Capítulo 4 ; "Deseo de lo prohibido"

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___________ entrecerró los ojos observando como le sentaba el vestido amarillo que llevaba puesto frente al espejo, se dio la vuelta impulsándose con un solo pie y notó como el vestido se alzaba provocado por el movimiento.

Al parar de dar la vuelta, colocó su mano derecha en la cintura y la otra en la parte posterior de la cabeza.

La ventana que estaba justo al frente de ella, concretamente detrás del gran espejo ante ella, de repente se fue abriendo haciendo que el viento que había fuera entrara por ella, provocando que su pelo se moviera hacia atrás como si de un ventilador se tratara.

Ella se rió fuertemente al estar de ese modo, parecía una modelo que se ponía en esas posturas y le ponían un gran ventilador delante para que el pelo volara alrededor de ella.

Siguió riendo hasta hallar el manillar para cerrar la ventana, ya que el viento era fresco.

Miró su reloj 20:34.

Justin no tardará en llegar.

Pensó.

Corrió hacia el salón en donde se encontraban sus zapatos, esperando por ella, literalmente. Se sentó en el sofá y en cinco segundos ya tenía sus zapatos colocados en el lugar que correspondían.

Caminó en línea recta por el poco espacio que le dejaba el salón y pensó que no había perdido la práctica de llevar esos tacones.

Hacía tanto tiempo que no llevaba tacones, exactamente casi 2 años.

¿Por qué? Logan era, por así decirlo. Bastante estricto, y los zapatos de tacón estaban en la lista. Ya que como él dice: “tiene como consecuencia dolorosas lesiones en los pies como juanetes, callos y disminución en la rotación de los tobillos.”

El sonido del timbre del portero le hizo bajar de su nube de encantamientos y no precisamente agradables. Camino a paso normal por el pasillo hasta llegar la puerta principal, el cual a su lado se hallaba el telefonillo, lo cogió tras lanzar un suspiro.

-Si? -Contestó en forma de pregunta, sabiendo perfectamente quién la estaba esperando abajo, aunque aún sonaba algo… extraño.

-Hey, soy Justin. -Contestó él, pegando su cara al telefonillo para oírla mejor.

-Ya mismo bajo. -Dijo por último, antes de colgar el telefonillo y agarrar su abrigo del perchero, agarró su bolso colgándolo en su hombro y apagó las luces de la casa tras coger las llaves de casa y echar el seguro a la puerta con estas.

Se subió en el ascensor y picó la planta baja, miró a su alrededor lleno de espejos y consiguió retocarse los labios en tiempo récord ya que a los segundos el ascensor ya se encontraba en la planta baja.

Caminó fuera de él haciendo sonar sus tacones y bajó los dos escalones antes de abrir la puerta del portal y encontrarse con un Justin apoyado en la pared con las manos en los bolsillos de su traje y mirando los coches que pasaban a su alrededor.

Justin giró su cabeza hacia ella al oír sus tacones y la puerta abrirse, sonrió al verla en ese vestido amarillo, que le favorecía bastante la piel morena. Ella le sonrió en respuesta y caminó los pocos metros que los separaban.

Ella no podía decir que precisamente estaba calmada, porque era todo lo contrario, estaba atacada de los nervios aunque no lo demostrara.

¿Quién tiene una “cita” con tu terapeuta? No se podía llamar cita, pero

¿Qué nombre le correspondería a un momento como ese?

-Estas preciosa. -Le halagó haciéndola sonrojar.

-Gracias. -Contestó apartando la mirada, hacia al suelo.

-Vamos? -Le preguntó, a lo que ella asintió acorde y caminaron hasta el coche de Justin que se encontraba en frente de su edificio.

Justin le abrió la puerta cortésmente y ella le sonrió en agradecimiento.

Los minutos pasaban y la tensión se acumulaba dentro del coche.

¿Qué podías decir?

Ella levantó la mirada al notar como el coche se estacionaba al lado de un pub que se llamaba O’Daly.

(…)

-Y.. ¿Tenéis problemas de comunicación? -Preguntó Justin por sexta vez esta noche bebiendo de su copa, intentando disimular de por qué la había traído aquí.

-No, para nada. Solo que nuestros pensamientos son diferentes al del otro y por eso siempre acabamos discutiendo, aunque sea por tonterías. -Contestó encogiéndose de hombros.

Justin se mordió el labio inferior, conteniendo las ganas de tocarla. Sus rodillas se tocaron por momentos y él sufría por dentro, no poder tener ese privilegio.

Sin pensarlo más y sin aguantarse las ganas, se bebió de un trago la mitad de la bebida alcohólica que estaba en un baso de cubo.

Y lo dejó encima de la pequeña mesa triangular delante de ellos.

La miró de reojo de arriba abajo y se acercó a su oído.

-Aún no sabes por qué te he traído aquí? -Le preguntó en un susurro rozando su labio inferior en el lóbulo de su oreja.

Ella se estremeció al oírlo, tan cerca de ella.

Lo miró de reojo, y vio como su mano se dirigía a su muslo.

Tragó saliva al sentir como la acariciaba de arriba abajo, haciéndola sentir incómoda y a la vez excitada.

-Esto está mal, Justin. -Le susurró lo bastante fuerte para que lo escuchara sobre la música floja que se escuchaba a través de los amplificadores.

Pero ella no ponía resistencia ante las caricias de Justin, y eso quería decir algo.

Que ella también lo deseaba.

Él se rió en su oreja y siguió acariciándola, subiendo por su muslo apartando la parte inferior de su vestido hacia arriba y dejándole paso a su objetivo.

Él le brindó leves caricias en la cara interna de la ingle haciéndola temblar.

-Y nunca te ha dado morbo lo prohibido, cariño?

*~*

¡HOLA BABIES! 

Lo siento mucho por la tardanza pero no he podido coger el ordenador en toda la semana ya que he estado liada estudiando para los examenes, que no acaban ¡NUNCA!

La semana que viene tengo cuatro y la otra, cinco. ¡no tengo vida social! 

Lo siento mucho en serio. ¡Intentaré coger el ordenador para subir el capítulo la semana que viene si llega a la meta!

META PARA EL PRÓXIMO CAPÍTULO: 30 VOTOS Y 4 COMENTARIOS

єℓ ѕeхy тєяαρєυтα {נυѕтιивιєвєя&тυ} єяóтιcαDonde viven las historias. Descúbrelo ahora