Capítulo 37

68.7K 4.6K 382
                                    

Capítulo treinta y siete

Desperté junto al mismo chico con el que me había dormido la noche anterior. Mi cabeza todavía se encontraba en su pecho y una de sus manos se encontraba en mi cintura y otra estaba unida a una de mis manos.

Apreté la mano de Damián mientras me acercaba más a su cuerpo. Al parecer el seguía dormido, me debatía sobre si debía levantar la vista o no debía hacerlo.

Decidí hacerlo.

Saqué unos mechones de mi pelo que tapaban mi visión y me molestaban y luego levanté un poco la cabeza y mis ojos buscaron el cuerpo de Damián.

Para mi sorpresa él se encontraba despierto y con una pequeña sonrisa en sus labios. Sentí como mis mejillas se calentaban por el sonrojo que se esparcía en mi rostro. Bajé la mirada de nuevo y intenté liberarme de esa posición, pero él no me lo permitió.

— Después de estar una noche así, ¿Ahora te avergüenza haber dormido sobre mí? — Preguntó la voz de Damián en un tono ronco, al parecer yo no era la única que acababa de despertar.

Intenté alejarme de nuevo de Damián, pero no obtuve resultados diferentes. De todas maneras, no me quejaba por la cercanía entre nosotros.

Sin previo aviso Damián rodó un poco sobre su espalda para que yo quedara completamente sobre él.  Mi pecho estaba en contacto con el pecho de Damián. Mi estómago estaba en contacto con los abdominales del chico.  Mi rostro se encontraba a la altura del rostro de Damián y mis brazos estaban apoyados a los lados de Damián para tener una leve distancia de él. Mis piernas se encontraban a cada lado de la parte baja del abdomen de Damián.

Era una posición algo comprometedora. Bueno, era una posición bastante comprometedora.

— Creo que así nos encontramos mejor, cariño — Dijo Damián poniendo sus manos en mi cintura. No sabía que decir, me había quedado sin aliento y mi respiración era acelerada como si llevara horas corriendo sin detenerme.

Damián volvió a girar haciendo que esta vez yo quedara atrapada bajo su cuerpo, él no me estaba aplastado pues sostenía casi todo su peso con sus codos apoyados a cada lado de mi cabeza.

En ese momento su rostro comenzó a inclinarse lentamente, poco a poco. Sentía que estaban demorando una eternidad en encontrarse con mis labios quienes ardían de deseos por saborear los suyos.

Mis ojos se cerraron al igual que los de Damián mientras los pocos centímetros que nos separaban se terminaron y pude sentir sus labios sobre los míos.

No llegó a ser más de un corto beso antes que se escuchara un golpe en la puerta que nos obligara a separarnos.

Damián se levantó de la cama y llegó hasta la puerta de su habitación abriendo de un tirón, yo me pegué contra el colchón para que sea quien sea quien había llamado no me pudiera ver toda despeinada y con las mejillas rojas como un tomate.

Finalmente escuché como la puerta se cerraba y yo me senté en la cama abrazando las frazadas de la cama de Damián contra mi pecho y lamiendo mis labios que todavía tenían un leve cosquilleo por el contacto.

— Tenemos que prepararnos para la junta con los Alfas de los otros paquetes — Dijo Damián sentándose en el borde de la cama y buscando sus zapatos bajo esta — Es una pena, yo me estaba divirtiendo.

Ignoré su comentario y caminé a la habitación del baño. Cerré la puerta detrás de mí mientras dejaba salir un suspiro que no sabía que contenía de mis pulmones. Me saqué mi ropa de cama y entré en la ducha.

Luna ∞ | # wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora