13 - El renacer de Ultrón

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Alkhema: Esto no fue suerte, fue un plan muy elaborado. Necesitábamos dejar ese lugar, pues estaba siendo espiado por la tecnología de Stark. La misma tecnología que nos proveerá energía ilimitada para cumplir con el propósito de mi padre.

Ayudante: No hay duda de que usted es una inteligencia superior, señor. Estoy muy feliz de ser de ayuda.

Alkhema: Ahora, menos palabreo y más trabajo.

De regreso en la mansión de los vengadores, SHIELD tenía una nueva misión que requería atención.

Hill: Señor, la semana entrante se cumplirá un año desde la reinauguración del Nextcare Group, y las autoridades del país harán un acto masivo.

Fury: El acto debería ser tranquilo, por lo que no será necesario un equipo de élite.

Hill: Señor, creo que si enviamos a Maximoff será más que suficiente.

Fury: Necesitaremos también algo de estrategia ―miró a la pantalla que mostraba a todos los vengadores disponibles―. Envía a Coulson, se le da bien administrar las acciones de gente con poderes.

Hill: Bien señor, informaré de inmediato a los agentes.

Phil Coulson se encontraba en una misión civil, apoyando a la policía local de Washington DC con una serie de robos extraños a bancos, en los cuales entraban y salían sin dejar rastro. Finalmente, se descubrió que uno de los funcionarios de alto rango era quien les había permitido el paso a las distintas sucursales del mismo banco.

Wanda Maximoff continuaba con su entrenamiento junto a Visión, aunque ahora lo hacía para poder conocer mejor el límite de sus poderes. La relación entre ellos se estrechaba de forma extraña, entendiendo que se trata de una máquina y un ser humano.

En otro lugar del planeta, alguien sentía que no había tiempo para estar tranquilos.

― Levántate, da la cara ―la voz se oía a lo lejos―. Levántate, y enfréntalo.

― ¿Qué? ¿Quién eres?

― Aún ahora te atreves a desconocer mi existencia, la cual solo fue posible gracias a ti ―dijo la voz, que a cada momento se hacía más clara.

― No puedo reconocer tu voz, y esta oscuridad no me deja verte.

― Tu eres incapaz de ver la luz, pues tu corazón está lleno de oscuridad. Veamos si aún no me reconoces ―la voz se hizo totalmente clara, estaba junto a él.

― Aunque puedo oírte, no puedo ver nada. Tampoco logro alcanzarte con mis manos. ¿Quién eres?

― Soy alguien que siempre ha estado fuera de tu alcance, y solo ahora eres capaz de aceptarlo ―de pronto una tenue luz dejó entrever una silueta, una imagen de lo que allí había.

― No, no puede ser. Estás muerto.

― La muerte es solo un estado de conciencia mental. Y ya que solo mi cuerpo desapareció, he vuelto ―la voz se hacía más estruendosa.

― No puedes volver, no tienes forma de hacerlo.

― Tú me harás volver, solo tú eres capaz de conseguirlo.

― Jamás, yo nunca haría nada para traerte de regreso.

― Aun cuando estoy frente a ti, eres incapaz de verlo. Mi regreso fue anunciado frente a tus ojos, en tus manos, y no pudiste verlo ― la tenue luz que invadía esa oscuridad dejaba entrever aquel amenazante rostro.

― Lo que tú digas no me importa, de ninguna forma habría ayudado a tu regreso. Pero, como sea ―hubo varios segundos de silencio― encontraré la forma de detenerte.

Una nueva era: La revolución del aceroWhere stories live. Discover now