C A P Í T U L O 5

Start from the beginning
                                    

—Supongo que sí sé lo que es vivir en una familia adinerada —eso era algo que AJ no sabía. Desvió su mirada, para darse cuenta que se enfriaba su café.

—¿Cómo?

—Tenía una familia, una de las familias más adineradas en la ciudad de Seúl. No sé si los conoces. ¿Familia Lee te suena en algo?

—Por Dios. Esos están en la cima de la pirámide —admitió sorprendido —. ¿Pero cómo fue que tú y tu madre...?

—Hace diez años, culparon a mi madre de algo que no estaba en nada relacionado con ella. Sin embargo, él no le creyó y nos desterró de la familia así sin más. No sentí pena al respecto, pero sí por cómo trató a mi madre. Yo era muy pequeño y verla tan indefensa... —comenzó a sollozar y a salir lágrimas de sus ojos ante ese recuerdo. Nunca se le borraría de la mente —. Maldita sea. Si hubiera sido más fuerte... pero era débil, un maldito chico débil.

AJ lo escuchó con atención. Ahora entendía por qué la envidia y casi odio hacia las personas adineradas. Pero si no hubiera sido por esa situación, quizá nunca lo hubiera conocido. Sí, era egoísta, las cosas pasaban por algún motivo en la vida y si no hubiera encontrado a Kiseop, sería el más infeliz ahora mismo.

—Ángel.

—¡Maldición! No me llames así. ¿Soy tan débil que me ves como tal? No sé ni el por qué sigues aquí, cuando otra persona ya se habría ido —a través del dolor, expresaba lo frustrado que se sentía y lo comprendía.

—Kiseop —AJ lo tomó de los hombros para que estuviera frente a él —, mírame —este se negaba a hacerlo y AJ lo obligó tomándole la barbilla —. Te di muchos motivos del por qué eres fuerte. No te veo completamente débil, pero si alguien inocente que no sabe de la vida.

Kiseop creyó que ese era un punto en dónde AJ se equivocaba.

—¿Qué no sé de la vida? —retiró la mano del gato —. ¿Acaso no escuchaste lo que te dije? Nunca estás oyéndome. Sinceramente, no sé por qué sigues aquí.

—Estoy aquí porque eres...

—¿Tu amigo? Tonterías. Los amigos no hacen lo que hicimos hace una semana y anoche —se safó del agarre en su hombro —. Es mejor que te vayas.

—No quiero.

—Deja de ser un idiota alguna vez en tu vida, ¿quieres? Déjame solo. Ya sabes dónde está la puerta —y sin más, se dirigió a su habitación pero no alcanzó a subir ni la mitad de las escaleras, cuando AJ lo empujó contra la pared, dejando a Kiseop anonadado.

—No vuelvas a echarme. No quiero que te alejes de mi.

—No sabes lo que dices.

—Claro que sé. Ya sé que lo que hicimos no era de amigos, es de algo más y por eso lo hicimos dos veces. Tú también lo hiciste, tú quisiste, te entregaste a mi por un motivo y es porque los dos sentimos lo mismo —miró a Kiseop a los ojos.

—No es cierto, me obligaste —la reacción que tuvo AJ en ese momento al golpear la pared, lo asustó.

—¡No mientas! Estás raro conmigo. Siempre era tan normal hasta que...

—Hasta que tuvimos sexo, ¿no?

—Sí.

—¿Reconoces tu culpa entonces?

—No, porque tú también lo querías.

—Ni siquiera lo sabías, porque irrumpiste en mi casa y no paraste cuando yo te decía que no.

—¿Entonces no sentiste nada? —AJ sabía que sí, solo que Kiseop no quería admitirlo.

—Nada, no sentí nada —Kiseop mintió, seguro de que no sería descubierto. En cambio, AJ se acercó a él, aprisionándolo contra la pared.

My Only Possession... [2Seop/U-KISS]Where stories live. Discover now