ay, no.
No es lo que yo creo que es.
Max no puede o no tenía que hacer eso, solo una perona puede revivir a otras en este mundo y en el otro. Si bien Dios revive en el mundo humano victoria o Celestina quienes son las de este mundo pueden hacerlo. Max no puede.

—Y todo salió peor—agrega—Ella... Yo pensaba que...

—¿Que fue lo que hiciste?—solte las manos de su cintura, él se levantó tan rápido como pudo y yo lo imite, algo malo se me venía a la mente. De pronto la idea se me hizo tan visible que no lo creí capaz—¡¿Que fue lo que hiciste?!

—Yo... No la reviví a ella, pero reviví a una perona más poderosa—puntualizo matándome del susto—Yo no solo la reviví sino que también la cree con la magia que me quedaba.

Dicho eso camino pasando por frente de mi, cogió la camiseta del suelo y se la puso. Mientras yo tenia dudas.

Si Max había dicho eso ¿A quien había creado? ¿A victoria? No eso sería imposible. ¿A dark magic? Eso menos... Dark magic tiene más tiempo que Max en este mundo.

Eso sería una más de las tantas incógnitas que llevo en mi lista mental.

...

—¡Max! ¿Donde rayos te estás escondiendo?—Le exigí, él no se veía por ningún lado del río. Solté una corta risa—bien, bien, espero y no estés ahogado en el río.

Avance con cuidado, subí a una roca grande musgosa algo resbalosa, dude al subirme igual lo pude hacer. Desde ahí tenía que localizar bien donde es que estaba Max escondido.

Me puse de puntillas un ratito para inclinar también mi cuerpo, con el impulso así algo me falló en las piernas y por un segundo me creí que estaba en el agua fría.  Antes de caer al río unas manos me sujetaron por la cintura.

No tuve que hacer esfuerzo para saber de quién eran esas manos por qué ya sabía de quién eran.

—A donde ibas mi pequeña—me intercepta Max, su cálido aliento choco con mi oreja, sentí un rato escalofrío—¿Me estabas buscando Pulgarcita?

—No me llames así—Vocifere—Odio ese... Apodo.

—Eh, ¿Por qué? Si te queda perfectamente bien—ironizo—Ella es una partícula pequeña y tú eres un homo pequeño.

Eso me molestó también un poco.

—dime: en tu otra vida fuiste biólogo ¿Eh?—Considere echarme más atrás por qué no me gustaba mucho estar en la punta pero está era una cercanía muy... Extraña.

—Digamos que sé algo sobre eso, no me juzgues por tener un padre que estudio varias carreras y es un todo profesional—se encogió de hombros, su cabeza se posó en mi hombro.—Ahora dime tú: ¿Que pasa si me pasa algo por estar cuidándote... Tú te arriesgarías por mi?

Tranquilo Max, no creas que la vez que te rescate en el barco fue por qué me quería sentir una heroína. Obvio que iría al cielo por ti.

—Pues... Pensándolo bien ¿por qué no debería hacerlo?—admití—después de todo tú me has salvado la vida más de mil veces.

Él soltó aire por sus fosas nasales.  Ladeó su cabeza y su cabello oscuro azabache me molestaba en el cuello. Si, era mucha presión no poder salir corriendo.

—Yo se que tú me quieres—Solto—tambien se que yo te importo, y que tú no estarías bien si yo no lo estoy. Ya te conozco mi Pulgarcita preciosa.

Arrugue la nariz e hice una mueca en el rostro, juro que si Max hubiera estado de frente y no de espalda se hubiera reído a carcajadas de mi expresión.

DARK MAGIC [DARKEST 1] (BORRADOR) Onde histórias criam vida. Descubra agora