Capítulo 32

62.7K 4.9K 173
                                    

Capítulo treinta y dos

Él al comienzo había estado sorprendido con mi valentía de levantarme y besarlo. Yo también me encontraba sorprendida por mi propia acción.

Damián casi no demoró en responder al beso. No sabía que era lo que yo estaba haciendo al tomar la iniciativa en esto. Realmente yo no lo sabía.

Cuando comenzamos el beso entre nosotros se encontraba el mesón, pero en algún momento Damián debió haber saltado el mesón y ahora se encontraba aquí, justo frente a mí.

El beso no era agresivo, aunque si era hambriento y largo. Incluso podía decir que era algo desesperado.

Damián había rotado para que yo me encontrara atrapada entre su cuerpo y el mesón sin romper el beso. Yo de un pequeño salto me senté sobre el mesón de la cocina para tomar un poco más de altura aunque el seguía inclinado hacia abajo.

No sabía cuándo llevamos en el beso, yo sentía que era una eternidad. Sentía fuegos artificiales en mis labios, un cosquilleo en todo mi cuerpo.

Sentía que podría estar así por siempre, no me molestaría estarlo.

De pronto escuché un golpe a mi espalda. Inmediatamente el beso se cortó y nuestras cabezas se dirigieron hacia la puerta donde se encontraba Tyler con cara seria. Algo estaba pasando.

- Alfa Damián, ¿Estoy interrumpiendo algo? - Pidió el muchacho. Claramente sus palabras significaban algo más.

- Sabes perfectamente que si, Tyler. ¿Qué es lo que necesitas? Supongo que pasó algo para que me interrumpieras - Le dijo Damián.

Yo me mantuve en silencio avergonzada por haber sido encontrada así. mis mejillas estaban calientes y sentía que mi rostro blanco era como un tomate. Mi pelo estaba desordenado y en el suelo se encontraba el sartén con algunas de las verduras que no comí.

Sin mencionar que yo me encontraba sentada sobre el mesón rodeando con mis piernas el cuerpo de Damián y él se encontraba tan cerca que no podía cambiar mi posición.

Incómodo.

-La verdad si hay una razón para que viniera - Dijo Tyler - El pícaro de la otra noche, Jay, ha vuelto a hablar y quiere volver a hablar con la Luna, solo que esta vez dejará que su compañero esté presente.

- Muy bien, ¿Sabes algo de lo que tiene que decir? - Preguntó Damián a Tyler.

- No sé - Dijo Tyler - Realmente no le hemos podido sacar nada más aparte de esto.

Damián pensó unos segundos y finalmente salió de donde estaba y me ayudó a ponerme de pie para comenzar a caminar a las mazmorra en el que Jay se encontraba.

Podía decir que diría algo que me metería en problemas.

En estos momentos parecía que mi segundo nombre era problema o mala suerte, porque eso es lo que me estaba pasando estos días.

Esta vez Damián había ido a buscar una chaqueta para mí ya que hacía frío fuera de la casa, gesto por el cual me sentía muy alagada.

Mientras comenzábamos a caminar dentro del bosque hacia lo que yo llamaría una cárcel tipo hombre lobo, Damián intentó tomar mi mano lo que me sobresaltó haciendo que me apartara un poco.

Me había tomado desprevenida y pareció algo herido cuando yo me había alejado. Yo me sentí muy mal también.

Pero no se rindió, un poco más adelante intentó tomar mi mano de nuevo y esta vez yo no me aparté. Su mano era cálida mientras la mía se encontraba fría.

Pronto llegamos al lugar y entramos. Los guardias no demoraron en abrir todas las puertas hasta que llegamos a la misma habitación que la última vez me había quedado a solas con el pícaro.

Él ya se encontraba acá y como la última vez tenía las manos atadas y los ojos se encontraban vendados.

Pero se encontraba diferente, estaba mucho más delgado desde la última vez que la había visto, habían marcas en su cara de golpes y su labio se encontraba partido.

Eso me hizo preguntarme cuales eran las técnicas con las que hacía hablar a los prisioneros que atrapaban e interrogaban. No parecían ser solo amenazas ni insistencia.

No quería pensar en eso, mi estómago se sentía pesado al imaginar todas las cosas.

- ¿Quién ha entrado? - Preguntó Jay cuando la puerta se cerró.

- No tenemos que dar nuestros nombres, pícaro. ¿Para qué has pedido hablar con nosotros? - Interrogó Damián.

- Un gusto Alfa Damián, supongo que Luna Alex se encuentra con usted. ¿Por qué no me saludas? -Dijo Jay.

- Uh, hola - Dije tímidamente ganándome una mirada de advertencia de parte de Damián. Yo rodé los ojos.

- ¿Así que era lo que querías decirnos? Porque estoy algo ocupado como para perder el tiempo - Dijo Damián con voz fría.

- Oh, claro, iré al punto - Dijo Jay y luego aclaró su garganta - Supongo que Alex no te contó la última cosa que discutimos la vez pasada que nos encontramos.

No, no se podía atrever a decir eso.

- Alex me contó todo lo que hablaron - Respondió Damián confiado.

- ¿Eso crees? Te ha dicho la verdadera razón por la que yo he dicho toda esa información sobre los ataques a tu paquete - Dijo Jay.

- Alex, ¿Me has estado ocultando algo? - Dijo Damián en mi dirección.

- Yo... es que... no creí que fuera algo que sea necesario decir - Respondí intentando restarle importancia a eso.

- ¿Vas a decirme que es? - Exigió Damián. Podía ver que había comenzado a molestarse conmigo.

- Claro, solo es que no era el momento indicado... - Comencé. Tenía que evitar que eso se dijera, se iba a sentir herido al enterarse que yo le he estado ocultando algo y no quería que él se sintiera mal o que se enfadara conmigo. Eso no estaba funcionando bien.


- Lo que pasa, querido gran Alfa, es que le he revelado un gran secreto familiar a Alex y ella no te lo dijo - Dijo Jay casualmente - Alex es mi hija biológica.

Wow, no me había dado cuenta que me había saltado un capítulo. Lamento que este sea tan corto, tal vez por eso no lo tomé en cuenta, pero les prometo que el capítulo 34 es mucho más largo.

Gracias por leer, los amo :3

Luna ∞ | # wattys2015Where stories live. Discover now