45. Cumpleaños

4.5K 395 24
                                    

Vanessa

Mi jornada laboral termina a las diez en punto. Para estas horas yo estoy que me muero de cansancio y angustia. Adrik no me ha mandado ningún mensaje desde que se fue al centro comercial. He revisado las redes sociales para ver si algún periodista lo fotografió, pero nada. Ni luces de Adrik Santana. Es como si se lo hubiera tragado la tierra.

No quise preguntarle a Diego si había regresado a casa porque bueno, se supone que no debo asfixiarlo, pero mierda, me da pavor que por mi insistencia en querer saber de su vida él haya decidido irse a México sin despedirse.

Alejo cualquier pensamiento triste de mi mente y me mantengo positiva mientras espero a mamá. Ella llega puntual y arrancamos rumbo a casa. Muerdo el interior de mi mejilla para no preguntarle, no quiero que se preocupe por mí, ella merece estar tranquila. Así que mejor le hago cualquier tipo de platica, a lo cual ella comenta que la tía Rebecca vendrá a cenar con Dexter para darle la bienvenida a mi papá. Con tanto trabajo que ha tenido no ha tenido tiempo de salir del hospital para ver a su cuñado. Así que le pareció prudente ir hoy e incluso quedarse a dormir. Eso me alegra.

—¿Entonces pasará Nochebuena y Navidad con nosotras?

Mamá asiente mientras gira a la izquierda.

—Somos su única familia, cariño. Recuerda que tu abuela es algo... especial con ella. Aún le tiene resentimiento por lo que hizo.

Hago una mueca en desagrado. Sé que no debería odiar a mi abuela, pero lo hago y mucho. Ella le dio la espalda a mi tía cuando más lo necesitó y no se tienta el corazón ni siquiera en estas fechas.

—Yo amo tenerla con nosotros, además que podré ver al pequeño Dexter. Tengo mucho sin hacerlo, ya ha de estar enorme.

Ese niño es mi adoración. Disfruto mucho jugar con él.

—Ese pedacito de cielo es un amor. Incluso ya le preparé las galletas de chocolate que tanto le fascinan.

—Oye má, ¿y su bar? ¿Lo dejará abierto en esas fechas?

A veces olvido que mi tía es una mujer de negocios.

—Cariño... Fuego & Licor nunca cierra. Sabes que es aclamado por las mujeres y algunos hombres. No puede simplemente cerrar por fechas festivas, de hecho, obtiene más ganancias en esos días. Así que sí, lo dejará abierto.

—Un día debo ir a ese lugar —declaro convencida, recordando las imágenes que vi hace un par de meses sobre el lugar. Es muy... rústico por fuera, inofensivo, pero según otras imágenes, cuando estás dentro miras lo explosivo, lo candente, lo erótico.

—Hija, no creo que a Adrik le agrade saber que su novia fue a un lugar donde abundan las bebidas alcohólicas y los hombres en tanga bailando en tubo —expresa mamá divertida. Estaciona su auto y bajamos riendo.

—Pero no tiene por qué enterarse, mami —le guiño el ojo—. Además, no es como si fuera a contratar los servicios de esos hombres.

—Tal vez cuando me muera te doy permiso de ir —dice con sorna, haciéndome achicar los ojos—. Por ahora confórmate con tu novio.

Ash, que aguafiestas eres mamá.

Abre la puerta de la casa y todo está malditamente oscuro. Mamá tantea el botón que enciende las luces, pero no lo encuentra. Me hace tantear por ella y tampoco lo encuentro.

—Intenta caminar a la izquierda cariño, recuerda que ahí hay otro botón. Solo ten cuidado con el buró —pide amable, cerrando la puerta detrás de nosotras. A ciegas tanteo los alrededores para no caer y golpearme, ya no quiero más hospitalizaciones. Cuando siento el bendito botón lo pulso y sonrío triunfante. Pero unos globos tronar y personas bullar, me asustan y caigo sentada en el buró.

La favorita del guitarristaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt