Capitulo 3

6.6K 676 56
                                    

Los jóvenes se miraron mutuamente, no sabían si era una artimaña de la pelirroja o no, pero al menos tenían algo. Después de ambos asentir Marco suspiró levemente y soltó a la pelirroja, quien al ver que habían decidido confiar en ella suspiró por el alivio que sentía, se quitó las lágrimas que caían por sus mejillas y les sonrió.

-Gracias por darme la oportunidad. -Esto hizo que los dos chicos miraran a la adolescente con un absoluto asombro, no esperaban que fuera a sonreírle y agradecerles, al fin y al cabo, aún seguía esposada.

Entonces ambos se fijaron mejor en ella, su sonrisa hizo que su rostro se relajara y que mostrara una expresión más joven, tendría posiblemente unos 18 años, su pelo rojo llegaba hasta por debajo de sus hombros y sus ojos castaños brillaban por las lágrimas que habían caído por sus mejillas hacía nada. Ace se llevó una mano hacia su nuca para rascársela sonriendo levemente mientras Marco se llevaba las manos a sus bolsillos suspirando pesadamente.

-No es nada, pero más vale que des unas buenas explicaciones, a padre no le hará gracia perder su tiempo y podrás perder toda la cordialidad que te ha brindado hasta ahora. -La pelirroja les sonrió de forma leve, no pensaba que el trato que le habían dado fuera realmente cordial, pero también era consciente de que otra tripulación no le habría pedido siquiera explicaciones antes de matarla o atarla a un cañón y dejar que se hundiera en el mar. Estos pensamientos hicieron que la piel de la chica se erizara, pero igualmente asintió con la cabeza a las palabras del chico rubio.

-Como dije antes, os diré lo que sé. -Dicho esto empezaron a caminar, la chica iba en la delantera, subiendo las escaleras mientras jugaba con sus manos de forma nerviosa, pues no sabía como explicaría lo que sabía, pero no le quedaba de otra, si no lo hacían le encerrarían en aquel cuchitril. Con suerte, si se quedaban contentos con la respuesta, se animarían a soltarle del amarre de las esposas.

Ace iba detrás de la chica mientras le observaba, no tenía el cuerpo como las mujeres que solía ver. A diferencia de las demás, sus piernas no eran kilométricas. Su cintura no era demasiado pequeña, pero si estaba levemente marcada. Sus caderas si eran algo anchas, pero no demasiado como las demás mujeres, lo que si tenía del mismo tamaño era el pecho, que era de un tamaño considerable. No tenía mal cuerpo a pesar de no ser como las demás chicas a las que estaba acostumbrado. Un pequeño rubor se apoderó de sus mejillas al darse cuenta de la mirada de su amigo Marco, que le miraba sonriendo levemente mientras alzaba una ceja, le había descubierto recorriendo el cuerpo de la pelirroja y le sonreía con algo de picardía.

Ace chascó la lengua aún rojo y desvió la mirada, cosa que hizo que su amigo rubio ampliara la sonrisa. 

Llegaron al pasillo donde Andaira y Ace caminaron esta mañana, el pasillo que tenía las habitaciones del capitán y de los comandantes. Todos los que se encontraban ahí pasaban las miradas a ellos mientras fingían seguir con sus tareas, al fin y al cabo, en ese barco no acostumbraban a tener mujeres, y menos tenerlas esposadas y con ropa corta como lo era la que llevaba la pelirroja actualmente. Los tres caminaron por la cubierta en completo silencio, aunque tanto el rubio como el pelinegro observaban a la pelirroja mirar a todos los lados como si estuviera maravillada y emocionada, cosa que hizo que el pecoso sonriera inevitablemente. 

Al llegar al camarote de Barba Blanca Marco tocó la puerta y esperó una respuesta de su Padre, a los pocos segundos los tres entraron a la habitación tras escuchar la voz del hombre. Andaira pudo notar que la habitación era más grande que la de Ace, todos sus muebles eran de mayor tamaño, esto no extrañó a la chica pues el capitán era bastante grande. Tampoco le extrañó ver los tubos que se enchufaban en el cuerpo del Yonko, inyectándole varios medicamentos. 

-Ha decidido contarnos lo que sabe. -Al escuchar la voz de Marco, Andaira dejó de fijarse en la habitación para centrarse en el capitán, quien no había apartado la vista de la chica desde que la vio aparecer por la puerta. 

Mi aventura (One Piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora