Luna ∞ | # wattys2015

Capítulo 21

Capítulo veintiuno (Narra Damián) (Editado)

Un golpe en la puerta interrumpió mi sueño. Estaba junto a mi compañera tendida en mi cama, era una de las mejores noches que había tenido. De mala gana salí silenciosamente de la cama para que Alex no se despertara y abrí la puerta para encontrarme con uno de los guerreros del paquete.

Él era un muchacho que hace muy poco se había vuelto un guerrero, uno de los más jóvenes que en estos momentos pertenecían a ese grupo y tenía que admitir que hacía un muy buen trabajo.

-- Alfa, hubo un ataque en la frontera -- Dijo el muchacho de nombre Sam a penas abrí la puerta.

Di una mirada hacia el interior de la habitación y Alex seguí durmiendo profundamente. Mi olor que había quedado en la cama ayudaría a que siguiera en un sueño profundo y agradable por unas horas.

-- Vamos -- Le dije a Sam -- ¿Podrías mandar a algunos chicos en entrenamiento a que vigilen todas las puertas traseras? Creo que Alex puede intentar salir.

-- Claro, Alfa -- Dijo Sam comenzando a correr a las habitaciones de algunos de los cachorros en entrenamiento.

No cambié a mi lobo mientras iba a la frontera, sería peligroso por si se encontraba alguien cerca. Había muchos miembros de la manada caminando en dirección en la que fue el ataque.

No demoré más que unos pocos minutos en llegar. Como Alfa de esta manada era mi responsabilidad solucionar asuntos como este y hacer justicia a los que atacan a los míos. Me sentía un poco molesto que no me avisaran antes de esto.

-- ¿Quién fue? -- Pregunté a mi gama que se encontraba en el lugar. Me habían informado que mi Beta se encontraba en camino.

Mi Beta, o creo que se le puede decir segundo al mando, era Tyler, el compañero de mi hermana. Y mi Gama o tercero al mando era Daniel, el compañero de la amiga de mi hermana.

-- Un chico de doce años -- Respondió el muchacho con expresión triste -- Se llamaba Ignacio, su madre está acá. Ataque por pícaros.

Muchos miembros del paquete se habían reunido ahí, entre ellos la abuela de Alex. Estaba ahí mirando con horror al cuerpo y con lástima a la madre, ella estaba hablando con algunos miembros de la manada en voz baja.

-- ¡Cuidado! -- Se escuchó a un ruido. Rápidamente voltee para ver a unos cinco lobos saltando sobre los más cercanos a la frontera.

Cambié a mi lobo rápidamente igual que muchos otros miembros que saltaron a contratacar a esos pícaros.

Pero ya era algo tarde y muchos habían sido lastimados de gravedad. La escena estaba llena de sangre y de partes desmembradas. Esos pícaros habían sido muy rápidos en atacar.

Entonces fui consiente que el chico muerto solo había sido una trampa para hacer que nos acercáramos a las fronteras y atacar de nuevo a los miembros de mi paquete, llevándose más vidas. No lo había visto venir.

-- Todos estén completamente alerta y vigilen la frontera -- Ordené a los miembros de la manada con voz fuerte y firme para que ninguno de ellos se atreviera a hacer otra cosa -- Si ven un pícaro, ataquen y luego pregunten.

Después de dar esa orden me dirigí a uno de los más jóvenes en el lugar. Para proteger a los niños no tenían que ver esta escena.

-- Ve a la casa paquete y di a los mayores que cuiden a los niños y humanos que están ahí y no los dejen salir hasta que yo lo diga -- Indiqué. Él asintió y comenzó a correr a la casa paquete a transmitir el mensaje.

Mandé a mi Gama a reunir a los mejores guerreros y salir de la zona paquete hasta un radio de cinco kilómetros y traer a cada pícaro que encuentren para interrogarlo sobre lo sucedía. Ahora solo había que esperar un poco.

Me acerqué a los familiares de los que habían sido atacados que iban llegando corriendo por noticias. Odiaba dar la noticia que alguien que ellos querían murió por una trampa que tendieron los pícaros.

Odiaba estar en situaciones así, no sentía que estaba preparado para enfrentarlas. yo sabía que había provocado este ataque, realmente esto estaba dirigido a mi compañera, a Alex. Y agradecía a todos los dioses que ella no se encontrara acá.

La querían lastimar a ella ya que era mi punto débil, la mejor manera de debilitarme lo suficiente como para que cualquier persona me pudiera hacer daño. Si la perdía a ella lo perdía absolutamente todo.

Alex no debía salir de esa casa.

Pero al parecer nadie escuchó mis ruegos internos porque cuando miré hacia atrás, vi a Alex caminando en la dirección de los cuerpos.

Ella era humana y pequeña, y si no podía ver una película ¿Cómo podría enfrentar algo así? podría dañarla.

Me apresuré por ponerme en su camino, eso provocó que ella parara en seco y levantara la mirada.

Después de preguntarle algunas cosas ella aseguró que nadie había intentado detenerla cuando salió de la casa. Después hablaría con los que tenían que estar cuidando a su Luna.

De pronto ella gritó y apuntó hacia un lado. Pensé que había un pícaro que atacaba y casi cambio para atacar y defender a mi pequeña compañera, pero no había nada fuera de lo normal.

Solo que Alex se había colado y corría hacia el centro de la acción. Rápidamente reaccioné y la perseguí para detenerla antes de que viera eso, pero no alcancé.

Ella se quedó petrificada en el lugar. Todos la miraban pues sabían que los humanos no debían acercarse al lugar al igual que los niños.

Sus ojos vagaron entre los miembros de los fallecidos y se detuvieron en lo que rogaba que pasara por alto: El cuerpo de su abuela.

Ella retrocedió y yo la sujeté firmemente evitando que pudiera hacer algo que pudiera dañarla. Tal vez iba a correr al bosque como ya se estaba volviendo una costumbre y ahí podían haber más pícaros.

Rápidamente la levanté entre mis brazos y ella parecía inerte, como si toda su vida la hubieran robado. Estaba pálida y sus ojos apagados. No parecía ella misma.

Entré a la casa paquete y fui a una de las salas de estar donde se encontraban muchas de las humanas ahí, ellas sabían más que yo sobre una humana.

Ellas me miraron y miraron a Alex identificándola como una humana.

-- ¿Quién es ella? ¿Qué le ha pasado? -- Preguntó una de las mujeres con una mirada preocupada en su rostro.

Les expliqué lo sucedido y ellas dijeron que la cuidaría mientras yo arreglaba todo.

Volví a la frontera donde los guerreros estaban de vuelta con un grupo de pícaros cercanos, entre ellos se encontraba Dan.

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