Naturaleza

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El bosque parecía ser mucho más extenso de lo que aparentaba si me estaba arrastrando, en especial por lo difícil que se había vuelto siquiera avanzar en línea recta. Durante el trayecto llegue a pensar que mi alma estaba bajando lentamente al infierno y que mi dolor era solo el principio de la tortura, pero el hecho de que mi estomago gruñera y todo mi cuerpo pidiera ayuda a gritos me recordó que el problema era físico, desechando esa excusa espiritista.

Finalmente llegue al campamento con los demás y cuando los vi trate de pedir ayuda, pero lo único que salió de mi boca fue un gemido de dolor. Los 3 se me acercaron curiosos de mi condición, pero cuando el capitán me inspecciono de forma más detallada lo único que hizo fue reírse.

- JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA. Debo reconocerlo niño, me has impresionado. Sabía que este día llegaría tarde o temprano pero no pensé que lo vería con mis propios ojos.

- ¿Qué...mierda...me...esta...pasando?

- Tienes una deficiencia.

- ¿Y de qué cosa podría ser? – Tuve que acumular mucha fuerza para decir eso sin tantas pausas.

- ¿Cuál es la base la dieta de un cambiante?

No era necesario que nadie respondiera pues sabía perfectamente la respuesta: amor. Cuando estaba viviendo en la colmena, fueron varias las veces que mi grupo tuvo que alimentarse, pero me negué a hacerlo durante todo el entrenamiento, gracias a ello consideraban que era quisquilloso con la comida, pero en realidad temía a las consecuencias de quitarle el amor a otros al no saber que podría pasar si lo hacía.

- Si quieres seguir viviendo tienes que comer algo. En tu estado actual transformarte significaría reducir tu tiempo en vida. Como sea, es tu problema, pero antes déjame decirte una cosa, mientras más tiempo pases transformado más amor consumes. Solo es un recordatorio por si no quieres que esto vuelva a pasar, si sobrevives claro.

- Lo tomare... en cuenta.

Me puse a pensar en lo que debía hacer, pero el hambre pudo más que mi moral y decidí buscar una víctima.

- Les importaría ayudarme.

- Yo lo hare. Lo último que necesitamos es que uno de nosotros se muera. – Dijo Gibz.

- Gracias.

Llegamos a las orillas del bosque para tener más oportunidades de encontrar alimento, pero me era difícil siquiera concentrarme con el hambre carcomiéndome. Además, durante todo el trayecto Gibz estuvo actuando como soporte para que no me venciera mi propio peso y pudiéramos avanzar más rápido.

Desesperado por alimentarme, trate de transformarme en un lobo de madera para ir al pueblo y buscar comida, pero mis esfuerzos fueron en vano y termine por colapsar en unos arbustos.

- Reaker dijo específicamente que no te transformaras y ¿Qué es lo primero que haces? Intentar transformarte, cometiendo suicidio involuntario en el proceso.

- ¿Entonces cuál es el plan?

Nos acercamos nuevamente a la frontera del bosque para tener un panorama del pueblo.

- ¿Hueles eso? – Me pregunto tras olfatear el aire un poco.

Hice lo mismo que él y he de admitir que la experiencia fue un tanto fascinante. Al inhalar profundamente una fragancia entro por mis fosas nasales, penetrando en mi interior. Aquel aroma era dulce, pero para nada empalagoso y su olor desprendía una sensación cálida y acogedora, si tuviera que describirlo con un color ese sería el rojo de la mermelada de fresa.

Changeling rebirthWhere stories live. Discover now