cuatro

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Rosella se encontraba sonrojada, Tom acariciaba sus piernas por debajo del vestido que ella traía.

-Yo no debería estar haciendo esto...- Ella susurro entrelazando sus manos en la nuca del chico, sonriéndole. - Pero por alguna extraña razón...- Alzo su mirada, encontrándose con la de él. - No quiero separarme.

-Tranquila. - Beso su nariz. - Que podría quedarme así de por vida...El rubio te queda increíble.

Un gran ruido hizo que ambos abran los ojos, Tom llevo una de sus menos hacia la boca de ella.

-Rosella, cállate. - Ella tenia lagrimas en los ojos, pero no de llanto. De risa. - Joder. - Tom empezó a reírse con ella, achinando sus ojos. - Si que está mal del estómago. - Rosella cerro fuertemente sus ojos, aun riéndose. - Ya, Ro. - Tom carcajeaba en silencio.

Ambos pararon, hasta que el ruido de un fuerte gas volvió a sonar. Haciendo que Rosella le de un golpe con la palma de su mano a él en su pecho, riendo nuevamente. En silencio, arrugando su nariz. Estaba completamente tentada.

-Tom...- Susurro, no podía hablar por la risa.

-Rosella, basta...- El también reía. - Joder, que asco. Huele fatal. - Rosella llevo su cabeza hacia atrás, aun tentada. - Vámonos de aquí. - El la sujeto de la cintura, saliendo del lugar.

Ambos salieron del baño, y Rosella dejo salir una gran carcajada.

-¡¡Joder!! - Tom reía con ella. Viendo lo hermosa que se veía así, feliz. - Ya, vámonos. - Ella sin darse cuenta, lo abrazo por la cintura, haciendo que el la tome por los hombros, dejando un beso en su mejilla.

Se sentía tan bien con él, sentía que todo de a poco tomaba color... Pero ¿Y athan? La culpa la carcomía por dentro, el chico con ella se mostraba tan bueno. La había ayudado tanto junto con su sobrina... Pero Rosella sabia, que él no la hacia sentir como el extraño que volvió a conocer días atrás, que, según su mejor amigo. Es el amor de su vida.

Quizá su cerebro no pueda recordar, pero su corazón lo hacía, y mandaba señales de eso cada vez que él la miraba. Haciendo que ella se sonroje, se tropiece, vuelva a sentir cosas tan profundas... Rosella aun no recordaba todo lo que había pasado a Tom. Pero si comenzaba a recordar lo mucho que ella lo amo.

-Ro...- Él hablo, llamando su atención. - ¿Aun no recuerdas todo lo que pasamos, juntos?

-Solo te diré...- Ella sonrió. - Que creo que estoy empezando a recordar lo mucho que te amaba.

-¿Amabas? - El freno en seco. - Amas, querrás decir. - Tom se cruzo de brazos, algo ofendido.

-Pues...- Ella sentía cosas por él, bonitas. Pero no estaba segura de que sea amor. Rosella sentía amor por Athan, no por Tom. O eso creía - Yo...

-Vete a la mierda. - Comenzó a caminar.

-Oye, no me dejes hablando sola. - Tom le enseño el dedo del medio, Rosella con indignación tomo una manzana que estaba en una de las mesas de los pasillos del hotel, lanzándosela en la cabeza.

-¡Rosella! - El volteo, sobándose la cabeza. -¡¿Qué carajos haces?!

-¡¿Qué haces tu?! ¡No me dejaras hablando sola! - El se acerco de nuevo a ella. Rosella sin saber que decir, posiciono sus manos en las caderas. - El que dice que no lo deje ir, eh.

-¿Qué me dirás ahora? - Él se enojo aun mas al ver que ella trataba de no reír. - Veo que todo esto es como un chiste para ti. Como siempre.

-¿Por qué te enfadas tanto? ¡Joder!

-¡Porque no es gracioso! ¡Esto duele, carajo! - Rosella dejo de reír. -¡No puedes no recordar por todo lo que pasamos, no puedes olvidarte de nuestro compromiso!

𝗕𝗨𝗥𝗟𝗘𝗦𝗤𝗨𝗘 𝗩𝗢𝗟. 𝟮 | 𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora