Olinki Yaoyotl

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Máquina de Guerra

┏━°⌜ 赤い糸 ⌟°━┓

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ᴠᴏʟᴜᴍᴇ : ▮▮▮▮▮▮▯▯▯

|◁ II ▷|

Base Paramilitar de los Coyotl

Frontera entre Quintana y Cuahuahuitzin

El Cartel de los Coyotl, a diferencia de los Tlacuaches, rendían el poder adquisitivo de su contrabando y de su comercio delictivo a través de la compra y venta de chatarra que ellos reparaban y revendían en el mercado negro. Esto los dotaba de un poder militar superior al de los Tlacuaches, al punto en que tenían su propia base de estilo militar cerca de las cordilleras que servían como frontera natural a Quintana y Cuahuahuitzin. 

No era la única, pero si la más grande y una de las más importantes al tener la función de hacer posible los transportes de la chatarrería ya arreglada y convertida en dispositivos tecno domésticos carísimos o en armas de guerra a través de sus aviones de carga. Siendo así que esta era la única base militar con este privilegio. El destino de estas mercancías variaba, pero los tentáculos de los Coyotl eran tales que no solo se limitaban a la Civitas Magna y la Capital Real, sino a casi todos los Reinos Divinos. Este era el orgullo de los Coyotl, todos ellos especialidades en la ingeniero mecánica; mientras que el narcótico de los Tlacuaches era la Flor de Íncubo, el estupefaciente de los Coyotl era convertir los cachivaches en piezas de arte de la industria tecnológica codiciadas en el Bajo Mundo. 

La Base Paramilitar constaba de más de quince hectáreas de terreno baldío; sus hangares, sus autopistas, sus helipuertos, astilleros, sus guarniciones y sus torreones se distribuían a lo largo y ancho de terreno plano y de algunas pendientes de las colinas cercanas, y las barricadas se extendían de tal forma que, visto desde arriba, creaban una forma romboidal que se adueñaba de una novena parte de las faldas de los altiplanos y de las llanuras desérticas.

Bajo el inclemente calor del Estigma de Lucífugo, los nahuales se ejercitaban enérgicamente. Todos ellos tenían facciones y apariencias antropomórficas de caninos: la gran mayoría eran hienas y perros, mientras que los oficiales de rango menor eran lobos, y los oficiales de rango mayor eran zorros. Era tan exigente el ejercicio militar que hacían (desde alzar pesas, alzamiento de grandes trozos de tanques en grupos de diez, trotar toda la base por horas y sin un solo descanso y simulaciones virtuales de tiroteos) que el sudor perlaban sus pieles y sus pelajes. La música alebrestaba el ritmo intensivo del ejercicio, así como el fuerte sabor agrío de las botellas de cervezas y, como no, la cocaína que se esnifaban de tabletas de cristal sin parar. 

Record of Ragnarok: Blood of ValhallaWhere stories live. Discover now