catorce

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Rosella.

Con Georg y Bill veíamos el cabello de Tom mientras él dormía. Nos había costado un mundo que lo hiciera, pero lo logramos.

-Rosella, te matará. - Georg rascó su barbilla.

-Ni que se haya quedado calvo, no me jodas. - Bufé. - Solo... se quemó un poco. - Señalé.

-Se dará cuenta cuando mañana quiera peinarlo. - Bill negaba con su cabeza. - Eres una babosa.

-¿Y si le hacemos un corte? - Sugerí, definitivamente nos. Bueno, me, matará.

-Él te hará un corte. - Georg habló, sonriendo.

-En la yugular. - Bill finalizó. -¡Y ya suelta eso, joder! - Me arrebató la vela que traía en mi mano. -Estas manchando todo.

-Esto no hubiera pasado si tu hubieras pagado las cuentas. - Me crucé de brazos, susurrando.

-Y eso. - Bill señaló el cabello de su hermano. - No hubiera pasado si te hubieses quedado quieta, Rosella. Quemaste todo su...

-¡¡Lo sabía, joder!! - Los tres nos exaltamos al escuchar el grito de Tom. -¿¡Como que quemaron mi cabello!?

Y recordé, como se había alterado aquella vez que, por mi culpa, perdió un audi, edición limitada.

-¡Fue ella! - Me gire rápidamente hacia Bill y Georg, quienes hablaron al unísono.

-¡Pero! - Los señalé. -¡Cobardes! ¿¡Por qué le temen?!

-¡Rosella! - Joder. -¡Te voy a matar! ¡Niña, te arrancaré el pelo de raíz!

Vi como torpemente salía del sofá, casi corriendo a mi dirección.

-Mierda. - Lo veía atónita.

-Corre.

Claramente le hice caso a Bill, y entre en pánico. No sabía por dónde me metía, la luz era muy tenue.

-¡JODER! - Mi cara dio contra el piso, había tropezado con uno de los tantos muebles que Bill adoraba coleccionar. -¡¡Suéltame!! - Grité al sentir como alguien me daba vuelta.

-¿Creíste que escaparías en MI casa? - Tom habló, tomándome por las muñecas. -Agradece que no te dejare calva.

-¡Suéltame!

-¡Pero haré algo peor! - Soltó y comenzó a romper huevos en mi cabello.

Ahogue un gran grito. -¡No, joder! - Jodido hijo de puta. -¡Tom, deja de hacer eso!

Ya no solo eran huevos, si no que tomó harina, y vació el paquete entero en mi cuerpo.

Tom carcajeaba como el puto Bart Simpson cuando hace travesuras, pero yo quería llorar.

-¡Feliz cumpleaños, mi bonita Ro! - Me abrazó y yo empecé a llorar. -Ay, ya. Veinticuatro años no son nada...-No podía verle con claridad, pero sentía su sonrisa.

-¡Quítate! - Sollocé.

-Rosella...

-¡¡Mira como me dejaste!! - No podía parar de llorar.

-No puedo, no hay luz. - Aprete mis puños y grité, con todas mis fuerzas. -¡Rosella, cállate!

-¡¡Que te quites!! - Lentamente salió y como pude me encerré en el baño.

-¡Ro, ya no seas exagerada! - Toco la puerta. -Rosella.

-¡Piérdete! - Tocaba mi cabello, y sentía el mazacote de harina y huevo en él. - Joder...- Seguía sollozando mientras golpeaba repetidas veces el piso con mi pie. -¡¡Como esto no salga de mi cabello, te arrancare todos los pelos de tus huevos con mis pinzas de depilar, idiota! - Grité.

𝗕𝗨𝗥𝗟𝗘𝗦𝗤𝗨𝗘 𝗩𝗢𝗟. 𝟮 | 𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum