Not So Innocent | Draco Malfoy | traducción esp.

OCHO

Eliza's pov

—¿Por qué tienes las mejillas tan sonrojadas? —escuché la voz de Daphne y cuando miré hacia el frente se encontraba caminando hacia mi.

Estaba sentada en la sala común, disfrutando el silencio y la calidez del fuego crepitante después de una inquieta noche. Me había preparado antes de que Daphne y yo decidiéramos sentarnos y esperar a que el día comenzara en la sala común. Pero en toda la noche solo pude pensar en lo que Draco y yo hicimos el día anterior.

No pude parar de pensar en la forma que me hizo sentir. Nunca creía posible poder sentirse de tal manera, eso era estimulante, y quería más. Estar al borde, estar tan... íntima y sola con alguien como Draco Malfoy. Me hacía sentir viva y salvaje.

—No estoy sonrojada —respondí, incluso sabiendo que lo estaba.

Ella cayó sobre el sofá, las llamas doradas parpadeaban contra su piel mientras se inclinaba hacia mi, su cabeza descansaba en mi hombro.

—Lo estabas, ¿vas a contarme quién te tiene tan nerviosa?

Quería hacerlo. No era algo que quisiera que todo el mundo sepa, pero necesitaba a alguien con el que pudiera hablar. Entonces, rápidamente dije:

—Algo pasó.

Ella tarareó y giró su cabeza.

—¿Algo como qué?

—Algo con un chico —dije con una incontrolable sonrisa saliendo de mis labios.

Daphne se sentó para poder mirarme, sus ojos brillaban con entusiasmo.

—¿Te besaste con alguien? —ella jadeó, como si se hubiese dado cuenta de algo—. Esa es la razón por la que desapareciste ayer después de clases.

Asentí y tuve que mirar para otro lado, estaba sonriendo y sabía que mis mejillas se habían tornado color rosa. Mi estomago se retorcía nerviosamente pero era el tipo de nervio que tienes cuando estas feliz.

—Pero... no solo nos besamos —giré mi cabeza hacia ella y observé como su diente blanco mordía su labio y sus cejas se alzaban, estaba sorprendida pero, podría decir que tambien feliz por mi.

—Estas bromeando —susurró un grito—, ¿tuviste sexo? —continuó en un susurro esta vez más silencioso—. Un momento, ¿eres virgen?, ¿perdiste tu...? Oh por Dios. Espera, ¿usaron protección?, ¿fue en una cama?

—No tuve sexo —la interrumpí un poco fuerte y estaba agradecida de que la sala común estuviera vacía. Reí mientras agregaba—, y si, soy virgen.

—Lo siento —sonrió—, solo estoy muy feliz y emocionada por ti. Entonces, ¿eso solo fue...? —hizo un gesto con sus dedos y me sonrojé inmediatamente.

—Oh por Dios —empujé sus manos lejos—. Si, lo fue pero para.

Ella rió, lo más probable es que fuera por mi reacción o timidez. No podía creer que estuviera hablando de estas cosas.

—¿Con quien fue? —preguntó.

La observé, todavía insegura de si quería contarle, tenía miedo de qué pensaría. Draco es su amigo hace un tiempo pero él tiene una mala reputación. ¿Qué pasa si ella no lo aprueba o me juzga?

Daphne se sentó derecha.

—Tienes que contarme, te prometo que puedes confiar en mi. Quien sea que sea el chico afortunado, no se lo contaré a nadie.

No podía mantener el secreto, le tenía que contar.

—¿Lo prometes?

—Promesa del meñique —ella sonrió y extendió su meñique—. Atraviesa mi corazón y espera morir.