Los nervios me carcomen.
Juego con mis piernas mientras golpeó levemente la mesa de la cafetería con mis dedos.
Mis ojos caen en las calles mañaneras y la ansiedad se hace presente en mi cuerpo.
Hoy es el día de decir la verdad
De ser sincera.
Y no ocultar más lo que siento.
—¡Aquí estoy!— doy un brinco cuando Perla aparece ante mí, sus ojos lucen divertidos mientras se deja caer frente a mí —Perdón la tardanza, el tráfico está horrible, hace mucho no desayunábamos juntas tía— Ella dice mientras se deshace de su abrigo y me mira atenta.
—Si pensé en hacerlo... Además tengo que decirte algo importante— el nudo de mi garganta se hace más grande y mis manos sudan más de lo normal.
—Está bien, ¿podemos ordenar primero, muero de hambre— yo asiento y Perla hace una seña al mesero quien recibe nuestra orden y se aleja de la mesa.
—Tengo algo que mostrarte— dice ella antes de sacar su teléfono y mostrar una foto de ella y Adrián muy sonrientes mientras cenan— ¿adivina que? Posteo nuestra foto, todo el mundo nos verá... Incluido el idiota de André— la veo alzarse de hombros y sonreír.
—Si eso está bien... Quiero decirte algo muy importante Perla— digo y ella frunce sus cejas rubias, yo me incorporo en la silla mientras suspiro.
—Vale tía, me estás asustando, ¿pasa algo? luces nerviosa— yo acomodo mi cabello y juego con mis manos mientras pienso si es buena idea decir la verdad.
—Yo... Eres mi amiga Perla y debes saberlo— ella asienta y yo sonrió nerviosa mientras juego con mi labio— No te enojes ¿vale?— ella asienta de nuevo.
—Estoy saliendo con alguien— digo rápidamente y la carcajada de Perla se escucha en toda la cafetería, la veo cubrir su boca mientras sus ojos lloriquean por la risa, yo muevo más mis piernas.
—Vale tía...me has hecho reír bastante, ¿porque me enojaría?— ella aún se ríe y yo niego mientras río nerviosa— es una buena noticia, ¿quien es el afortunado? ¿Es guapo? ¿La tiene grande? Yo...— tomo su mano rápidamente y por mi expresión Perla deja de reír.
—Estoy saliendo con alguien y... ese alguien es... es Liam— digo soltando su mano y mi cuerpo se paraliza cuando Perla me mira fijamente, su rostro es confuso y su boca se entreabre un poco intentando hablar.
El mesero deja los platos frente a cada una, mientras ella aún me mira sin ninguna expresión, cuando el señor se marcha siento mis nervios aumentar.
—Me... ¿Estás jodiendo? Es una broma ¿cierto?— yo solo observo sus ojos sin decir nada y Perla entiende todo.
—Es la verdad Perla, salgo con Liam desde hace un tiempo— digo mordiendo el interior de mi mejilla mientras Perla niega mientras se ríe.
—Eso no puede ser... Tú y él no... No puede ser khate ¿estas loca? Es un imbécil ese hombre.
—No Perla no es así, Liam me gusta— miro ligeramente las mesas con personas y debo inclinarme un poco —me gusta desde hace mucho.
—Te dobla la maldita edad khate, tienes diecinueve y él... Él es un maldito idiota, recuerdas que dejo a mi madre y... Alto...— ella deja de hablar y parece recordar algo antes de mirarme con sorpresa.
—¿Ustedes salían mientras Liam estaba con mi madre?— ella se remueve en la silla y luce enojada.
—Perdón Perla, quería decírtelo antes, pero... Liam me gusta, incluso antes de que tu madre y él fueran novios.
