Atado a tu amor | Jiang Cheng x Male Oc

X : Pasado II

—¡Wei Ying!

Gritó el pelinegro.

—Min Hao.

Nombró con cansancio.

—¿Cómo se encuentra Jiang Cheng?

—Él está inconsciente, ha perdido su núcleo dorado.

Al oír aquello sus ojos se abrieron con total sorpresa.

—¿Q-qué?

—Lo que has oído, Wen Zhuliu, el destructor de núcleos. Él…golpeó a Jiang Cheng, dejándolo sin núcleo dorado.

El mundo del ojicafé parecía derrumbarse, no podía creer que la persona que amaba había perdido su núcleo dorado, la razón de su ser. No quería ver a Jiang Cheng sufrir de esa manera.

—¿Hay alguna forma de que lo recupere?

—Por el momento, no.

La furia invadió a Li, aquello no quedaría así y él mismo iría a buscar a Wen Zhuliu y lo mataría.

—Avísame apenas descubras la manera de recuperar su núcleo dorado.

Dicho esto el de vestimentas azul oscuro se retiró.

—¿Por qué no le dijiste que si hay una manera?

Preguntó Wen Qing.

—Porque él hubiera querido darle su núcleo dorado y no puedo permitir eso. Min Hao no tiene nada, entregar su núcleo dorado lo volvería una persona común y corriente, sin siquiera el cultivo.

—Pero sabes que se enterará, ¿Verdad?

—Claro que lo sé, puede leer las miradas y el físico con sumo sigilo y precisión, notará rápidamente algo extraño en mí.

Por otro lado, al ir a buscar a Wen Zhuliu, Min Hao no pensó con la cabeza, sino con el corazón. Tuvo un enfrentamiento feroz y poco amistoso, donde hirió al Wen y salió herido.
Al tener heridas tuvo que buscar refugio para curarse, no vivía en las mejores condiciones, pero momentáneamente bastaba.
Al ir pasando los días, semanas y el mes, se curó. También se enteró al volver a recorrer las aldeas cercanas que Wei Ying había desaparecido y que Jiang Cheng había recuperado su núcleo dorado. Se sintió feliz por su Jiang Cheng, pero le pareció extraña la repentina desaparición de Wei Wuxian.
Se enteró de que el de morado se había aliado con la sectas para recuperar algunas tierras invadidas por la secta Wen.
Luego de recuperar algunas, decidió aparecer y ayudarlos. Al verlo, Jiang Cheng dejó ver una deslumbrante sonrisa, algo poco común en él.

—A-Hao, ¡Has vuelto!

Exclamó con evidente felicidad.

—Si, aquí estoy. Un gusto también volver a verte, Hanguang-Jun.

Dijo haciendo una reverencia dirigida a este.

—Igualmente.

Respondió devolviendo el gesto con su voz grave y sería.

Respecto a ambos jóvenes, estos decidieron ir a una posada juntos para charlar sobre todo lo que había sucedido en ausencia del mayor.

—A-Cheng, ¿Cuando desapareció Wei Ying?

Comenzó preguntando el mayor.

—Cuando fui con BaoShan SanRen y recuperé mí núcleo dorado acordamos que nos encontraríamos en la ciudad, pero cuando fui no lo encontré por más que lo buscara.

—Lo encontraremos, te ayudaré a ti y a Lan Wangji a recuperar tierras y a buscar a Wei Ying.

El menor asintió, entre todo lo malo era agradable tener a su lado nuevamente a aquel pelinegro que tanto amaba.

—A-Hao.

Lo llamó.

—¿Si?

—Te extrañé.

Soltó con un leve rubor. El mayor río enternecido.

—Yo también te extrañé, A-Cheng.