Capítulo 9

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Ghost fue hacia la sala de entrenamiento, donde la Unidad 141 practicaba combate cuerpo a cuerpo. Peleaban por parejas, Soap y Gaz, Alejandro y Rudy, Price y König observaban y corregían de vez en cuando.

-Ey Ghost, ¿cómo va?- Preguntó Soap quitándose de encima de Gaz.

-Se acaba de despertar.

-Genial, pero yo preguntaba por ti.- Soap se apoyó en el hombro del de la máscara con una sonrisa maliciosa.

-Mira que sois pesados.- La voz de Ghost sonaba grave y fría, pero había un atisvo de sonrisa en su cara.

-¿Acabas de sonreír?- Preguntó Soap mirándole de cerca.

-No.

-Claro que sí, lo he visto. ¡Has sonreido!

Rudy y Alejandro se reían a lo lejos, viendo la interacción de sus dos compañeros. Price a menudo les comparaba con dos hermanos, Ghost el mayor y maduro, Soap el pequeño y revoltoso. Les encantaba verles juguetear y bromear entre los dos.

-Chicos.- Price les llamó de forma autoritaria y todos se acercaron, esperando alguna misión o mala noticia.- Vaya caras, que no voy a decir nada malo. He pedido un permiso para que vayamos todos esta noche la ciudad, si queréis claro.

-Esto tiene que ser algún tipo de trampa.- Susurró Gaz a König, que también miraba confuso al Capitán.

-¿Cuándo fue la última vez que pedimos uno? Necesito ir a un bar y relajarme, vosotros podéis hacer lo que querais.

-Yo me apunto.-Dijo Alejandro emocionado.

-Y yo.- Se sumó Rudy.

Poco a poco todos se fueron apuntando al plan, incluso Ghost y König. Siguieron entrenando de forma animada, la mente de todos en esa noche. Gaz estaba haciendo abdominales cuando, al levantar el cuerpo, vio a la pelirroja salir de la enfermería.

-Artemis, ¿qué haces levantada?

Todos se giraron para mirarla. Se había cambiado de ropa a su top deportivo y sus pantalones cargo verdes. También se había peinado, dejando su melena ondulada caer sobre su espalda.

-Dadme un segundo, tengo algo que hacer.- Ella siguió caminando, sus pasos seguros. Toda la Unidad la seguía por detrás, curiosos por lo que iba a hacer.

Llegaron al camión de Mark, que estaba apoyado en este con los brazos cruzados.

-Vaya, pero si Victoria está aquí. ¿Qué tal te va bombón?

Alejandro fue a dar un paso hacia el hombre, sus puños preparados, pero Artemis le frenó poniendo una mano en su pecho.

-Me alegra que sigas de buen humor, porque lo vas a necesitar.- La pelirroja sonreía sin parar. Una sonrisa, no de felicidad, si no de malicia. Sus brazos descansando en su espalda, su cabeza inclinada hacia arriba, dándola un aire de superioridad.

-¿A qué te refieres preciosa? Ni que tú pudieses hacerme nada.

-¿Yo? Que va, esa no es mi idea. Verás, yo que tú iría cuanto antes a la oficina de Price. Hay unas cuantas personas en videollamada esperando a que les expliques todo lo ocurrido.

-Mira bonita, no me jodas.- Mark se acercó a Artemis, su mirada llena de odio.- Ya he hablado con mis superiores y no ha pasado nada.

-Tú lo has dicho. Sólo has hablado con el General Holmes. Supongo que le habrás lamido el culo e incluso otra cosa, pero ahora tienes que hablar con el resto de ejército y te aseguro que van a ser menos comprensibles. Que sepas que odian esperar, asi que yo me daría prisa.- Con esto ella se giró y se dirigió a la oficina, Mark la seguía de cerca todavía cabreado.

La Unidad 141 vio como los dos se metían en aquella oficina, luego se escucharon gritos de enfado. Después de un cuarto de hora de discusión, Mark salió con una patada en la puerta, pasando rápido al lado de los soldados. Artemis salió después, sus andares llenos de confianza. El soldado se giró y cogió del brazo a la chica, acercándola a él.

-No sabes lo que acabas de hacer querida. ¿Crees que puedes hacerme esto y largarte como si nada? Deberias temerme.

-La palabra "temer" no está en mi vocabulario y menos con un exsoldado incapaz de no hacer una pataleta de niño pequeño frente a los generales más respetados del ejército. Suéltame, dales la mala noticia a tus compañeros y largo de nuestra base, cariño.- Ella seguía con aquella sonrisa. Sabía que había ganado y eso la hacía sentir orgullo.

Mark la soltó y se fue con sus compañeros. Se subieron a el camión y salieron de allí sin mediar palabra. El resto de soldados de la base miraban con curiosidad a la doctora.

-¿Qué ha pasado?- Preguntó Rudy poniendose a su lado, mientras König miraba las marcas rojas que el exsoldado le había dejado en la piel a la chica.

-Han suspendido a toda su unidad hasta que expongan el caso ante el consejo.

-¿Qué?- Alejandro la miraba asombrado.

-¿Cómo has conseguido eso?- Dijo esta vez Price.

-Yo no he hecho nada. Sólo hemos expuesto lo que ocurrió y como no era la primera vez que ellos la cagaban, han decidido suspenderles. Lo dije el primer día, soy la primera que no va a dejar que nadie me trate como basura.

-Por eso te has puesto el top, ¿verdad?- La voz de Ghost atrajo la mirada de todos, curiosos por su razonamiento.- Para que viesen bien tus costillas fracturadas y las heridas del cuello.

Se giraron de nuevo para mirar a la chica, que se limitaba a sonreir y levantar sus hombros.

-No se de qué me hablas.- Dijo con una mirada inocente.- Si me disculpais, tengo una enfermería que recoger.

Con eso se dirigió a la sala, los soldados dispersándose. Todos hablaban de ella y lo que había hecho entre risas, alegres de que alguien hubiese dado su merecido al grupo. La Unidad 141 fue con ella a la enfermería y allí se sentaron todos juntos.

-Lo admito, eso ha sido la leche.- Dijo un Alejandro animado.

-Como ya he dicho, yo no he hecho nada. Tarde o temprano alguien se habría cansado de sus tonterías, yo sólo he agilizado el proceso.- Artemis se sentó en una de las camillas y comenzó a recogerse el pelo en una trenza lateral.

-Oye, vamos a ir esta noche a un bar todos juntos de permiso, ¿te apuntas?- Price esperaba la respuesta pacientemente.

-Soy la única médico, si pasa algo no habrá nadie para ayudar.

-Tranquila, ya he pensado en eso. El otro día pedí un ayudante para ti, así no estarás sola en las emergencias. Es un buen médico y en teoría está al caer, viene de la base de al lado.

-Si que has pensado en todo, ¿eh Capitán?- Artemis sonrió.- Me apunto.

Comenzaron a hablar de el plan de la noche. Habían encontrado un buen sitio para tomar algo y así descansar. Todos estaban emocionador por poder tener una noche normal, la mayoría llevaba sin tomar unas copas desde hacía meses. Ghost miraba a Artemis sonreir y no podía evitar sentir un poco de entusiasmo sabiendo que irían juntos.

La doctoraWhere stories live. Discover now