Capítulo 38

63.6K 4.2K 90
                                    

Capítulo treinta y ocho

La reunión con los Alfas había sido el día anterior, ayer se le avisó a los líderes de los distintos grupos de guerreros que hoy tendrían una reunión.

Damián había estado demasiado callado y demasiado serio, me refiero a que cuando creía que nadie le observaba se tomaba la cabeza con ambas manos y se ocultaba entre ellas.                           

No me atrevía a preguntar nada, sentía que mi pregunta no sería recibida bien.

No estaba segura de a qué hora anoche Damián había ido a dormir, pero a las dos de la mañana yo ya no pude esperarlo más, me dormí.

A la mañana siguiente él no se encontraba ahí, aunque el lado de la cama en el cual él durmió se había desordenado, solo por eso supe que si se había acostado en algún momento.

Rápidamente me había duchado y vestido, no sentía hambre por lo que decidí no buscar nada para comer, simplemente caminé hacia el lugar que creía que Damián se encontraba, su oficina.

Y como era de esperar, él se encontraba ahí sentado frente a su computador blanco con una mano bajo su mentón. No quise interrumpirlo, simplemente entré y me senté en el sillón el cual había estado hace unas noches.

De alguna manera me había dormido en el lugar, no recordaba haberlo hecho.

Durante la noche no había dormido bien, quería culpar a mis pensamientos sobre eso, pero realmente me había acostumbrado a dormir junto a Damián y me hacía falta, no me gustaba pensar en depender de un chico para estar tranquila.

Al despertar Damián se encontraba justo frente a mi sacudiendo suavemente mi brazo,

— Alex — Dijo Damián mientras yo me frotaba los ojos — Tenemos que ir a la reunión.

Me puse de pie, todavía algo inestable, y para tener un poco más de presencia pasé mis manos por mi pelo intentando que funcionen como un cepillo de pelo.

Al parecer, la casa paquete tenía una habitación dedicada especialmente para reuniones.

Era una habitación grande, con una gran mesa rectangular de seis sillas a cada lado y en los lados más estrechos podían entrar dos personas.

Las paredes eran de color blanco perfecto, en una de las paredes se encontraba un gran ventanal que dejaba a la luz natural entrar, mientras en la pared en la que se encontraba la puerta había un espejo que iba desde el suelo hasta el techo.

Dentro se encontraban unas dos personas, los dos eran hombres, bueno, se veían más como unos muchachos, probablemente eran menores de 19 años. Ellos se encontraban con ropa casual, pero estaban muy serios.

En el paquete de Damián separaban a los guerreros por grupos de cien chicos, cada uno con un líder distinto y sobre ellos se encontraba Damián. En esta reunión habían convocado a los diez chicos jefes de un grupo de guerreros de paquete.

Eran elegidos por dos distintas habilidades, mientras algunos tenían una dotación especial para la resistencia -lo que no puedo imaginar conociendo las capacidades de un hombre lobo normal- otros eran elegidos por su cerebro, lo que encuentro mucho más inteligente: eran buenos líderes, con buenas ideas y buen criterio.

Lo que me sorprendía era lo joven que eran todos los con un alto rango dentro de un paquete de hombre lobos, casi no se podían ver personas de cuarenta años haciendo un trabajo duro. Al parecer a penas el hijo de uno pudiera hacerse cargo de algo correctamente el padre se retiraba.

Lo que quería decir que cuando alcanzaban la edad de aproximadamente 18 años, los padres de los muchachos heredaban sus responsabilidades.

Yo me senté en uno de los lados más estrechos de la mesa, a la derecha de Damián.

Poco a poco fueron entrando más y más personas a la habitación, algunos se sentaban juntos mientras otro parecían estar bastantes aislados.

Justo al frente de Damián y yo, los padres de él se sentaron. La madre de Damián tenía sus ojos fijos en mi, lo que me hacía sentir incómoda. El padre de Damián casi no me prestaba atención.

Los primeros temas tocados en esa reunión no era nada que yo ya no supiera, eran cosas obvias más que nada dichas para mantener al tanto a los representantes.

Ellos escuchaban en silencio y atentamente, no parecían como un típico grupo de chicos adolescentes, preocupados por fiestas, chicas, y en excesos. Ellos se encontraban serios.

— Todo está en nuestra contra, casi todos están en el otro partido o se han declarado como neutrales a esta disputa — Dijo Damián — Al parecer, esto es debido a un tema personal, nada en mi contra o en contra del paquete, por eso, papá te he pedido que estuvieras acá, ¿Sabes algo por lo que nos quisieran atacar?

El padre de Damián se quedó en silencio, estaba sujetando con una de sus manos su rostro con una mirada fría.

— No hijo, no hay absoluta mente nada — Respondió el padre de Damián cruzando sus manos sobre la mesa y echándose hacia atrás en la silla de plástico.

— Les pido amablemente que todos se retiren de acá, menos mi padre — Dijo la voz de Damián.

Todos en la habitación se pusieron de pie y comenzaron a caminar hacia la puerta y a salir por ella, cuando ya estaba despejada la salida yo también me puse de pie para salir.

— Alex, tú no te tienes que ir — Dijo le voz de Damián deteniéndome. Soltando un poco de aire volví a mi asiento. Mis mejillas se habían vuelto algo rojas ya que sentía que me había avergonzado frente a todos. Bien hecho Alex. Pero con la poco dignidad a la que todavía me aferraba mantuve mi cabeza en alto.

— Papá, yo sé cuando alguien me miente — Dijo Damián hacia su padre — Dijeron claramente que esto era tu responsabilidad, y como alfa exijo saber qué fue lo que ha puesto a mi paquete en riesgo.

— Lo digo en serio, no ha pasado nada — Dijo el hombre.

— Espero a no verme obligado a usar mi autoridad en tu contra papá, tu sabes que si no me lo dices yo lo haré ¿No? — La voz de Damián poco a poco se había endurecido.

Me había llegado a sobresaltad la rudeza que la voz de Damián podía alcanzar cuando hablaba con la persona quien lo crio, estaba segura que en ninguna situación yo le hubiera podido haber hablado así a mi abuela.

— Lo que tanto le molesta a esos infantiles Alfas es que tu madre estaba comprometida con su padre, pero resultó que era mi compañera y lo abandonó — Dijo el hombre — Su padre se suicidó después de eso y se dividieron el territorio.

— ¿Eso es todo? — Dijo Damián.

— No les agradó mucho a ese paquete que yo estuviera con otro Alfa — Habló por primera vez la mamá de Damián — Pueden querer muchas cosas, entre ellas simplemente tienen sed de venganza por su padre. O pueden intentar llevarme con él de nuevo.

— ¿Cómo podrían hacer que estés con alguien que muri...? — Mi pregunta se cortó porque ya había descifrado la respuesta.

Para llegar a su objetivo debían primero acabar con todo aquel que tuviera la intención de evitar que hicieran eso, entre ellos su hijo y el paquete entero que defendería a su antigua Luna.

Porque ellos la matarían.



Hola a todos, ¿Cómo están? ¿Que tal el capítulo?

Algo lento y no muy interesante, lo sé. Pero de cualquier manera estamos a punto de llegar al final de esta historia (Quedan como 10 capítulos)

Gracias por todo el apoyo que he residido de su parte de su parte.

Gracias por leer, no olviden votar ni comentar.

También no se olviden de seguirme, ahora mi perfil cuenta con una foto mía en vez de frases o de fotos sacadas de Tumbr.

-Valerie

Luna ∞ | # wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora