Tres

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Yoongi

Esperé a ver el coche de mis padres retrocediendo por el camino de entrada antes de coger el móvil y escribir un mensaje a Jungkook.

¿Vienes a ver una peli a casa?

El corazón se me aceleró dentro del pecho. ¿Qué estaba haciendo? Hoy, en el hoyo, me había pasado de la raya. Nunca tendría que haberle hablado de mis deseos secretos de adolescente. Pero con sólo pensar en el intenso brillo de sus ojos mientras le explicaba lo que quería experimentar, el cuerpo se me estremecía.

Jungkook:

¿Y tus padres?

Conocía a mis padres lo bastante bien como para saber que no aprobarían que pasaramos tiempo juntos. Pero que su madre fuese 'vulgar' no significaba que él también lo fuera. Por sus venas corría la misma sangre que por las de Jimin. ¿Cierto?

Están fuera de la ciudad.

Mi padre había planeado una escapada sorpresa de fin de semana por su aniversario de boda. Lo sabía desde hacía una semana, pero no se lo había contado a mi madre hasta esa misma tarde. Justo en este instante, iban de camino a Birmingham.

Cuando sonó el teléfono, me dio tal sobresalto que casi lo dejo caer. Me temblaban las manos, temiendo que fuese Jimin. Si hablaba con él, no sería incapaz de esconder la culpabilidad que sentía.

Era Jungkook.

—Hola —dije.

—Dejaré la camioneta en el parque y llegaré a tu casa por el bosque. Deja abierta la puerta trasera.— No quería que viesen su camioneta aquí. Sabía que era por mi bien. Lo mejor sería que no aparcase delante de mi casa. Sólo era un amigo, pero... también era un chico. Un chico malo. Min Yoongi no invita a chicos a casa cuando sus padres no están.

—Muy bien, si lo prefieres así.

—Así es mejor. —Su voz grave me provocó un hormigueo por todo el cuerpo.

—Te veo dentro de un rato —contesté. Nervioso de anticipación. Sabia que en teoría no haríamos nada malo, pero aun así se lo estaba ocultando a mis padres. Y a Jimin.

Cuando colgó me quedé mirando el teléfono que tenía en la mano; debatiéndome entre el temor y la emoción. Iba a pasar más tiempo a solas con Jungkook. Lo echaba de menos. Poder ser honesto con alguien era agradable. No tenía que fingir. Y también había que tener en cuenta el hecho de que, cada vez que me miraba, sus ojos provocaban que todo mi cuerpo se estremeciera. Había algo perverso en Jungkook que me atraía. ¿Qué me pasaba? ¿Por qué deseaba tanto pecar?

Tiré el móvil sobre la cama y me metí a la ducha. No iba a pensar más en las reglas que 'Estaba rompiendo'. No estaba haciendo nada malo, me repetí. Además, necesitaba romper algunas reglas o me volvería loco pronto.

𝗘𝗹 𝗰𝗵𝗶𝗰𝗼 𝗺𝗮𝗹𝗼 - kookgiWhere stories live. Discover now