Capítulo final ; "Sí, quiero"

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Después de tres años de relación, Justin había tenido que aceptar el detalle que tuvo su novia con él, al comprarle un local para poder trabajar a su ancha.


Había sido un gran detalle, y él se lo tenía en cuenta todo este tiempo. Era la mejor mujer que podía pedir que estuviera con él, era la princesa de sus ojos y no la iba a dejar escapar por nada del mundo.


Después de este tiempo, Logan no había vuelto a contactar con ella y su madre al enterarse de lo que pasó, dejó de dirigirle la palabra a su propia hija, cosa que su padre se negaba a hacer, era la niña de sus ojos y por un rebote de su mujer no dejaría de comunicarse con su única y preciosa hija. Estaba orgulloso de verla feliz, y como le brillaban los ojos al hablar de su novio ante él.


Eran las nueve de la noche y estaban preparándose para ir a cenar a un restaurante, Justin le anunció que tenía una sorpresa que darle, y ella se imaginó rápidamente que le pediría matrimonio, pero se negó ante la ilusión que esto le daba.


Se miró al espejo por última vez y hizo una mueca girándose hasta donde se encontraba Justin colocándose los zapatos, para dar marcha al coche.


-Cariño, ¿este vestido me hace gorda? -se giró hacia él.


-Gorda se me acaba de poner al verte. -comentó, pervertido.


Ella bajó la cabeza, avergonzada por el comentario de su chico.


-No me vuelvas a preguntar una cosa así, porque te contestaré lo mismo. Estás preciosa, ¿de acuerdo?


Se acercó a ella, y dejó un casto beso sobre sus labios, provocando que una sonrisa se acoplara en su cara.


Los dos cogidos de la mano se dirigieron al restaurante, la velada había sido fantástica para ella como para él, no faltaban las risas y los dulces besos que se daban en la mesa.


Después de un tiempo, ella preguntó por la sorpresa y él le sorprendió con que se la diría cuando estuvieran juntos, en la cama.


A ella le empezó a sudar todo el cuerpo, el calor la invadió y los fluidos inundaban sus bragas de tan solo pensar que podría ocurrir esa misma noche en la cama de ellos, sí. Habéis oído bien, Justin se había ido a vivir con ella, porque la casa tenía más metros construidos y estaba más cerca del trabajo, eso era una ventaja.


Después de unos minutos, entraron por la puerta del apartamento y la puerta azotó la pared de atrás, haciendo un ruido tormentoso, ellos se separaron del fogoso beso en el que se hallaban y rieron divertidos, cerrando la puerta silenciosamente, para no levantar a los vecinos, nuevamente.


No era la primera vez que armaban jaleo en el vecindario, y ella murió de vergüenza cuando tocaron la puerta mientras estaban teniendo sexo en el sofá del salón y reclamaron que bajaran la voz de sus gemidos porque no podían conciliar el sueño y que al día se levantaban pronto para trabajar, ella se tapó con un cojín muerta de vergüenza y de la risa al ver a Justin intentar calmar a la pareja que se había presentado en su puerta.

єℓ ѕeхy тєяαρєυтα {נυѕтιивιєвєя&тυ} єяóтιcαDonde viven las historias. Descúbrelo ahora