26 Dos almas transmigradas (parte 2)

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—Todavía hay una parte importante que no se ha mostrado – dijo Lan Xichen – pero si continuamos por el camino de la transmigración, eso nos lleva a los cachorros mordidos hace veintidos años y a los cachorros mordidos hace cuatro meses en ciudad Kathra – escribió en un espacio aparte

—Sí, en Lanling Jin, encontré que había sido una de las cortesanas de mi madre, una mujer omega siendo lo único particular en ella su aroma a margaritas silvestres – comentó Jin Ling, encontrando el pergamino que hablaba de ese hecho, dejándolo sobre la mesa.

—En Meishan Yu, una niña fue mordida, convirtiéndose en omega con un aroma dulce a flores, y cerca de un poblado de Meishan Yu, un niño fue asesinado, se presume que su aroma era a pino y abedul – dijo Jiang Cheng, mostrando su evidencia.

—En Gusu Lan fueron mordidos cinco cachorros de la familia Lan, siendo lo único en común, su particular aroma a flores y frutos silvestres – comentó Lan Xichen, sin decir nada más.

—Pedí a Nie Huaisang que investigara sobre algo similar en su secta, dijo que enviaría a uno de sus discípulos a Yunmeng en caso de encontrar evidencia – relató Jiang Cheng mirando los pergaminos y cuadernillos sobre la mesa.

—Eso significa que Roman también transmigro, y está intentando localizar a ambas, el aroma a flores silvestres de JiaLi y el aroma a bosque de TianLán, mordía a los cachorros con aroma similar a JiaLi, pensando que uno de ellos podría ser ella, y... tal vez, a todo aquel que contenía aroma a bosque era asesinado, así aseguraba que TianLán jamás cumpliera su amenaza y fuera por él – comentó Romen, pensativo

—Eso significa que todavía no las encuentra – comentó Jin Ling leyendo los pergaminos y cuadernillos sobre la mesa.

—Por eso ninguna de las dos debe salir de Yunmeng, Jiang Cheng, encadena a esas dos para que no se vayan.

—No seas dramático – puntualizó, revirando los ojos, retirando el talismán de la puerta, acercándose a un discípulo, susurrando algo, mientras su orden era acatada.

Se escucharon dos toquidos suaves en la puerta unos minutos después

—Adelante, Yao Ming – indicó Jiang Cheng, viendo como Yao Ming entraba a la sala de reuniones, moviendo su bastón de metal, ataviada con el uniforme femenino de la secta, descalza, con una venda color violeta cubriendo sus invidentes ojos.

—Buena tarde líder Jiang, líderes Jin, líder Lan, y matrimonio Lan, y usted también, honorable invitado – hizo una reverencia, saludando, percibiendo los aromas de los presentes, sintiendo las vibraciones de energía espiritual bajo sus pies – uno de los discípulos me pidió venir, de camino me encontré con Ju, ahm... ¿me requería para algo en especial? – preguntó, ante el mutismo de todos los presentes de la sala.

Las miradas pasaban de Yao Ming a la imagen de Xi TianLán, siendo prácticamente dos gotas de agua. El mismo rostro, el mismo color de cabello y apostaban que el color de ojos era igual, de un azul tan claro como el cielo mismo.

—Sí, mañana necesitaré que tú y Xiao Ju cuiden de A-Huang todo el día, el entrenamiento de las discípulas queda a cargo de Jiang Heng – informó, ante el asentimiento de Yao Ming – puedes retirarte

—Disculpe mi descortesía, señorita, ¿qué le pasó a su vista?, ¿fue de nacimiento? – pregunto Romen, con las miradas de los presentes recayendo sobre él.

Ese era un tema sensible para la mujer, siendo pocas veces contado por ella.

Yao Ming ladeó su cabeza, insegura si hablar del tema con alguien desconocido. Algo en la voz de ese hombre no le inspiraba confianza, pero decidió responder por mera cortesía, ciertamente incómoda.

En el Hanshi (Xicheng)Where stories live. Discover now