosamente mientras hacía todo lo contrario, su dedo empezó a acercarse cada vez más al rostro de la adolescente. Quien hacía la cabeza hacia atrás. -¡Ace! No seas guarro. 

-Mira mira, es verde y todo. 

Cuando ya no pudo hacer más su cabeza hacia atrás la pelirroja levantó sus manos para poder sujetar la muñeca de Ace y desviar su mano. Al ver que funcionaba se relajó, pero su gozo solo duró un par de segundos. 

Ace movió su otra mano para hacer que el moco se pegara en esta. Cuando consiguió realizar el traspaso acercó esta mano hacia la pelirroja. Quien soltó una mano para sujetarle la otra. 

-¡Que pares! 

-Mira que pegajoso se ve, te quedaría bien en la punta de la nariz. -En esta ocasión Ace hizo más fuerza con su mano, y como era de esperar la fuerza de la pelirroja era bastante menor. Por lo que consiguió acercar lentamente su mano al rostro de ella. -¿Quieres que pare?

-¡Joder si! Ya te lo he dicho. 

La mano de Ace paró de acercarse, este se inclinó hacia adelante para pasar por encima de la pelirroja y le sonrió de forma inocente. 

-Entonces tienes que aceptar el helado. 

Desde debajo, la pelirroja le lanzó una mirada asesina mientras hacía un pequeño puchero. 

-Iba a aceptar de todas formas, no tenías necesidad de montar este asqueroso circo. 

Su respuesta pareció gustar al pelinegro, quien se hizo hacia atrás de nuevo y sacudía su mano para librarse del moco que a partir de ahora protagonizaría las pesadillas de Andaira. Tras un segundo esta volvió a sentir que se ponían en marcha. 

Mi aventura (One Piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora