Capítulo 40

59K 4.3K 208
                                    

Capítulo cuarenta

Ya me había aburrido de tantos juegos de cartas que había jugado. Probablemente llevamos ahí ya unas dos horas y poco a poco más personas habían comenzado a perder la calma por completo y explotado en lágrimas.

Me habían dicho que una chica sabe cuándo su compañero murió, y que muchas de las chicas habían sentido como el lazo se rompía y caían en angustia. Mientras otras, simplemente no soportaban ver a sus amigas llorar, o estaban histéricas.

Pero nadie podía culparlas en esta situación.

Yo estaba segura de que no comprendía ni la mitad de las cosas sobre lo que estaba pasando. Me quería mantener jugando con todas las cartas junto a otras personas en la habitación.

Debía aproximar unas setecientas personas acá, lo que me sorprendía era que todos tenían un espacio para sentarse y no faltaba nada. Realmente era enorme el lugar.

Todo era muy silencioso, las pocas conversaciones que habían eran en prácticamente susurros, solo se podían escuchar llantos.

Tomo me hizo preguntarme si así era como vivían las personas cuando su país se encontraba en guerra, su ciudad bajo un bombardeo, y alguien no estaba a salvo.

Yo no conocía casi a nadie acá, no tenía ninguna manera de saber si ellos se encontraban bien o no. Pero había perdido tanto que ya no creía que pudiera perder más.

De pronto se comenzó a escuchar el mismo sonido que había alertado del ataque, mi primer pensamiento fue pensar en que pudo haber pasado ahora, no creía que pasara algo más.

Tal vez ahora se le ocurrió a los unicornios declarar la guerra y ellos estaban atacando. Sacudí mi cabeza intentando alejar los pensamientos sarcásticos y pesimistas de mi mente.

Me puse de pie al igual que muchas personas en la habitación, no sabía que era lo que los demás esperaban, realmente yo tampoco sabía que esperar sobre lo que sucedería ahora.

Ya nos encontrábamos en algo parecido a un sótano, no era un tornado. No fue un temblor. Habían muchas cosas las cuales yo sabía que no eran, pero no tenía ninguna opción de posibilidades.

Finalmente la puerta se abrió, Damián fue quien se encontraba ahí.

Al contrario de lo que pensaría de alguien que se encontraba peleando no se encontraba sucio, bueno, probablemente se había duchado, se encontraba sin camisa y con el pelo desordenado.

Sus ojos no demoraron nada en ir en mi dirección, estaban fijos en mis ojos, y pese a querer apartar la vista no lo hice.

Él estaba esperando algo, yo no sabía qué hacer. Muchas miradas se habían ido en mi direccion siguiendo la vista de su Alfa.

Él dio un paso dentro de la habitación permitiendo que muchas más personas entraran en la habitación, en su mayoría hombres quienes rápidamente se mezclaron entre la multitud.

De pronto sentí como si no fuera yo misma la que se encontraba en mi cuerpo, di un paso pequeño y lleno de vacilación en dirección a Damián. Él me dio una media sonrisa y abrió sus brazos.

Prácticamente corrí hacia él y cuando estaba lo suficientemente cerca él me acercó todavía más a su cuerpo, con sus brazos envueltos alrededor de mi cuerpo y los míos alrededor de él.

Ahora me daba cuenta que en el fondo yo había estado tan mal como todas, solo que había logrado resistir mucho más que ellas. Cuando lo vi, cuando nos tocamos, sentí como si un peso se levantara de mí, sentí que podía respirar bien de nuevo, sentí que ahora las cosas estaban bien.

Luna ∞ | # wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora