VIII

351 40 0
                                    

—A-Ling escapó.

—¡¿Qué?! Eso fue porque eres muy duro con él, apenas es un adolescente.

—No me regañes como si fueras mí madre.

—Oh, créeme que tu madre sería mil veces peor. Saldré a buscar a A-Ling, espero que hagas lo mismo.

Comentó con algo de enojo el mayor.

Durante el día se dedicó a buscar al joven Jin, pero no logró encontrarlo. Mientras caminaba por las calles en la noche, pudo oír la voz de su amado Jiang.

—Solo dije algunas cosas sobre ti, y desapareciste en la nada. ¿Eres una joven amante? ¡Tú temperamento ha ido de mal en peor!

Ahí estaba de nuevo, regañando al pobre niño. Min Hao estaba por intervenir, pero oyó cómo ambos seguían peleando con ferocidad. El perro de Jin Ling rápidamente llegó, asustando a Mo Xuanyu y logrando que este se muestre ante tío y sobrino. En un intento de escapar fue atrapado por Jiang Cheng y ahí fue cuando Li decidió intervenir.

—¿Acaso planeas secuestrar al joven maestro Mo?

Preguntó en un intento de que lo soltara.

—Deja de defenderlo y haz tu trabajo, no eres quien para decirme que hacer.

Soltó con enojo, hiriendo al mayor.
Llegaron a una posada y el menor de todos decidió hablar.

—Tío, no seas duro con Hao.

Se quejó Jin Ling.

—Te cuidaré más tarde. ¡Quédate aquí!

Gruñó y subió a los aposentos arrastrando a Xuanyu, seguido por Min Hao y Hada, el perro espiritual de Jin Rulan.
Una vez en la habitación, el de rodete cerró la puerta, se sentó y se sirvió una taza de té, todo esto bajo la mirada de Wei Ying y Min Hao.

—…¿No tienes nada que decirme?

Comenzó a hablar Wanyin.

—No sé qué decirte.

Respondió el patriarca de Yiling.

—Realmente no aprendes, ¿verdad?

—Y tú tampoco has progresado...

—Claro, entonces veamos quién de nosotros es el que no ha progresado.

Dicho esto le dio una señal a Hada para que se acerque con irá al de ropas negras.

—Jiang Cheng, basta.

—¿Acaso vas a defenderlo ahora también? ¿No te bastó en aquel entonces?

Se quedó callado, discutir con Wanyin sería en vano y empeoraría las cosas.
El perro continuó acercándose provocando miedo en el Wei, llevándolo a gritar.

—Jiejie.

—¿A qué nombre llamaste?

Min Hao sabía que ese era un tema delicado y que despertaría aún más la furia del menor.
El intercambio de diálogos continuó, Li sabía que era un asunto familiar de ambos, pero aún así quería estar allí para que las cosas no pasarán a mayores.

—¿Es solo qué? ¿No puedes decirlo? No te preocupes, puedes volver a Lotus Pier y decir tus excusas mientras te arrodillas frente a las tumbas de mis padres.

—Jiang Cheng…

Murmuró el más alto de los tres, las cosas estaban yendo un poco lejos.

—Tío.

En ese momento llegó Jin Ling y le inventó a su tío que había visto a Wen Ning, cosa que lo hizo ir de inmediato a buscarlo.

—Li Min Hao, quédate aquí y procura que no escape. Si escapa te romperé las piernas a ti y a Jin Ling.

Sin decir más, se fue.

Ambos ayudaron a escapar a Wei Ying. La mirada de ambos mayores se cruzó varias veces, tenían mucho de qué hablar, pero con la presencia del menor no podían hacerlo. Hao dejó que ambos se escabulleran juntos mientras él se quedaba allí.

—¿Sabes por qué tu tío me quiere?

—Si. Él cree que eres Wei Wuxian.

—¿Y qué hay de ti? ¿No sospechas también?

—No es la primera vez que mi tío hace algo así. Nunca ha dejado ir a ninguno de ellos, incluso si fuera posible que haya atrapado a los equivocados. Pero, si Zidian no pudo extraer tu espíritu, solo confiaré en que no lo eres. Además, no era de manga corta, pero incluso te atreviste a acosar…

La conversación continuó hasta que Wei Ying tuvo que actuar.

—¿Jiang Cheng? ¡Tú!

El miedo se reflejó en su rostro y Jin Ling se asustó, Wei Ying aprovechó y con un pequeño golpe lo dejó inconsciente. En ese instante apareció Li.

—Wei Ying.

Nombró con suavidad.

—Min Hao, ha pasado un largo tiempo.

Mientras hablaban el de negro pasaba la marca de maldición de Jin Ling a sí mismo. Wei Wuxian explicó su regreso.

—¿Cómo me reconociste?

—Sabes, tengo una habilidad muy grande para reconocer miradas y saber que transmiten. Tus ojos te delatan. Aunque también me guíe de algunas pistas.

—Ya veo, eres difícil de engañar.

—Pero eres difícil de distinguir, trata de ser precavido, no creo que sea bueno que alguien más sepa que has vuelto.

—Lo sé, gracias por ayudarme.

—No es nada.

Ambos sonrieron y siguieron su rumbo. El menor despertó y al oír el nombre de Hanguang-Jun se escapó diciendo que aquello no quedaría así. Min Hao se aseguró de llegar antes que el joven maestro y que Jiang Cheng. Quien al llegar y notar que Wei Wuxian ya no estaba regañó fuertemente a ambos.

—¿Por qué lo dejaron escapar?

—Fue hábil, no pudimos detenerlo.

—¡Li Min Hao! ¡Tú sabes que no debías dejarlo ir!

—Sabes que en las peleas siempre ha sido mejor que yo.

—Son simplemente excusas.

El de ojos violetas se retiró enojado, tanto el mayor como el menor rieron bajo.

Atado a tu amor | Jiang Cheng x Male OcWhere stories live. Discover now