I

986 80 0
                                    

Luego de la inesperada muerte de Wei Wuxian la vida continuó para el resto. Jiang Cheng ahora tenía a un pequeño bebé que cuidar y una secta que sacar adelante, pero era difícil hacerlo todo solo.
Los rumores corrían por todos los pueblos, hasta que un día llegaron a unos oídos peculiares. A los de Li Min Hao, un joven sin secta conocido por recorrer ciudades y ayudar a quienes lo necesitan. Al oír que el joven líder Jiang estaba en situaciones complicadas decidió ir a visitarlo, recordando viejos sucesos durante el camino.
Al llegar a Yunmeng Jiang los discípulos y comerciantes lo saludaron con alegría. Él pidió que lo llevaran dónde el líder Jiang. Al llegar con el de ropas moradas este mostró una expresión de sorpresa y dolor al mismo tiempo.

-¿Qué haces aquí, Li Min Hao?

-¿Así es como recibes a los visitantes?

-No esperaba tu visita.

Ignoró aquel comentario y se dedicó a observar al pequeño niño con marca bermellón y de ropas doradas.

-¿Este es Jin Ling?

-No evites el tema.

-Lider Jiang, ¿Realmente no has madurado?

-¿Realmente piensas que voy a olvidar todo en un segundo?

-Jiang Cheng, he venido a ver a Jin Ling y a hacerte una propuesta amistosa, ¿Tienes que hablar del pasado todo el tiempo?

-Min Hao, deberías aprender a respetarme, ¿Tú también me ignoraras?

-Si no fueras tan terco sería más fácil respetarte, pero siempre tienes que sacar a la luz el pasado. ¿No podemos hablar un rato pacíficamente?

-Dime lo que quieres y vete.

El de apellido Li gruñó, Jiang Cheng nunca cambiaría, pero eso era lo que lo hacía único.

-Quiero ayudarte, sé que encargarse de Jin Ling y de toda una secta no debe ser de lo más fácil.

-¿Y por qué no le ofreces tu ayuda al clan Lan? ¿Por qué eliges joderme a mí?

- Porque sé que a pesar de todo realmente deseas mí ayuda.

-Tks, ya quisieras. Yo puedo con todo.

El mayor suspiró.

-Déjame hacerlo por Jin Ling, por Yanli. Por lo que ambos fuimos y deseamos alguna vez.

El silencio reinó durante unos largos segundos. La mirada de Jiang Cheng se suavizó por un momento para luego hablar.

-Bien, pero recuerda que si haces algo que no me gusta te irás.

-De acuerdo.

Min Hao cargó al pequeño y regordete Jin Ling en brazos, el pequeño reía.

-¿Cómo has estado?

-No creo que te importe.

-Jiang Cheng, me preocupo por ti.

-Ese día no demostraste lo mismo.

-Ese día defendí lo que creía correcto.

-Lo sé, entendí que no teníamos la misma perspectiva.

-Yo comprendí que nunca me escucharías.

Comentó con dolor.

-Tú tampoco lo hiciste. Dijiste que me considerabas tu alma gemela, ¿Por qué no me elegiste en ese entonces?

-Porque tengo principios y valores, no podía vivir con arrepentimiento.

-¿Entonces no te arrepientes de darme la espalda en aquel entonces?

-No te dí la espalda, simplemente nuestros caminos eran distintos.

-Aun lo son.

-Porque tú quieres que lo sean.

El silencio se hizo presente nuevamente. Jin Ling lentamente se quedó dormido.
Jiang Cheng tomó a su sobrino en brazos y fue a recostarlo en su respectiva habitación. Min Hao no quería acabar allí la conversación, si iba a convivir con el de ropas moradas debía intentar que se lleven bien.

-Jiang Cheng, yo no mentí ese día. Yo estaba dispuesto a todo por ti.

-Pero aún así ese día lo defendiste a él.

-Algo que tu nunca te atreviste a hacer.

-¡Porque todo fue su culpa!

-¡Esa es tu perspectiva! ¡Nunca viste todo lo que Wei Ying hizo por ti y la secta!

-¡No! Todo lo hizo para quedar como un héroe.

-Es imposible hablar contigo.

-¿Entonces qué haces aquí? ¡Vete!

-Estoy aquí porque no tengo nada. Solo quedas tú y Jin Ling en mí vida.

-Vete con los Lan, con Lan Wangji, con Lan Xichen.

-¿Y si quiero estar a tu lado?

-¿Y si no quiero perdonarte?

-No exijo tu perdón, simplemente déjame mantenerme junto a ti.

Aquella oración tomó desprevenido a Jiang. No mentiría, extrañaba al pelinegro, pero su ego siempre era mayor.

-Haz lo que quieras.

Y eso bastó para que Li se quedará.

Atado a tu amor | Jiang Cheng x Male Ocحيث تعيش القصص. اكتشف الآن