Capitulo 8

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Ambos empezaron a caminar hacia la puerta que daba a las escaleras principales que bajaban a los diferentes pisos. Siendo el primero de estos el piso del capitán y de los comandantes. Al llegar al piso indicado caminaron hacia la puerta de la habitación de Ace. Este abrió la puerta y pasó junto a la pelirroja. Quien caminó hacia la cama y se sentó mirándolo, esperando a que él buscara la ropa.

-Ace. -La voz de la chica rompió el silencio de la habitación, que no era incómodo para ninguno de los dos.

-¿Si? -El chico miró por el rabillo del ojo a la pelirroja, quien por su parte examinaba la habitación con la mirada mientras él rebuscaba en su ropa en busca de algo que pudiera servirle a la chica sin que le quedara enorme.

-¿Crees que Namur estará dispuesto a enseñarme el Karate Gyojin? -Observó al pecoso sonriendo, quien se extrañó al escuchar que la chica quería aprender ese tipo de combate, pero asintió.

-No creo que vaya a poner problema, se lo puedes pedir cuando le veas, aunque tengo entendido que es algo complicado aprender a usarlo.  -La pelirroja sonrió tranquilamente y se levantó cuando el pecoso le ofreció la ropa, era una camisa negra junto a unos pantalones de chándal gris, no eran muy grandes, tal vez un par de tallas más grandes que la talla que vestía la chica.

-Bueno, que las cosas sean complicadas puede significar que vas por el camino correcto. -Le sonrió y caminó hacia la puerta. -Voy a ducharme, hasta ahora.

Dicho esto salió de la habitación después de que el pecoso se despidiera y le recordará el poner el seguro para evitar a pervertidos. Pasó el tiempo de forma tranquila, la tripulación se dispuso a hacer sus labores cotidianas mientras la chica se encontraba en la habitación de Ace, escribiendo en varias hojas aprovechando la soledad de la habitación.

Al llegar la noche todos cenaban animadamente en el comedor, contando varias anécdotas y riéndose por cualquier cosa. Aunque al entrar La pelirroja en el comedor con ropa de Ace, la mayoría de las risas y comentarios insinuantes se dirigieron hacia ellos, cosa que sonrojó a los jóvenes. 

Actualmente la mitad de la tripulación se encontraba borracha, otros, como Ace, Haruta y Marco, se encontraban levemente borrachos, pero aún se mantenían en pie y mantenían la conciencia. La única que no había bebido nada era la pelirroja, quien había comentado que no había bebido nunca y que no deseaba hacerlo aquella noche. Por lo que se limitó a participar en algunas conversaciones y observar como todos convivían.

Al sentir como los párpados empezaban a pesarle y sentir cómo un pequeño bostezo salía de sus labios, la chica se levantó y sonrió a quienes estaban en la mesa con ella y estaban suficientemente bien como para percatarse de que se levantó.

-Voy a descansar ya, que tengo algo de sueño. Buenas noches chicos. -Dicho esto caminó hacia la puerta del comedor. Al salir y sentir como el frío de la noche azotaba sus brazos se abrazó a si misma y suspiró. -Joder que frío.

Al decir esto sintió como unas manos se apoyaban en sus brazos y los acariciaban de arriba a abajo dándole un calor reconfortante, a pesar de eso, el hecho de aquel gesto hizo que la chica se sobresaltara y sintiera cómo su piel se erizaba. Se giró y observó al pecoso sonriéndole.

-Lo siento por asustarte, tuve que haber dicho algo. -Andaira negó sonriendo y empezó a caminar al sentir como Ace le empujaba lentamente hacia la puerta, sin separarse demasiado de ella para que el calor corporal que el chico desprendía gracias a su fruta llegará el cuerpo de la chica. -Ventajas de tener la Mera mera.

-Sin duda sirve para mucho. -Dijo la chica sonriendo mientras empezaba a bajar las escaleras sintiendo como el chico se separaba de ella. Pues ya estaban cobijados por las paredes y el frío ahí era menos.

-Si, no tener frío ni pasar calor es una gran ventaja. -Sonrió y abrió la puerta de la habitación. Entró sin esperar a la chica y se acostó en la cama suspirando, le encantaba acostarse después de un largo día de trabajo. Pero se giró hacia su derecha al sentir como la cama se hundía levemente.

Andaira se sentó en el borde de la cama algo dudosa, no deseaba invadir el espacio vital del chico. Pero al ver que el pecoso se acomodó en la cama para darle más espacio sonrió y se acostó. Se acomodó tapándose bajo la manta y se giró para estar cara a cara de Ace. Quien le miraba en silencio estando boca abajo pero con la cabeza hacia ella.

Estuvieron en un cómodo silencio durante unos segundos, mirándose mutuamente. Era la primera vez que se observaban más de dos segundos, por primera vez podían estudiar sus facciones de forma tranquila.

Ace observaba a la chica de forma pausada, fijándose en los pequeños detalles que le permitía observar la oscuridad de la habitación. El rostro de la chica era algo redondo, aún no se habían perfilado todas sus facciones, seguía teniendo una apariencia algo infantil. Su pelo rojo tenía pequeños mechones más oscuros que otros y era algo desordenado, teniendo varios mechones sobre la cara, aunque parecía no importarle. Observó sus ojos con detenimiento, a decir verdad eran unos ojos grandes. Y a pesar de tener un color castaño común, eran bastante brillantes y bonitos. La idea de que aquella chica perteneciera a otro mundo a simple vista le parecía imposible, pero la chica había mostrado cosas que mostraban su veracidad.

Andaira, por su parte, miraba al pecoso sonriendo levemente, verlo de cara a cara y sin necesitar una pantalla de por medio le agradaba de sobre manera. De esta forma pudo observar más detalladamente su rostro, lleno de pecas, algunas eran a penas visibles. También pudo observar pequeños matices en sus ojos que tenían unos tonos más oscuro que el marrón predominante. Su pelo negro y ondulado estaba cayendo sobre su frente y sus labios se mantenían sellados, aunque pudo observar pequeños cortes en un lado, supuso que sería por algún corte no muy reciente. Aspiró levemente su aroma y sonrió. También olía a mar, pero sobre todo olía a carne y sake, esto segundo posiblemente por todo lo que acababa de beber el peli negro.

-Ace... -Un sonido de asentimiento por parte del pecoso fue suficiente para que siguiera hablando. -Por si cuando mañana despiertes yo no estoy... Gracias por lo de hoy.

Ace frunció el ceño y se incorporó levemente mirándola extrañado, no le gustaban las despedidas y no veía la necesidad de tener una ahora, acababa de conocer a la chica.

-¿Por que dices eso? -Observó como la chica suspiró de forma leve y se giró para observar el techo, quedando acostada boca arriba.

-Por que no se cómo llegué a aquí, ni siquiera sé si esto es real... Solo recuerdo dormir y despertar aquí. Nada me asegura que al dormirme no vuelva a mi mundo o que me vaya a otro... -Escuchar esto hizo que Ace arrugara la nariz y después cerrará los ojos teniendo las mejillas levemente hinchadas.

-No vas a irte a ningún lado, acabas de llegar, verás como te despertaras aquí conmigo. No te despidas, aún no hemos vivido aventuras juntos. Así que no seas negativa y descansa, que lo necesitas. -Andaira observó el rostro de Ace en silencio durante unos segundos. Pero después sonrió de forma tierna y se acomodó en la cama tapándose por la manta hasta los hombros.

-Buenas noches Ace. -Después de recibir las buenas noche por el pecoso. Ambos se fueron quedando dormidos poco a poco.

Mi aventura (One Piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora