15 - Ataque a la mansión

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"A pesar de los problemas inminentes que estaban por llegar, nuestros héroes hacían lo posible por mantener el buen humor, tarea para la cual los niños habían resultado indispensables.

Por otro lado, luego de la sorpresiva visita de Thor a la tierra, las cosas se habían puesto algo tranquilas en el mundo, sin embargo, en la Mansión de los Vengadores, el barullo, para algunos, se tornaba desesperante".


Mansión de los Vengadores.
Nueva York.
Seis meses después.


Van Dyne: ¿Y no pudiste negarte?

Hill: No lo conoces, puede ser muy persuasivo.

Van Dyne: Solo es un macho intentando imponer su virilidad.

Romanoff: A veces olvidas que, por muy macho que te parezca, es un Dios.

Van Dyne: Eso no lo hace dueño de todas las decisiones del mundo. ¿Qué pasó con el libre albedrío?

Morse: Me parece que esa frase no le pertenece a él.

Van Dyne: Como sea, si te molestaba, no debiste aceptar.

Hill: Pero, mira esa carita, parece un ángel.

Van Dyne: Uhg, dices que te molesta, ahora te encanta. No te entiendo.

Hill: Ella me parece hermosa, lo que me molesta son todos esos chillidos.

Morse: ¿No te parece tierno que, cuando uno de ellos llora, todos los demás también lo hacen?

Hill: Esa es la parte que más odio. Me estresan. Preferiría estar bajo fuego enemigo.

Romanoff: Al menos James no llora, eso debe ahorrarte una molestia.

Hill: Claro, eso lo resuelve todo.

La amena charla continuó por mucho tiempo más, período en el cual nunca lograron comprender realmente a María Hill, quien estaba muy molesta, pero al mismo tiempo que se enternecía.

En otra habitación, una conversación sobre la familia era llevada a cabo de forma aun más extraña.

Maximoff: Solo estoy diciendo que es algo hermoso esto de tener a esos bebés andando por aquí.

Visión: Tal vez lo sea, pero me parece que, dadas las circunstancias, no es prudente que esos pequeños estén en estas dependencias.

Maximoff: Tu nunca entiendes nada.

Visión: Realmente, espero estar equivocado.

Maximoff: No es como si te estuviera pidiendo hijos, pero siempre es lindo que haya algunos cerca de ti ―Visión la miró sin comprender ese comentario.

En general, todo estaba yendo de forma tranquila entre nuestros héroes, y a pesar de la forma de pensar de Visión, todos estaban felices de tener a esos pequeños allí.

Pero al mismo tiempo, en otro lugar del planeta, un extraño suceso inquietaba al rey T'Challa.

Guardia: Su majestad, estamos recibiendo algunas señales extrañas desde el campo de fuerza ―dijo mientras miraba con preocupación al rey.

T'Challa: Guardia, explícate. ¿A qué te refieres con extrañas?

Guardia: Señor, es como si de pronto se perdiera la señal, como si el campo de energía fuera desactivado y luego activado.

T'Challa: Eso no es posible, los sistemas son lo suficientemente estables como para resistir el ataque de Hulk. No debería ocurrir ―hubo un momento de silencio y todos los presentes se quedaron mirando entre sí.

Una nueva era: La revolución del aceroWhere stories live. Discover now