Culpa

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Luego de aquella pelea entre velocistas, y despues de haber hecho añicos la idea de que una rainplosión sónica era imposible de realizarse en tierra el otro Anjou y los demas cambiantes regresaron a Canterlot. Aunque el cambiante reformado no tuvo problemas con este hecho, la otra Chrysalis y Thorin no estaban completamente seguros de que eso fuera una buena idea.

- ¿Estás seguro de que Celestia no reaccionara mal ante nuestra llegada? - Preguntó Chrysalis.

- Bueno, no es que seamos los mejores amigos, pero les garantizo que no pasara nada. - Dijo mi variante. Los otros 3 le estuvieron esperando en la biblioteca del castillo y aunque en un principio habían intentado matarse ahora charlaban como ponis civilizados. - ¿Qué es lo que tanto les preocupa?

- Pues en su caso es obvio. - El cambiante reformado señaló a Chrysalis, haciendo énfasis en su aspecto y la fama que le precedía por ser la reina cambiante.

- Perdónenme si me mostré reacio a venir aquí, pero de donde yo vengo no es que tenga una relación presisamente amistosa con Celestia. - Admitió Thorin.

- ¿Te importaría contarnos un poco de tu mundo? - Cuestionó el cambiante reformado.

- Bueno, en mi mundo soy el rey de los cambiantes.

- Oh, interesante.

- Y... Digamos que justo ahora mi especie está en medio de una guerra con Equestria y Celestia no está para nada feliz despues haber hecho que Cadence conspirara en su contra, quitándole el control indirecto del imperio de cristal. - Respondió Thorin.

- Ya arreglaremos eso, solo no lo menciones en frente de Celestia. - Afirmó mi variante.

- Y yo que pensaba que tenía problemas con Celestia. - Dijo Chrysalis.

- ¿Qué es lo que puedes decir de tu mundo? - Ahora era Thorin quien hacía las preguntas.

- Como ya seguramente saben, la invasión a Canterlot fue todo un fiazco, así que tuve que buscar otra manera de alimentar a mis súbditos. ¿Sabían qué en la biblioteca de Ponyville existe un libro con una receta para crear veneno de amor?

- ¿Veneno de qué? - Preguntó atónito el cambiante reformado.

- Un brebaje que hace que quien lo tome caiga perdidamente enamorado de otro poni a un punto en el que no puede seguir siendo un miembro funcional de la sociedad. En fin, yo robé la receta y la repliqué, y ahora mis cambiantes y yo vivimos felices y prósperos, sin molestar a nadie, pues ahora disponemos de una fuente de amor inagotable, pero antes de que me juzguen debo aclarar que utilice a ponis que nadie va a extrañar.

El cambiante reformado estaba sorprendido por lo que había confesado Chrysalis, pero no dio ninguna opinión acerca de dicha situación, por otro lado, Thorin la veía con aprobación, pues esta última solucionó el gran problema de la hambruna cambiante en su mundo.

Celestia no tardó en llegar a la biblioteca y aunque mi variante ya le había explicado de una manera resumida a quienes había traído siempre se mantuvo en guardia, en especial con Chrysalis.

- Entonces, ¿estos son los cambiantes de los que hablaste? - Le preguntó la monarca del sol a mi variante.

- Así es.

- Hablando por mi parte no pretendo ser una amenaza para usted princesa y solo vine por cuestiones de investigación, ya que en mi mundo descubrimos una especie de portal que me trajo aqui. - Thorin fue el primero en hablar, pero omitió la parte en la que era el rey de los cambiantes.

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