Capítulo 12

2.6K 218 8
                                    

 Después de practicar un poco de tiro y descubrir que Artemis era realmente buena con la pistola y el francotirador, un soldado avisó a la Unidad 141 de que Laswell les esperaba en la oficina de Price. Con la misma ropa con la que habían practicado fueron a la pequeña sala, sudando por todo el movimiento, el propio calor del verano y también, en el caso de la pelirroja y el de la máscara, por aquel momento íntimo de la enfermería. Al entrar la chica pudo ver a quien llamaban Laswell, una mujer de unos cuarenta años con el pelo rubio recogido en un moño bajo. La señora no disimuló cuando estudió de arriba a abajo a la doctora y por unos segundo mantuvieron un duelo de miradas bastante intimidante. Pero aquello cambió rápido cuando Laswell la sonrió y le ofreció una mano, Artemis la aceptó y se dieron un apretón amistoso.

-Un gusto conocerla Doctora, Price me ha hablado muy bien de usted.

-Puede llamarme Artemis.- Respondió la pelirroja con una sonrisa sincera mientras cruzaba sus brazos.

 Los hombres se dispersaron por la sala, rodeando el escritorio de Price. Ghost se situó al lado de Artemis, los dos apoyando la espalda en la pared. Price se sacó el gorro de pescador y por un segundo la doctora había jurado ver a Laswell sonriendo al mirar el pelo desordenado del Capitán.

-Bien, ya estamos todos así que cuando quieras.- Price le dio paso a la mujer.

-Gracias. Tenemos una nueva misión para todos vosotros, incluida tú Artemis.- Laswell le dio al botón de un mando a distancia y la pantalla de televisión de la pared se encendió, enseñando fotografías de lo que parecía ser una base.- Hemos recibido información importante de la organización terrorista "Pandora", dirigida por Prometeo. Todavía desconocemos la identidad real de su líder, por desgracia. Pero tenemos nuevas pistas de dónde podría estar su base. Estas imágenes las recopiló un dron hace un par de días, están situadas en un pueblo cerca de Moscú.

-Tiene que ser una broma, ¿de todos los sitios tenía que estar en Rusia?- Preguntó Soap con fastidio.

-¿Qué diferencia hay?-La pelirroja estaba confusa por la reacción del escocés.

-Rusia es un sitio muy bien vigilado. La inteligencia secreta de allí es de las más difíciles de sortear, así que ir a una misión en ese país suele significar tener planes de la A a la Z, nunca suele salir como lo planeas. Su ejército aparece siempre en los peores momentos y mejor rezar porque no te cojan, también son de lo más despiadado en lo que a la seguridad de Rusia se refiere.- Respondió Ghost sin mirar a Artemis.

-Así es. Un movimiento en falso puede poner a los rusos en alerta y lo último que queremos es iniciar tensiones con ellos. Además ni siquiera sabemos si su propio Gobierno está metido en todo esto, aunque sea improbable tenemos que barajar todas las opciones. En un principio la misión debería ser sencilla. No vamos a ir a por ellos todavía porque creemos que están planeando un ataque terrorista. Pero sí necesitamos cuanta más información mejor, así que hemos encontrado a uno de los que les proporciona explosivos.-Laswell pasó a la siguiente fotografía enseñando a un hombre calvo, de barba larga, tatuajes en la cara y cuerpo grande y musculado.- Se llama Leo Novikov. Perteneció a su ejército, pero por ciertas discrepancias e ideas radicales, le acabaron echando y ahora vive del mercado negro. Vive en Oriol, una ciudad cerca de Moscú.

-Supongo que quieres que vayamos allí e intentemos sonsacarle algo.- Dijo Alejandro.

-¿Por qué tiene que venir entonces Artemis?- Preguntó Ghost.

 Aunque no le gustaba demostrarlo, estaba preocupado. Jugar con los rusos eran de las cosas más peligrosas que él había hecho como soldado. Los criminales de allí sabían lo que hacía y eran bastante intimidantes. La idea de la pequeña pelirroja rodeada de tanta gente peligrosa le ponía nervioso. Si algo salía mal, aunque fuese la cosa más pequeña, podía significar algo peor que la muerte. Ghost estaba acostumbrado hasta cierto punto a que lo torturasen, pero ella no. El hombre sólo podía verla como a una delicada flor, una a la que protegería con su vida si fuese necesario.

La doctoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora