En el Hanshi (Xicheng)

29 Una boda y un festival (parte 1)

Los días habían pasado como raudales, llegando el tan esperado y ansiado primer día del festival del amor, muelle de loto se hallaba decorado con banderines en colores rojos y dorados, con el símbolo de los lotos y las nubes decorando la entrada del hogar del líder de secta, simbolizando la importancia de ese día tan especial, mientras el resto del muelle se hallaba decorado con farolas rojas, banderines de color rojo, rosa, blanco y azul, múltiples puestos de flores, artesanías, accesorios para el cabello, postres y farolas con varias formas y colores.

El tigre de Yunmeng Jiang se encontraba dando vueltas por la pequeña habitación que había elegido para que Wei Wuxian y Jin Ling lo vistieran y peinaran, ataviado en túnicas rojas con rebordes dorados, con su característico peinado y un tocado dorado con forma de loto. Un atuendo sencillo, pero ciertamente elegante para una boda improvisada.

—"Ya pasa de la media tarde y no ha llegado" – pensó, dando vueltas, dejando ver su nerviosismo, siendo asaltado por pensamientos catastróficos de lo que pudiera haber ocurrido durante el trayecto del primer jade hacia muelle de loto – "Algo ha pasado, avisaré a todos los presentes que me retiraré hacia Gusu y... " – sus pensamientos se vieron interrumpidos al abrirse la puerta de golpe, encontrando a Wei Wuxian con sus ropas empolvadas, un poco despeinado y ciertamente agitado, cerrando la puerta tras de sí.

—La... la comitiva del primer jade ha llegado, Jiang Cheng, hay... invitados no deseados – dijo de pronto, ocasionando que el ceño fruncido en el líder de los lotos apareciera

—Tienes dos minutos – exigió, cruzado de brazos

—No sé cómo se enteraron, pero el líder Yu, el líder Yao y unos cuantos líderes de sectas menores quieren presenciar la boda – explicó, con nerviosismo

—¡ESO SI QUE NO! – Gritó, exasperado, caminando hacia la puerta, dispuesto a romper una de las tradiciones, pero la voz firme y a alto volumen del primer jade detrás de la puerta detuvieron su intención inicial

—¡LAMENTO MUCHO LAS MOLESTIAS QUE ESTO LES OCASIONA!, LÍDER YAO Y LÍDER YU, PERO EL LÍDER JIANG Y YO, HEMOS DECIDIDO QUE ESTA CEREMONIA SEA LLEVADA A CABO ENTRE LOS LÍDERES DE LAS GRANDES SECTAS SOLAMENTE, FUE EL ACUERDO AL QUE LLEGAMOS – habló Lan Xichen, con un tono de voz alto, a espaldas de la puerta que resguardaba a Jiang Cheng, impidiendo a ambos líderes el paso.

—Eso es injusto, yo soy su primo, familiar directo del líder Jiang, a mí me corresponde entregarlo a quien se case con él, no Wei Wuxian – se quejó, mirando de forma fulminante al apacible novio, quien miraba de soslayo ciertamente nervioso la puerta tras de sí, esperando que su laogong de loto no pierda los estribos al escuchar al otro exigir un derecho que ya no poseía.

—Es posible que tenga razón, líder Yu, pero el líder Jiang ha elegido al maestro Wei para que sea él quien lo acompañe durante la ceremonia, a la cual solo pueden acceder aquellos con invitación – indicó Zewu-Jun, con educación – Pero puede asistir al primer día del festival de la urraca en muelle de loto si así lo desea, escuche que está en busca de una pareja, es probable que tenga suerte de encontrar a su alma gemela en este primer día de festividad, el líder Yao puede hacer lo mismo también, después de todo, es una celebración para honrar a los dioses del amor y poder compartirlo con quienes hayamos escogido – comentó, con una sonrisa que invitaba a la tranquilidad y conciliación.

Ambos lideres suspiraron, sin tener más remedio que hacer lo que el tranquilo y diplomático Zewu-Jun había dicho, sin estar muy convencidos.

—¡Tch!, esto no se quedará así, hablaré muy seriamente con el líder Jiang después de la boda – dijo, saliendo del lugar, con fuertes pisotones y de mal humor.

—Agradezco la atención del novio y su invitación a tan bello festival, les deseo lo mejor en la ceremonia y mucha prosperidad – reverencio, con una sonrisa falsa tras su rostro. Era de dominio público que el líder Yao deseaba humillar al líder Jiang por ser un omega, además de quererlo marcar solo para doblegar su orgullo.